-Después de casi una hora, Cris despertó. Estaba un poco confundido y no entendía muy bien qué pasaba. Tomó sus lentes, que estaban en la mesa de noche junto a su cama. Lo primero que alcanzó a ver fue a Ben, que estaba sentado frente a la ventana. Con su mano izquierda sostenía un libro y con su mano derecha iba pasando las páginas.
El viento hacía revolotear las cortinas y el cabello de Ben. En ese momento, una pequeña hoja se posó en su cabello. Cris se acercó a él en silencio, se detuvo justo detrás y tomó lentamente la hoja, para luego llamar suavemente a Ben-.
Cris: Ben.
Ben: ¡Oh! Ya estás despierto. ¿Por qué no me dijiste?
Cris: Ben, ¿puedes darme tu mano?
Ben: Oh... Claro.
-Ben dejó el libro en sus piernas y le dio su mano izquierda a Cris. Este colocó la pequeña hoja en la palma de Ben y tomó la mano derecha de este para juntarlas-.
Cris: Un pequeño regalo, por favor, guárdalo.
Ben: ¿Una hoja? Oh, lo recuerdo. Yo también te regalé una hoja. Claro que la guardaré.
Así que ahora tenemos una cada uno. De alguna manera, se siente bien. ¿Tú aún conservas la que te regalé, cierto?
Cris: ¡Claro que aún la tengo! Digo... yo aún guardo la hoja que me regalaste, pues todavía no he limpiado mi cuarto y, por lo tanto, no la he votado. Es por eso que aún la tengo; no es que me importe o algo así.
Ben: Qué alegría que no limpies tu cuarto tan seguido. Gracias a ello, aún la tienes. ¿Podrías no desecharla, por favor?
Cris: No me cuesta nada tenerla, así que no le veo el problema. Después de todo, no ocupa espacio.
[(Tenerla ambos se siente bien. Se siente como si estuviéramos conectados, aunque sea un poco.)]
Ben: Gracias por decidir guardarla. Pero, aún más importante, ¿ya te sientes mejor?
Cris: Perdón por hacer una escena y comportarme de manera tan infantil. Yo ya estoy mejor.
Ben: No tienes que disculparte, tienes razón; siempre te estoy molestando y yo dije... algo muy cruel, pero créeme, no es lo que piensas. Yo solo pensé momentáneamente que estarías mejor sin tener que lidiar conmigo, así que si quieres que me vaya ahora, lo haré.
Cris: ¡Por favor, no lo hagas! Tener compañía de vez en cuando no está tan mal.
[Decir eso con esa cara tan triste y llena de arrepentimiento es tan injusto; soy yo quien tiene la culpa.]
Ben: ¡Aaah! Qué alivio. Realmente aún no quiero irme. Después de todo, tenemos nuestra... nuestros planes.
(Maldición, casi digo 'cita'. Uff, concéntrate. Recuerda, Cris se está recuperando de su resfriado y de su ataque de pánico; no debes enojarlo ni estresarlo).
[¿Eh? ¿Y ese cambio de humor tan rápido? Me siento como un estúpido por sentirme mal por él. ¡Ah, ya qué importa! Es bueno que aún esté tan enérgico como siempre].
Cris: Cierto, prometiste que veríamos una película juntos.
[Pensándolo bien, creo que sí se puede considerar una... una... ci...ci.. cita, después de todo].
Ben: ¡Sí, eso! ¡Una película! ¿Cuál quieres ver?
Cris: ¡Veamos una de terror!
Ben: ¿Te gusta el terror?
Cris: ¡Me encanta! ¿A ti no? Tal vez ¡¿te dan miedo?! Puaj, jajaja, me muero de la risa solo de imaginarte asustado.
Ben: A mí también me gustan un poco...
[¡Qué mala suerte, realmente quería verlo asustado!]
Ben: ¡Aunque sí me asustan!
Cris: ¿Es en serio? ¡Te gustan pero te asustan! Jaja, Ben, cada cosa que dices tiene menos sentido que la anterior.
[Este chico es todo un caso, jaja.]
Ben: ¡Claro que tiene sentido! Me gustan porque me asustan, y cuando me asustan es una emoción increíble, y me gustan las emociones fuertes. ¿Lo entiendes?
Cris: Creo que lo entiendo.
[¿Acaso es un niño? Le gustan las emociones fuertes, ¡qué adorable! Jaja.]
Entonces, ¿ya podemos ver la película?
Ben: ¡Claro que no podemos!
Cris: ¡Eh! ¿Por qué?
Ben: No puedes ver una película sin botanas, eso es obvio, y en tu nevera no hay nada, ni siquiera comida. ¡Tenemos que ir de compras!
Cris: ¿De compras? ¡Qué pereza!
Ben: ¡Vamos, no te cuesta nada! Cámbiate y vámonos antes de que sea muy tarde!
Cris: ¿Ah, incluso tengo que cambiarme?
Ben: Estás en pijama, ¿piensas salir así?
Cris: Originalmente no planeaba salir.
Ben: Entonces, ¿qué comerías todo este fin de semana? Oh, espera, déjame adivinar ¿comida chatarra?
Cris: ¿Qué más podría comer? Incluso si comprara comida saludable, no podría cocinarla porque no sé cocinar, ¡así que sería un desperdicio! No tienes que sermonearme.
Ben: Me preocupa tu salud, ¿lo entiendes?
Ok, he decidido que a partir de ahora cocinaré para ti.
[¿Debe estar bromeando? ¿Acaso piensa vivir conmigo?]
Cris: No tienes por qué hacerlo, ya estoy acostumbrado a comer así.
-Ben tomó las manos de Cris suavemente y lo miró fijamente-
Ben: Tal vez ya estés acostumbrado, pero yo quiero cuidar de ti. Permíteme cuidar de ti, por favor. Eres más importante para mí de lo que crees y no quiero que te pase nada malo.
-Cris estaba nervioso, sonrojado y conmocionado; no esperaba escuchar esas dulces palabras, y mucho menos de Ben-.
Cris: ¡Im...portante! ¿Qué quieres decir con eso?
[No puedo creerlo, yo no te soporto, o al menos no lo hacía antes. ¿Por qué ahora haces que mi corazón se agite y que sea tan tontamente feliz por simples palabras?]
(Dije algo tan vergonzoso, ¿qué hago, me retracto? Pero no puedo hacerlo. Porque él realmente es importante para mí. ¿Desde cuándo este niño se volvió alguien irremplazable para mí? Yo solo quería ayudarlo y tal vez ayudarme a mí mismo cuando... cuando... ¡pero espera! Eso no es lo importante ahora. ¿Cómo debería responder? Estoy tan nervioso que ni siquiera puedo mirarlo; ni siquiera puedo soltar sus manos).
[¡Maldición, estoy tan avergonzado!]
-Ambos chicos estuvieron callados durante un largo rato, mirando al piso, aunque no soltaron sus manos en todo ese tiempo. Al final, Ben rompió el silencio, aunque aún se sentía muy avergonzado. Separó sus manos de las de Cris-.