3. El doctor Devon

"Bitácora del día"

El día de hoy ingresó un infante desconocido al centro de investigación 486 sector 43 sala 12, el niño de aproximadamente 4 o 5 años de edad de género masculino presenta osamenta expuesta en su totalidad, ausencia completa de piel y órganos internos, tiene un 7% de tejido muscular en algunas cavidades, tiene masa encefálica funcional y un órgano entre la cavidad torácica parecido al corazón que emite pulsaciones muy débiles, sin embargo carece de movimiento y función. Sin estos organismos básicos no podemos entender cómo es que sigue dando señales de vida y reacción motriz  hacia los estímulos externos."

El reporte venía acompañado de fotografías y algunos dibujos realizados a lápiz explicando todo lo que se describe en el texto, además venía con varias hojas con  teorías de cómo es que el paciente seguía presentando señales de vida, ninguna lógica o coherente en realidad.

Cuando estaban terminando de hacer limpieza del organismo una de las médicos presentes notó un resplandor color violeta muy tenue en el órgano que según comentaron es el corazón (A pesar que no estaba conectado a ningún sistema circulatorio), este pequeño resplandor interior no tenía una luz constante y solo era perceptible bajo condiciones de muy poca luz.

Se hizo la anotación en la libreta de observaciones y dejaron el lugar, al salir pusieron una temperatura templada ideal para que el pequeño pudiera descansar, apagaron la luz y cerraron todo.

Estando fuera continuaron llenando los reportes correspondientes ya en sus escritorios, seguramente serían como las 2 am. Cuando lo terminaron lo imprimieron y colocaron en un sobre amarillo con una etiqueta con el nombre Doctor Devon Suffering.

Se trataba un prestigioso doctor con ascendencia Francoportuguesa, muy conocido en el ambiente de lo paranormal, respetado por sus conocimientos, pero también muy criticado por sus formas.

El reporte que descansaba en el escritorio del dr. Devon constaba de casi 80 páginas de observaciones, ya que el doctor le gustaba ser extremadamente detallado con sus investigaciones, de hecho, los doctores sabían que muy probablemente el reporte al final no le iba a gustar y que terminaría por complementar la información él mismo.

El doctor era un profesional en su trabajo, pero descuidado en su vida personal, era un hombre obeso, lento, sudoroso, con colesterol muy alto y con los lentes constantemente empañados debido a su abundante transpiración.

Esa mañana llegó temprano sin saludar a nadie (como solía hacerlo), se sentó en su silla y empezó a leer el extenso reporte que le dejaron en su mesa, ocasionalmente se movía en su silla móvil a buscar algún expediente, o para tomar algo de su refrigerador y luego continuaba, tenía un marcatextos con el que destacaba algunas áreas que le parecían notables, para posteriormente hacer anotaciones en una libreta de pasta dura color café muy deteriorada y con una letra que solo él parecía entender.

Después de una media hora, ya no se movió más, comenzó a clavar sus ojos en las 47 hojas restantes y cambiando ligeramente su semblante, el cual ahora era más rígido.

Unos 40 minutos después tomó el teléfono fijo de su oficina y comenzó a hablar con alguien, no se escuchaba nada hacia afuera, únicamente se podía ver al grueso hombre manoteando y hablando a través del vidrio semitransparente de la puerta.

Según la información recabada posteriormente, la llamada de alrededor de 10 minutos, fue para hablar con un médico que era de su absoluta confianza, el cual era su conocido desde hacía ya mucho tiempo y cuyo nombre fue reservado para temas de seguridad. Sé sabe que Devon lo citó para ver sus descubrimientos y llegaría en unos 30 minutos aproximadamente. Luego de colgar el doctor siguió leyendo el documento y agregando anotaciones.

Una vez que el invitado llegó al lugar, ambos personajes se saludaron y conversaron no más de 5 minutos, para finalmente moverse a donde estaba el cuerpo del infante.

La oficina del Dr. Devon estaba a la entrada y el cuerpo estaba en la sala 12, no pareciera mucho, pero en sus condiciones de salud, esto le parecía una eternidad.

Una vez llegaron, Devon irrumpió con poco tacto en el lugar, en dónde ya estaban los auxiliares preparando todo el material para la revisión.

El doctor se acercó con algo de precaución, aquella energía y emoción se fue desvaneciendo conforme se iba acercando y se daba cuenta que aquel bulto de gasas y vendas que desprendía un olor nauseabundo, no solo era inofensivo sino prácticamente un vegetal.

Tomó su estetoscopio y lo pasó por el dorso del ente, se dio cuenta que tenía una pulsación prácticamente imperceptible, tras poco más de un minuto de examinarlo enderezó la postura y vió unos segundos a su compañero con cara de incredulidad.

Se paseó de un lado al otro de la cama observando los detalles del cuerpo sin decir una sola palabra, solo respirando en silencio y de vez en cuando frotando un pañuelo para secar el sudor de su gorda papada.

—Quítenle las vendas y lleven el cuerpo al sector 19— dijo entonces el doctor en tono serio, los ayudantes se veían con cara de preocupación, aquel cuerpecillo realmente sufría cuando se realizaban estas curaciones, a pesar de contar con poco tejido y no mostrar ningún tipo de reacción visible dado que no tenía rostro, sus movimientos y sonidos eran realmente desgarradores.

En su última curación tuvieron que retirar el tejido de los huesos que estaba prácticamente descompuesto y la reacción fue de un ser vivo siendo torturado de una manera cruel, ¿pero como era eso posible con un ser que no tenía signos vitales? lo de los doctores y enfermeros que lo revisaron no fue hecho con dolo, simplemente creyeron que se trataba de un cadáver dado el estado del cuerpo.

Por esta experiencia traumática es que los auxiliares no actuaron de inmediato, sólo se vieron durante unos segundos, con un aspecto de preocupación en sus rostros.