Sus ojos: mí perdición y salvación.

Capítulo 6.

POV CONNOR

Nos dirigimos con Lina a casa para comenzar con el trabajo, ella va en silencio, observando atreves de la ventanilla, pensativa.

Nuestra relación ha avanzado bastante, nos llevamos muy bien, he podido descubrir esa chica de las que todos hablaban, aunque siento que todavía no se ha abierto del todo, igual es genial verla de esa forma, las pocas veces que nos juntamos antes de volver al instituto nos las hemos pasado jugando y divirtiéndonos, haciéndonos bromas entre nosotros y conociéndonos un poco más. Me he dado cuenta de lo genial que es, es muy diferente a las demás chicas, y eso me agrada, es directa, un poco vergonzosa, divertida y arriesgada. Es simplemente maravillosa.

Sonrió al pensar aquello.

Al llegar a casa, las puertas se abren permitiéndonos la entrada, el auto se estaciona a unos metros de la puerta de entrada, Robert, el chofer de la familia, baja y le abre la puerta a Lina ayudándola a bajar.

—Wow…— es lo único que sale de sus labios al ver la casa, río y ella me golpea el brazo de forma juguetona y ríe conmigo. — por casualidad… ¿tienes algún hermano?— pregunta de la nada, la miro algo confundido y asiento.

— Sí, ¿por qué? — ella sonríe pícara — Tiene veinte años — su sonrisa decae.

— Ya estaba planeando mi futuro —  dice suspirando dramáticamente, pero puedo ver la diversión en sus ojos. 
Esta chica sale con cada cosa.

— ¡Mujer interesada! — suelto haciendome el ofendido y me llevo una mano en el pecho, ella tapa su boca con la mano.

— ¡¿Dónde, dónde?! — mira hacia atrás, haciéndose la desentendida.

Nos quedamos mirando un momento y rompemos en carcajadas.

— Eres increíble —murmuro entre risas.

— Lo sé, lo sé, pero es mejor que entremos, no vaya a ser que vuelva esa mujer — ríe.

— Sí, sí, vamos...

Abro la puerta dejándola pasar primero y me encamino hacia la cocina mientras ella me sigue.

— Hola, hola — Mary, quién estaba preparando algo para comer se sobresalta al escucharme.

— Mi niño, ¿cómo te fue? — pregunta mientras me abraza y besa mi mejilla.

—Todo bien nana — digo besando su frente — aunque ya nos han puesto un trabajo...

Mary es mi nana, si leyeron bien, mi nana, es como mi madre, ella prácticamente me ha criado y la amo con el alma, es una excelente mujer de 38 años, hermosa y soltera, está llena de pretendientes, pero no le da interés a ninguno.

— ¿Quién es ella? — pregunta con una sonrisa dulce, me giro y me encuentro con Lina, tiene sus manos metidas en los bolsillos de su pantalón y nos mira con una pequeña sonrisa algo incómoda.

—Oh…nana, ella es Lina, una amiga, ha venido a hacer el trabajo conmigo...

— Un gusto linda — dice y se acerca a abrazarla, si, así es Mary, Lina le corresponde un poco incomoda, pero sin borrar su sonrisa — Soy María, pero dime Mary — dice guiñándole un ojo, Lina ríe.

— Mucho gusto Mary — responde esta con una hermosa sonrisa.

—¿Mi padre? —pregunto.

— Aún no llega....

—Disculpen, ¿les molesta sin me lavo las manos aquí? — dice Lina señalando la batea.

— Para nada linda, adelante— dice Mary sonriendo.

Lina voltea a lavarse las manos y Mary me mira con una ceja alzada y una sonrisa pícara, la señala con la cabeza y levanta su dedo pulgar en forma de ¿Aprobación? Vuelve a guiñar un ojo y frunzo el ceño. ¿Qué? Ella rueda los ojos haciendo notar su exasperación para luego negar, a lo que yo me encojo de hombros.

—Será mejor que empecemos. — la voz de Lina suena tímida.

— Sí, tienes razón. Vamos a mi cuarto, allí tengo libros y mi computadora — asiente luego de mirar a Mary — vamos...— continúo y paso un brazo sobre sus hombros, acción que se ha hecho costumbre entre nosotros, algo que Mary no pasa por alto.

— Vallan tranquilos, en un momento les subo algo de comer— dice está mirándonos con una sonrisa, yo asiento y me dispongo a salir.

— Un gusto conocerte Mary — habla Lina.

— Igualmente querida.

Ya adentro de la habitación Lina deja sus cosas sobre el escritorio y yo hago lo mismo.

— Ponte cómoda. — la veo pasar su mano por los marcos de los portarretratos que se encuentra en el escritorio y admirando todo a su paso.

— Wow…— dice por segunda vez en el día, yo sonrió por aquello — esta habitación es el doble de grande que la mía.

— Si. Digo no, o sea no, no es tan grande, tu habitación está bien. Esta es linda y puede que sea un poco más grande y...— su ceño se frunce — no es que tú habitación no sea linda, es muy linda y ...y colorida y... —rasco mí nuca con nerviosismo y ella suelta una risa incrédula cortando mí balbuceo.

—Tranquilo. Me encanta, parece como si tu vieras tu propia casa dentro de tu casa — dice emocionada, pero luego frunce el ceño — ¿eso siquiera tiene sentido? 

— Sí, sí, lo entendí —digo entre risas, ella sigue inspeccionando toda mi habitación, se queda mirando hacia el piso de arriba, con asombro y emoción.

— Tienes un biblioteca — suelta incrédula — y video juegos — continúa mirándome con una sonrisa de oreja a oreja, algo que me hace pensar que se ve extremadamente tierna – ya enserio, vendré a visitarte más seguido — dice entre risas.

— Cuando quieras — río, no sé porqué, pero me agrada la idea de tenerla aquí.

— Tomo tu palabra — dice apuntándome acusadoramente y riendo.

Luego de eso comenzamos con el trabajo, íbamos a hacer la primera parte nada más, ya que faltaba bastante tiempo para entregarlo, asique nos la pasamos riendo y hablando de cosas tribales mientras avanzábamos con el informe, poco a poco y sin prisas, cuando estamos a punto de terminar alguien llama a la puerta.

— ¡Adelante! — grito a lo que Lina se hecha a reír.

— Les traje jugo y una porción de torta de chocolate — anuncia Mary entrando — la hice esta mañana, espero que te guste, es el favorito de Connor — dice mirando a Lina.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.