Sunshine: Tú, mi luz.

Prólogo

Fue la bofetada más fuerte que he dado en toda mi vida. Llena de amor, pasión y a la vez llena de odio y repulsión. Las lágrimas seguían cayendo por mis mejillas, demostrándole debilidad, cosa que me hacía enojar aún más.

—¿Es que acaso no lo entiendes? ¡Todo esto es absurdo!

—¡Qué! ¡Dime qué es lo estúpido aquí! —me respondió con fuerza.

Su mejilla se veía roja y ardiendo debido a la bofetada, mientras sus ojos se cristalizaban cada vez más.

—Jamás podré competir con todo eso, con ella, es imposible —dije, ya rendida.

Pasándose una mano por su cabello, me miró confundido: —¿Me puedes explicar de qué mierda estás hablando?

Y ahí fue cuando la ira volvió a subir. No podía controlar las palabras salir de mi boca. Comencé a empujarlo cada vez que hablaba, sin saber qué más hacer.

—¡Ella! ¡Cómo no lo entiendes! ¿Crees que puedo sentarme tranquilamente en mi cama, y pensar que todo será perfecto entre nosotros? Pues no, ¡No lo será! ¡Nada lo será, no con ella por ahí! —dije, descargando mi ira— ¡Ella lo tiene todo, sabe manejar todo esto de la mejor manera, sabe cómo hacer bien las cosas, tiene al mundo en sus manos, controlado!

Él estaba serio, evitando con todas sus fuerzas que las lágrimas que podía ver en sus ojos no cayeran. En cambio yo, estaba destrozada, las lágrimas seguían deslizándose cuando agregué: —Ella te tiene a ti, es perfecta, no lo niegues.

—No lo niego —comenzó a decir, mientras lentamente se acercaba a mí y mi corazón se partía cada vez más —Es verdad, ella es perfecta, todo lo que tú dices es cierto.

Comenzaba a darme la vuelta, lista para salir de ese infierno cuando su mano agarró mi muñeca, evitando que siguiera caminando. Al darme vuelta, casi choco con su pecho por lo cerca que estaba.

—¿Es que acaso no puedes verlo? —me preguntó

—¿Ver lo perfecta que es? Por supuesto que puedo verlo, ¿Cuál es tu problema? —dije, tratando de zafarme de su agarre, cosa que fue imposible.

—¿Quieres saber mi problema? —me preguntó, mientras subía el tono de su voz cada vez más.

—¡Claro que quiero saberlo! He querido hacerlo durante toda esta discusión.

—¡El problema es que te amo!



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En el texto hay: traicion, romance, celebridad

Editado: 11.09.2018

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