Era el momento de empezar sus prácticas profesionales y conoció a Darwin un joven con el que de buenas a primeras notó que había química tanto de él hacia ella como de ella hacia él, muy feliz iniciaron su amistad y en menos de dos meses eran enamorados.
La relación iba muy bien al punto que ella sentía que había encontrado al amor de su vida y quedó atrás los recuerdos de lo que un día fuera su primer amor.
Angie sentía mucha seguridad y confianza junto a Darwin, se frecuentaban en sus casas, hasta que una tarde... Angie visitó a Darwin y él se encontraba sólo, entonces la invitó a su habitación y luego de besos y caricias ella se entregó a él con la seguridad que todo estaría bien.
Al cabo de dos meses ella sintió algunos malestares que le indicaban que las cosas no estaban bien y al conversar con Darwin este le dijo que no le gustaban las sorpresas.
Ella, pensando seriamente lo que Darwin le había dicho, pasó por la farmacia y compró un test, el mismo que se aplicó en un centro comercial de camino a su casa, con el cual confirmó su embarazo, luego buscó a Darwin para darle la noticia y ver juntos una solución.
El muy tranquilo le dijo existen muchas opciones vamos de una buena vez y escuchemos que podemos hacer, salieron juntos a un laboratorio donde debía realizarse una ecografia, para conocer el tiempo de gestación y las opciones que tendría.
Cómo está extremadamente asustada el ecografista permitió que ingresaran juntos mientras les mostraba en la pantalla las imágenes del bebé, él les iba diciendo: el tamaño, la posición y el estado en que se encontraba el feto, todo iba viento en popa, hasta que terminó de imprimir los resultados y les indicó pasar con el doctor.
Ambos ingresaron a la consulta y escucharon Atentamente lo que les decía, hasta el momento en que les Indicó que habían varias opciones, pero quería saber si ellos ya tenían alguna idea pensada previamente.
El rápidamente asintió con la cabeza e inmediato dijo: no pensamos tenerlo ¿Cuándo podría practicarle el aborto? El médico dijo serio, dentro de dos días, si ambos están seguros, sobre todo usted dijo mirando a Angie.
En cuanto volvió a casa Angie se dejó caer sobre su cama y las lágrimas caían por sus mejillas tapó su rostro con la almohada y lloró con todas sus fuerzas hasta quedarse dormida, ya al amanecer se sentía con mejores ánimos para tomar una decisión.
Tan perdida se encontraba en sus pensamientos que no se percató la presencia de su madre en la puerta de su habitación. Cuánto levantó la mirada se encontró con los ojos de su mamá atentos a lo que ella hacía, ella le dijo: ¿Qué te sucede hijita? ¿Por qué tienes días así? Puedes contar conmigo lo sabes bien, ella sin pensarlo dos veces sólo se atrevió a decir: Estoy embarazada mamá, y soltó en llanto, su mamá se acercó cariñosamente tomándola por su hombro, le dijo eso es bueno cariño, deja de llorar, un bebé es una bendición.
Pero si estás así es porque no cuentas con el apoyo del padre verdad?
Angie bajo la mirada y su madre le dijo: Todo va a salir bien, no estas sola. Ella le dijo: Y mis estudios? Puedes continuar, sin problemas. Por si te sirve de consuelo yo terminé mi carrera contigo creciendo dentro de mi. Fuiste el producto de mi primera vez, Angie le dijo: mi bebé también lo es. Y cómo le digo a papá lo que está pasando? Su madre respondió, es él quien se ha dado cuenta de tus cambios y me pidió que hable contigo, por eso no fui a trabajar esta mañana, para darte mi apoyo y que sepas que tu padre también te respalda.
Así que deja de llorar y a esforzarse más en los estudios mientras mi nieto está allí tranquilo.
Ella salió de la habitación y Angie corrió a la ducha, se cambió y salió para la universidad.
A la salida de clases, Darwin la estuvo buscando, pero no la encontró por ningún lado, ella se las arregló para regresar a casa sin cruzarse con él, porque no quería verlo, puesto que no iba a abortar y ya lo había decidido. Así tuviera que seguir adelante solamente con el apoyo de sus padres.
El teléfono en casa de Angie, sonaba con insistencia así que tras ingresar a su casa levantó el auricular quedándose en silencio, Alo, aló escuchó y colocó delicadamente el auricular en la mesita, quedando descolgado para que no ingresen más llamadas.