Susurros de una Ciudad sin Escribir

Grafitología de Huitaca

¿Alguna vez te has preguntado por qué en Medellín hay tantos grafitis que cambian con el paso del tiempo y cuyas variaciones son inexplicables para los ciudadanos?

Aquí tienes la explicación de este fenómeno extraordinario en Medellín. Los antiguos habitantes de Aranjuez sugieren que el origen de esos grafitis fue hecho por un culto olvidado que existía incluso antes de la creación del barrio Aranjuez, cuyo propósito era proteger esa tierra del mal, lanzando un hechizo oscuro de la diosa Huitaca en diferentes muros de piedra por toda la región, evocando un dibujo oscuro y maligno en esos lugares. Se dice que “cuanto peores son las acciones que haces, más malvado se vuelve el dibujo”, sin embargo, el culto también había lanzado sobre los dibujos un hechizo de magia blanca del dios Chibchacum, quien siempre estaría en una lucha constante con Huitaca, cambiando la esencia de los dibujos a una más pura cuando las personas en la tierra hacían buenas acciones a favor de los demás.

Pasó el tiempo y una civilización se asentó en esa tierra, y la gente le dio el nombre de Aranjuez porque lo sentían como si fuera frío y picante. Más temprano que tarde, el poder de Huitaca comenzó a envolver el nuevo lugar con pura maldad hacia los habitantes durante años, haciéndolos malvados, agresivos, y esas acciones fueron la energía que Huitaca necesitaba para transformar la pureza de Chibchacum en un reflejo de las acciones del pueblo de Aranjuez. Esto hizo que los dibujos cambiaran su nombre a lo que hoy conocemos como graffiti.

La gente, cansada de esta situación, harta del crimen y los malos rasgos entre ellos, un pequeño grupo de adolescentes hizo lo inimaginable y su valentía será recordada a lo largo de los años creando la primera leyenda del barrio.

Una noche, este pequeño grupo comenzó a pintar toneladas de grafitis en su barrio, tratando de poner algo de color en el vecindario, escribiendo, dibujando mensajes positivos e imágenes hermosas que representaban el lado bueno de Aranjuez. Con una simple acción como esa, los grafitis comenzaron a cobrar vida y su energía positiva comenzó a expandirse en los alrededores e incluso en otros barrios de la ciudad. Finalmente, después de tantos años, Aranjuez pudo ver algo de bondad.

Sin embargo, Chibchacum comenzó a enojarse mucho con las acciones de Huitaca, se sentía satisfecho nuevamente con la buena acción que el grupo había hecho por su comunidad, pero sabía que eso no era suficiente y estaba muy molesto con la manipulación de ella. Así que, en un movimiento desesperado, Chibchacum lanzó su último hechizo para crear un equilibrio perfecto entre el bien y el mal, pero ese hechizo agotó toda su energía, provocándole una muerte prematura. Su sacrificio será siempre recordado en los corazones de los ciudadanos de Medellín y les impedirá ser manipulados por aquellos a quienes sienten abrazados por el poder de Huitaca.

Y así es como hoy en día la gente de toda Medellín dice ver cómo los grafitis de la ciudad cambian constantemente.




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