Susurros en la noche

Capitulo #4: El informe.

Ben: ¿Acaso dije 'lindo'? Claro, no me refería a él, sino a su expresión.

En serio, su piel es muy blanca; se nota mucho cuando se sonroja. Debo haber perdido la cabeza

(Debo tener algún tipo de problema para pasar de odiarlo a intentar entenderlo, a intentar ser su amigo, a pensar que tiene un lado tierno y que es lindo).

No perderé el tiempo pensando en eso, mejor voy a casa; mamá llegará pronto.

(¡Concrétate!)

EN LA CASA DE BEN

Ben: Mamá, ya llegué. ¿Mamá?

-Ben vio a su madre durmiendo en el sofá; parece que tuvo un día largo.

La madre de Ben es enfermera, y últimamente sus horarios de trabajo han estado empeorando mucho-.

(Así que ya llegó a casa; mejor me apresuro a hacer la cena).

Ben: Seguro que estabas muy agotada cuando llegaste. Perdón por llegar tarde, estoy seguro de que hiciste un buen trabajo. Descansa, mamá.

UNA HORA DESPUÉS

Vanessa: ¿Qué huele tan bien?

-Aún estaba medio dormida cuando se dirigió hacia la cocina; allí estaba Ben haciendo la cena.-

Ben: Ah, ya despertaste. Toma asiento, ya mismo está la cena.

Vanessa: Está bien, cariño.

Ben: Mamá, aquí está la cena. ¡Disfrútala!

Vanessa: ¿Eh? ¿Sopa de papa?

Ben: Tu turno empieza en 2 horas. No deberías comer comidas muy pesadas, podría darte indigestión.

Vanessa: Tienes razón. Qué buen chico eres. ¿Dónde conseguí a un hijo tan lindo y amable?

Ben: Jajaja. Me sobreestimas.

Vanessa: Hablo muy en serio, Ben. Eres un chico tan dulce y mereces lo mejor de este mundo. No deberías cargar con mis responsabilidades. Perdóname por ser una carga.

Ben: Mamá, eso no es cierto, ¡no eres una carga! Solo quiero facilitarte las cosas. Siempre llegas agotada del trabajo, y encargarme de la casa es lo menos que puedo hacer. Nunca te he pensado de esa manera. Mejor come y descansa, por favor.

Vanessa: Ben, hijo...

Ben: Yo soy responsable de que las cosas sean tan difíciles para ti, así que, por favor, déjame hacer esto por ti.

Vanessa: Discúlpame por traer este tema de nuevo. No me tomes en serio, estoy cansada y diciendo tonterías. Eres un buen chico, gracias por ayudar a mamá de esta manera.

Ben: Mamá...

Vanessa: Iré a dormir. Gracias por la cena. Buenas noches, hijo.

Ben: ¿Ah? Claro. Buenas noches, mamá.

(¡Ahhh! Cada vez es más difícil hablar con ella; siempre se lamenta de ser una carga, incluso después de decirle que no lo es. Me preguntó cuándo volverá todo a la normalidad.)

AL DÍA SIGUIENTE

Mónica: Hoy has estado muy callado, no lo molestas, simplemente lo ves. ¿Qué pasó? ¿Pelearon? Aunque siempre están peleando. ¿Te rendiste? No lo creo, tú nunca te rindes. ¡Ah! ¡Lo sé! Hiciste algo que te avergonzó.

Ben: ¿Ah? ¡Para nada, no se trata de eso!

Mónica: ¡Jajaja, es cierto! ¡Estás tan avergonzado! ¿Qué hiciste que te avergonzó tanto?

(¡Esta chica es perspicaz!)

Ben: No es nada de eso. Yo quiero acercarme a él, pero no quiero obligarlo.

Siento que si lo persigo mucho, solo haré que me odie más y más, y que se sienta sofocado con mi presencia.

Mónica: Entonces, le estás dando espacio. Nunca pensé que fueras tan maduro. ¡Es sorprendente!

Ben: Yo siempre he sido maduro.

Mónica: Sí, claro.

Ben: ¡Hey, tú!!!

Mónica: Lo sé. Sé que eres maduro y también sé el por qué lo eres.

Ben: Entonces, ¿de qué te sorprendes? ¡Tu amigo es muy maduro, siempre lo ha sido!

Mónica: No siempre lo fuiste.

Ben: Yo siempre he sido muy maduro para mi edad.

Mónica: Ben, ¿tú crees que ella querría que hicieras esto?

Ben: ¿De qué hablas? ¡Pensé que confiarías en mí!

Mónica: Lo hago, solo que no estoy segura de que Verónica querría esto. Sé que haces esto por ella.

Ben: Nunca vuelvas a mencionarla.

Mónica: ¡Ben!

Ben: ¡Nunca más vuelvas a decir su nombre frente a mí!

-Ben se fue muy enojado y Mónica no dijo nada más para no enfurecer aún más a Ben-.

Mónica: ¿Qué tengo que hacer, Verónica? Si solo regresaras, todo sería más fácil.

-Verónica: Ben es un chico dulce, por eso siempre ayuda a quien lo necesita-.

Mónica: Ese chico dulce ya no es tan dulce; ahora solo vive lleno de culpa.

Todo esto es muy complicado.

05:40 p.m

Ben: ¡Cris, sabía que estarías aquí!

Cris: Ah, dijiste que no vendrías cuando yo estuviera, pero aquí estás.

Ben: Vine a buscarte para ir a la biblioteca.

Cris: No quiero ir a ningún lado contigo.

Ben: ¿Quieres tener malas calificaciones?

Cris: Ya voy.

Ben: Jajaja.

Cris: ¿De qué te ríes, idiota?

Ben: De nada.

(¡Qué agresivo! Ah, claro, este chico no es nada lindo, ¡ni un poco!)

Cris: ¿Por qué llegaste tan temprano?

Ben: Toma unos 15 minutos caminando llegar a la biblioteca.

Cris: ¿Y por qué iríamos caminando? ¡Tomemos el autobús!

Ben: Para disfrutar del paisaje. Es otoño, las hojas caen, todo está teñido de diferentes tonos de naranja, ¡es simplemente hermoso!

Cris: Es el mismo paisaje de ayer, de mañana y de siempre, solo es un día más.

Ben: No es “solo un día más”, ¡es un día más!

Cris: ¿No es lo mismo?

Ben: No, no lo es. No todos pueden disfrutar de un día más. Apreciar y disfrutar de los pequeños momentos que parecen poco importantes son lo que hacen de cada día un día diferente.

Cris: Lo entiendo. Está bien, vayamos caminando.

-Luego de caminar y presenciar el hermoso paisaje, llegarán al Reino de los Susurros, la biblioteca-.

Cris: ¡Al fin llegamos! ¡Creo que mis pies han muerto!

Ben: No aguantas nada. Fue una pequeña caminata, no tienes nada de resistencia.

Cris: ¡Eh! ¡¿Quieres que te golpee?!

-Ben puso su dedo en los labios de Cris y le dijo susurrando-.

Ben: Shhh, estamos en la biblioteca. Habla con un tono más bajo.

Cris: Ya entendí, ¿puedes, por favor, quitar tu dedo?




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.