Angie de 15 años es una adolescente buscando sacar las mejores calificaciones, con esfuerzo, estudio, practicando deporte y siendo el orgullo de sus padres. Su mamá siempre dice lo orgullosa que se siente, anhela que sea una gran profesional, independiente y que se realice en todos los aspectos de la vida para que no dependa de nadie. No le permite hacer cosas que le distraigan del objetivo: estudiar.
El padre, es callado, trabajador, esforzado y es la mejor forma de demostrar que ama a su familia. Su frase favorita es: la mejor herencia que les puedo dejar es su educación, aprovecha hijita.
Resulta que por esas cosas raras que tiene la vida para jugar malas pasadas Angie conoce a Agusto, de 14 años, alto, moreno, ojos achinados y labios carnosos. Un adolecente callado y hasta un poco tímido para sus gustos y con el cual tras un primer encuentro casual descubre que tenía muchas cosas en común.
Era fanático del mismo cantante que ella, disfrutaba de ir a la playa para despejar su mente y se divertía leyendo igual que ela.
Salieron 3 o 4 veces más y una tarde antes de despedirse le preguntó si deseaba ser su enamorada. Moría por decir que si pero sólo dijo: lo pensaré.
Llegó a casa y cenó junto a la familia como siempre. Luego de una larga sobremesa, por cierto muy entretenida fue a su habitación a completar los deberes, lo cual se hizo muy difícil puesto que no dejaba de pensar en la pregunta de su amor.
Luego de 4 días el esperaba a la salida del entrenamiento deportivo y le dijo que si lo aceptaba, pero que no debía ir muy seguido a verla para dedicar tiempo para el estudio y mantener buenas calificaciones
Así salieron durante 9 meses, hasta un día que pidió que Angie lo visitara a su casa, no vió algo malo en aquella invitación y llegó media hora antes de lo acordado. No lo encontró listo aún, pero igual fué recibida por su madre quien le invitó pasar y esperarlo. Conversaron y rieron hasta que el timbre del teléfono interrumpió la amena conversación, la señora se disculpó y fue a responder.
Minutos después salió su hermana y le llamó por su nombre, se sorprendió mucho y le preguntó cómo es que la conocía, a lo que ella respondió en tono seco y serio, se más de ti de lo que puedas imaginarte y quedó en silencio mientras ella continuaba diciendo cosas, cuando regresó su atención a ella alcanzó a escuchar que pedía se aleje de su hermano, por 3 razones.
La primera eres mayor que él, la segunda te avergüenzas de mi hermano y no le permitas que te vaya a ver eso lo hace sentir mal. Tercero lo vas a distraer de sus estudios y no logrará ser alguien en la vida, ya que si sigues con el en definitiva no le seguiremos apoyando económicamente.
Salió de la casa sin esperarlo, hecha un mar de lágrimas y tampoco se despedió de la madre quien seguía al teléfono.
Durante mucho tiempo evito cruzarse con él, intentando olvidarle pero no lo logró y se preguntaba cada día si valía la pena el esfuerzo, si el aprovecharía lo que le daban y si sería un gran profesional...
Tres años después coincidieron en el cumpleaños de un amigo en común, ella se acercó a él, pero antes que pudiera siquiera abrir su boca para saludarle, el se retiró y evadió el saludo bruscamente y se alejó de ella lo más que pudo, casi al final de la reunión estuvo abrazando a una chica, de la estatura de Angie, con cabello ondulado y de anatomía envidiable. Cuando estuvo justo frente a Angie, besó a su acompañante de modo tal, que al parecer no notaban la presencia del resto de invitados. No faltaron los comentarios como al fin, ya era hora, te estabas tardando, buena Agusto, ese es mi amigo y más.
Angie dio la espalda a la escena y siguió bailando con sus amigos. Terminada la fiesta llegó a casa, se encerró en su habitación y lloró hasta quedarse dormida...