La memoria es un arma cargada de cenizas. Hay recuerdos que duelen incluso antes de ser recordados. Vidas que no terminan del todo, que se arrastran como sombras tenaces, aferradas al alma.
Algunas se esconden en sueños rotos. Otras, bajo la piel, donde ni el tiempo ni la muerte alcanzan.
Pero hay memorias... que arden. Que sangran. Que insisten.
A Leah siempre le costó entender por qué el mundo le parecía incompleto. Como si el aire supiera a algo que había olvidado.
Como si las sombras de la noche la observaran con una devoción que no merecía. Como si cada rincón de su existencia fuera un reflejo distorsionado de algo que alguna vez fue verdadero.
Desde pequeña, supo que había algo dentro de ella que no le pertenecía por completo.
Algo antiguo, feroz, dormido. A veces, lo sentía cuando tocaba ciertos objetos, cuando la luna se escondía tras nubes espesas, o cuando alguien —algún desconocido— pronunciaba su nombre con una ternura que dolía.
Leah. Eliah. Alryn.
Nombres que se cruzaban como caminos que se dirigían a un mismo lugar..
Eron.
No lo conocía. Pero sus ojos la miraban con una mezcla de temor y ternura que no podía ser fingida. Como si ya la hubiera perdido muchas veces antes.
Como si supiera que, tarde o temprano, volvería a perderla. Él traía consigo más que respuestas. Traía cicatrices. Promesas rotas. Secretos sellados en sangre.
Y luego llegó él.
Lior.
La sombra que ha perseguido su alma a través de los siglos. Amante. Traidor. Verdugo.
El hombre que no supo soltarla, ni siquiera después de la muerte.
El hombre que no olvida. No perdona. No deja ir.
El pasado se fractura cuando Leah descubre la esfera. Un fragmento de su alma encerrado en un objeto que la llama con urgencia. Al tocarla, el fuego despierta. La verdad —esa que lleva generaciones enterrada— ruge como un animal enjaulado.
Ella recuerda. Los rostros. Las promesas. Los errores.
Los besos que terminaron en heridas. Las alianzas tejidas con hilos de deseo y desesperación.
Leah fue Eliah. Fue Alryn. Fue muchas otras.
En cada vida, Lior la encontró. En cada vida, Eron intentó salvarla. Y en cada vida... ella eligió mal.
Pero esta vez, algo es distinto. Esta vez, no es solo una reencarnación más. Esta vez, los fragmentos de todo lo que un día fue han comenzado a unirse, y el alma de Leah ya no está dispuesta a repetir la historia.
Porque hay un poder dormido dentro de ella. Uno que puede romper el ciclo. O arrasar con todo.
Y en medio de esa tormenta de memorias y destino, Leah se encuentra en el centro del huracán, obligada a elegir. Entre la oscuridad que la seduce. Y la luz que duele.
Entre el amor que la destruye. Y el que la salva . Esta no es una historia de héroes y villanos. Es una historia de memorias. De errores eternos. De corazones que se encuentran demasiado tarde. De almas entrelazadas por la sangre, la magia y el deseo.
Y todo comienza con una pregunta, ¿Qué harías si recordaras cada una de tus vidas... y supieras que siempre elegiste al hombre equivocado?