Sus ojos: mí perdición y salvación.

Capítulo 3.

POV LINA.
 


Despierto en una habitación que no es la mía, totalmente confundida, al mirar por la ventana me doy cuenta que es de noche, miro en todas las direcciones y caigo en cuenta de que me encuentro en el hospital.

Claro, cómo no darme cuenta si tengo hasta un suero.

Muy inteligente Lina, muy inteligente.

Luego de recriminarme por mi estupidez, siento una pequeña presión en mí mano y dirijo la mirada allí.

Y ahí está él. Mí hermano. Con su brazo en la camilla y su cabeza recostada sobre este, durmiendo, sentí un pinchazo de culpabilidad, y unas terribles ganas de llorar al verlo así porque a pesar de todo, de lo mal que lo he tratado, él está ahí, para mí, sin soltarme la mano, y se lo agradezco.

El recuerdo de lo que sucedió llega a mi mente de golpe.

 

Flashback 
 

 

Llegué al instituto sintiéndome mal, no tenía ánimos de nada, y que mi madre estuviera insistente con el tema de mi cumpleaños me enfermaba el doble. No quiero fiesta, no quiero regalos, no quiero nada, solo que me dejen tranquila. Ya hab pasado un mes más o menos desde mi cumpleaños y ella sigue con lo mismo.

Muchos pueden pensar que estoy exagerando con el tema de la muerte de mi abuelo, pero no es así, él era todo para mí, mi abuelo, mi amigo, mi confidente, mi compañero de bromas y muchas cosas más, y que se haya ido así, sin más, sin poder despedirme, sin poder decirle un último te quiero, sin poder haberle dado un último abrazo y poder haber estado ahí hasta su último momento me hace pedazos.

Ese día Marck y Liam nos habían invitado a Jack, Rick y a mí, a pasar el rato, pero yo tenía que ir a visitar a mi abuelo, entonces el día anterior cuando fui, antes de irme a casa, me dio un fuerte abrazo,  le dije que al día siguiente los chicos nos habían invitado, él solo me dijo que fuera, que iba a estar bien y que me quería. Me fui de allí con un mal sabor de boca, pero decidí no darle mucha importancia. ¿Y qué sucede?, el único día que no voy a verlo él se va, y duele, duele muchísimo.

Me encuentro en el salón, mirando por la ventana, sumida en mis pensamientos, cuando siento la presencia de alguien a mi lado, y vuelvo mi mirada para ver de quien se trata, Connor. Me mira y yo devuelvo mi vista a la ventana.

¿Estás bien? — pregunta cautelosamente. Si tú supieras. No lo miro pero de todas formas asiento. — ¿segura? — vuelve a preguntar lo miro y estoy a punto de soltarle todo, contarle que me estoy muriendo por dentro, que necesito ayuda, pero me callo de golpe, frunzo el ceño al darme cuenta de lo que estuve a punto de hacer.

La clase empieza y yo cada vez me siento peor, entonces me paro de golpe al sentir que el aire me falta, pero un mareo me invade, Connor me mira asustado.

Todo me da vuelta y siento que no puedo respirar.

Ayúdame le suplico, es un susurro apenas audible, pero sé que él me escucha, porque veo cómo se levanta de golpe, aunque luego todo se vuelve negro.

 

Fin de flashback. 
 

 

Inconscientemente empiezo a acariciarle el cabello, como cuando todo estaba bien entre nosotros, cuando no había nada de qué preocuparse, como cuando él estaba enfermo y yo me iba a su habitación a mimarlo, y así, un recuerdo tras de otro, con él, con los chicos, vinieron a mi mente, provocando que un nudo se instalara en mi garganta, sin poder aguantarlo más, de mi ojo cae una pequeña y solitaria lagrima, él suelta un suspiro y luego frunce el ceño, instintivamente limpio mi mejilla, Jack va abriendo los ojos de apoco y cuando me ve despierta el alivio cruza por su cara, entonces se levanta de golpe y me abraza.

— ¡Dios, Lina! —murmura sin soltarme — Me tenías tan preocupado pequeña.—se queda así por un momento y me permito disfrutar de esa cálida sensación. — Aun no le he avisado nada a nuestros padres, y creo que sería conveniente no decirles nada por el momento, sabes que ellos se encuentran en viaje de trabajo y no quiero preocuparlos — me abrazó más fuerte, y en el momento en el que yo iba a rodearlo con mis brazos, la puerta se abre y él se separa de mí, dejando un vacío tan grande, que llega a doler. Y lo que veo a continuación no me lo esperaba.

Connor está ahí, parado en la puerta sin saber si entrar o no.

— Lo siento — comienza — solo quería saber cómo te encontrabas — rasca su nuca con nerviosismo — espero no interrumpir. — mira a Jack y a mi sucesivamente, algo que me hace fruncir el ceño.

—Claro que no hermano, pasa. — dice Jack — Siento no haber avisado nada, es solo que mi celular se descargó ayer y no quería dejar a Lina sola. — al escuchar eso mis ojos se abren de golpe y sin poder evitarlo, las palabras salen de mi boca por si solas.

— ¿Hace cuánto que estoy aquí?  —digo con voz ronca y pastosa, me siento débil.

— Desde ayer por la tarde, Lina, por eso estaba tan preocupado. — dice mirándome con miedo. Yo asiento y me recuesto nuevamente.

— Hablé con el doctor antes de entrar — dice Connor —dijo que si despertabas hoy, mañana ya podrías irte. Pero tendrás que hacer reposo.

— Genial. — dijo Jack mirándome con una pequeña sonrisa.

— Ah, por cierto, no quiero agobiarte desde ahora, pero el profesor Miller, nos puso un trabajo en parejas, y nos tocó hacerlo —dijo Connor — asique cuando quieras empezamos…

— Mañana, si salgo de aquí… en mi casa. — es lo único que digo y cierro mis ojos para descansar un momento. Entonces hace una pregunta que me deja descolocada.

—¿Me das la dirección? — ¿acaso no ha ido millones de veces a mi casa a tomar cerveza? Abro los ojos y lo miro incrédula




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.