DENTRO DE TUS SUEÑOS
HÎØ (Rey Número 39)
“El principio de la eternidad comenzó en el espacio... Porque la unidad de medida del universo fue establecida por el tiempo”.
ÓPALO
El rey Gatøürox se siente muy extraño porque le parece que las escenas en la ciudad de Marsella no son reales, y piensa que está dormido, pero le gusta tanto este lugar que tiene miedo a despertar.
Es de noche en el castillo de If y en el cielo se ven nubes blancas con pequeñas vibraciones de energía electromagnética. También se siente en el aire un fuerte olor a ozono con un aroma húmedo que desprenden las olas del mar Mediterráneo y dan la sensación del comienzo de una tormenta en verano.
Gatøürox baja la mirada y no puede dejar de ver lugares y personas en su mente dentro de otra atmósfera del tiempo. Él quiere que alguien le diga si este momento es verdadero, pues se siente perdido en los laberintos del tiempo.
–En realidad, no sé como expresar lo que siento en estos momentos, dice Gatøürox. Hoy quiero encontrar la realidad de mis pensamientos, porque no importa a donde mire, el reflejo de mí mente no se detiene. Y también me pregunto: ¿Qué me está pasando? ¿Por qué me siento así? ¿Estaré dentro de un sueño?
–Ahora Gatøürox pregunta en su mente al rey de los recuerdos: ¿Dæl? ¿Dime? ¿Esto es real?
–¡No te lo diré! ¡Solo al final lo sabrás! Contesta Dæl.
Él observa hacia el cielo y los hombres Ønîx también lo están mirando y les están apuntando con sus flechas negras. Pero no tiene temor, al contrario, se siente poderoso, pues el reflejo electromagnético de los relámpagos lo hacen sentir cada vez más fuerte.
En ese momento uno de los hombres Ønîx lanza una flecha y un rayo se desprende de las nubes blancas del cielo, y cae sobre el cuerpo de Gatøürox, ahora los ojos y el cuerpo se le llenan de electromagnetismo y en un attosegundo del tiempo él mira a los 7 hombres Ønîx y con los rayos que salen de sus manos se mueve en forma circular sin control, y una de las torres del castillo de If se fractura en la parte superior, muchos pedazos de ladrillos del castillo caen al suelo y ¡Miren!, el rey Gødîe apenas tuvo tiempo de volar por encima de los rayos.
–¡Ya basta! ¡Detente! ¡El peligro ya pasó! Grita Gødîe.
Y los hombres Ønîx se pulverizaron como la esencia de un perfume francés al atardecer.
Los ojos del rey Gatøürox siguen en llamas y Gødîe por telepatía lo tranquiliza y le señala el camino que conduce a la entrada del castillo para poder cumplir la misión. Pero un suceso inesperado ocurrió, en la pierna derecha del cuerpo de Gatøürox hay una flecha de los hombres Ønîx y cuando él mira su pierna, se desploma y cae al suelo.
–Gødîe grita ¡No, no, no! ¡No puede ser!
Gatøürox está tirado en el suelo y Gødîe camina hacia él, se pone de rodillas, lo estremece por los hombros con la intención de despertarlo, pero todo esfuerzo es en vano. ¡Miren! Detrás de Gødîe hay un gato pequeño lo acaricia y el gato deja su esencia en él. Ahora en la parte derecha del castillo, en medio del agua del mar una ola deja ver el cuerpo de un hombre en la oscuridad de la noche, y sin darse cuenta Gødîe, el hombre vuela hasta el castillo.
–Cuando el hombre encuentra el sitio donde está el rey Gødîe, lo toca por el hombro y le dice: ¡Hey! ¡Rey Gødîe! ¡Vamos! No puedes hacer nada, muy pronto vendrán los hombres Ønîx y lo recogerán para encerrarlo en uno de los calabozos del castillo.
–Gødîe llora desconsolado, y por telepatía sin mirar al hombre, le contesta: ¡Me siento culpable! No debí traerlo aquí, el peligro era inminente ¿Pero no sé qué pasó? ¿Qué fue lo que falló? ¿Por qué no pude evitarlo?
Yo Dæl… En ese momento, solo escucho Gødîe susurrando un poema.
Número 9
POEMA PARA GATØÜROX
El Pasado
Así es el pasado. ¡No lo olvides! ¡No! Aunque el pasado no regrese, no lo dejes atrás. Aunque no haya sido tan bueno; y tal vez fue más malo que bueno. ¡Así es el pasado!, y está grabado en tu mente, en mi memoria y en la mente de los demás. Como un tren a vapor que dejaba su olor, como el agua del mar Adriático tocando las góndolas en Italia. ¡Así es el pasado!, que refleja el vaivén de las olas del mar en Venecia. ¡Sí! Venecia, la que no has conocido, la antigua, la de hoy, la de siempre, la que vive en el pasado, que lo tiene atrapado entre las aguas del mar y la madera que está en sus profundidades. Con árboles que nunca olvidan el origen de sus raíces, dejando huellas en nosotros, así no los veamos, petrificados, ahogados, pero nunca olvidados. Y por supuesto, siempre vivos en el fondo del mar Adriático. ¡Así es el pasado!, aunque lo metas en un baúl de metal y lo tires al mar, nunca será olvidado. Recuerda lo bueno e intenta borrar lo malo, porque... ¡Así es el pasado! ¡No lo olvides! ¡No!
Ahora Gødîe después de decir su poema mira hacia arriba y se da cuenta que el hombre que salió del agua es el rey Dånn. Pero él no solo es un hombre caballo de mar, ahora el rey Dånn tiene alas en color marfil cuando está afuera del agua. Y en ese momento ambos se van volando, acompañados del zumbido del viento y el olor a metal del agua del mar. Ellos desde lejos en el cielo oscuro voltean y ven a los hombres Ønîx recoger el cuerpo del rey Gatøürox. Y en el ojo derecho de Gødîe sale una lágrima, porque continúa con sentimientos de culpa al saber que su misión no resultó ser como lo esperaba.