¿sugar Daddy?

III: Sugar Baby

Se acercó a ella, haciéndola estremecerse, y que cerrara los ojos. Podía sentir su aliento chocar contra sus labios, y aquello más nerviosa la ponía. No quería que volviera a ocurrir lo de la última noche.

—Dejé algo en el baño que quiero que te pongas —susurró ronco contra los labios de Ivanna.

Tragó, y asintió con la cabeza, sin abrir los ojos.

—De acuerdo, si te alejas, iré —pronunció en un tono bajo.

Tomó un mechón de su cabello, y ella tuvo la intensión de hacerse hacia atrás, pero se quedó quieta.

—Te quiero rubia.

Abrió los ojos, y observó la diversión plasmada en la mirada de él.

—¿Rubia? No me gusta ese color.

—No estás en condición de oponerte.

—Lo sé, pero-

Colocó un dedo sobre los labios de ella, callándola.

—Te quiero rubia, a menos que entres allí, te pongas lo que te dejé, y me hagas cambiar de opinión.

—Está bien.

Victor se alejó de ella, y la castaña rápidamente se puso de pie, dirigiéndose al baño que estaba en la habitación.

—No te demores mucho, Iva —le escuchó decir cerca de la puerta.

Cerró los ojos y apretó los puños, respirando profundo.

Sólo un poco más, un poco más, se repitió internamente mientras se agachaba para tomar una caja negra. La abrió, y observó la lencería que había comprado para ella.

Comenzó a desvestirse, y a colocarse aquel babydoll negro y blanco. Respiró profundo, y antes de salir, se soltó el cabello, luciendo sus ondas naturales.

Caminó descalza por el suelo alfombrado, y observó a Víctor semi sentado en la gran cama, teniendo una copa de vino en su mano izquierda.

—Acércate —Pronunció ronco.

Caminó varios pasos, hasta estar frente a la cama.

—Da una vuelta para mí.

Lentamente, giró sobre el mismo lugar, hasta quedar una vez más frente a él. El rubio sonrió, y dejó la copa sobre la mesa de noche.

—Ven bebé, sube a la cama.

Levantó una de sus piernas, y subió, gateando hasta él. Y antes de poder subirse encima de Víctor, él la empujó contra la cama, cambiando de lugares.

—Eres tan hermosa.

—Gracias.

Sonrió, acariciándole una de sus mejillas.

—Odias esto ¿verdad?

Lo miró a los ojos, y lo tomó por detrás de la nuca, inclinándolo hacia abajo para besarlo. Sabía que no debía hacerlo, ella misma era quien había puesto como condición no besarse. Pero tampoco quería que él terminara con todo, y la cambiara.

Lo abrazó a ella, y Víctor no tardó en colocarse entre sus muslos, y tomarla de ambas muñecas, llevándolas sobre la cabeza de Ivanna.

—Creí que dijiste que no volvería a pasar —sonrió divertido.

—Cambié de opinión —pronunció respirando profundo.

—¿Entonces puedo volver a hacerlo?

Ivanna asintió con la cabeza, dejando que él volviera a besarla en los labios. Los besos no estaban dentro del acuerdo de ambos, y no porque él no quisiera. Cada vez que Víctor intentaba a hacerlo, ella se negaba, corriendo su rostro. 

Y así había sido, hasta la noche anterior, cuando la había besado antes de penetrarla.

Aquello había enfurecido a Ivanna, hasta el punto de terminar con su encuentro apenas había iniciado.

...




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