Tal vez es siempre

Capítulo 6

Nora

Mierda.

No.

No puede ser.

No. Puede. Ser.

Esto tiene que ser una broma.

Que alguien me mate ahora mismo. Por favor.

Aparto la mirada de las puertas y miro el control de botones, acercándome ahí rápidamente. Los miro uno a uno y pulso varias veces el de mi planta, rezando para que el ascensor vuelva a funcionar y yo pueda llegar de una vez a mi habitación.

Pero, obviamente, no arreglo nada pulsando el botón de la tercera planta.

−Mierda –murmuro, en voz baja, y agachando un segundo la cabeza.

Miro todos los botones una vez más hasta que decido pulsar el botón de emergencia. Espero impaciente a que alguien hable a través del altavoz mientras Tyler, detrás de mí, no deja de mirarme. Y lo sé por la mirada insistente que siento en mi espalda.

−¿Hola? –pregunto cuando escucho ruido a través del altavoz−. ¿Hola? El ascensor se ha parado y… nos hemos quedado encerrados. ¿Puede venir alguien?

−Buenas noches. Ya hemos sido notificados del problema del ascensor. Acabamos de llamar a los técnicos y llegarán en los próximos minutos –habla una voz de mujer a través del altavoz−. Por favor, manténganse tranquilos. En muy poco tiempo estarán fuera.

Manténgase tranquilos dice… tendrías que estar tú encerrada con la persona que te engañó con su ex y a quien sigues queriendo a pesar de todo.

−Gracias –murmuro antes de apartarme del control de botones−. Genial.

Evitando mirar a Tyler en todo momento, me agacho y me siento en el suelo, apoyando la espalda en una de las paredes, y miro hacia arriba, cerrando los ojos y soltando un suspiro. La suerte no está de mi parte estos días.

O igual sí.

Pero, ¿qué dices tú ahora?

Bueno… estás con Tyler… en un ascensor… a solas…

¿Tú no querías que me alejara de él?

Yo sólo te voy a llevar la contraria, ya lo sabes.

¡Pues deberías ayudarme!

Escucho como Tyler hace el mismo movimiento que yo y se sienta a mi lado. Intento no mirarle y me limito a mirar al frente, deseando en cualquier momento sentir de nuevo el movimiento del ascensor y ver las puertas abrirse. No deberían tarde mucho en llegar, ¿verdad?

Los minutos pasan y el silencio se alarga entre nosotros. Ninguno de los dos dice nada. Y lo agradezco. Lo menos que me apetece ahora es que Tyler me hable y…

−Nora –me llama de repente.

Mierda. ¿Para qué digo nada?

No le contesto. Sigo mirando al frente como si estuviese sola en este cubículo estrecho. Por favor, que se abran ya las puertas antes de que empiece a agobiarme.

−Nora –me vuelve a llamar.

Pongo los ojos en blanco y suspiro. De reojo, veo como está a punto de volver a hablar, así que decido hacerlo yo para no volver a escucharle.

−¿No ves que estoy pasando de ti? No estoy sorda, es que no quiero hablar contigo –le suelto sin mirarle en ningún momento−. Así que, si no te importa, cállate y no hablemos. Quiero estar con silencio.

−Podemos estar aquí un buen rato.

−Pues ya sabes. Ponte a prueba y a ver lo que duras callado.

Hay un momento de silencio y pienso que me hará caso, que realmente se mantendrá callado. Me paso las manos por la cara y suspiro. Estar aquí encerrada, y encima con Tyler, ya está empezando a agobiarme bastante.

−¿Estás bien? –me pregunta.

−No te interesa.

−La verdad es que sí que me interesa.

¿Este chico es tonto?

−Joder, Tyler. ¿Acaso no entiendes un cállate que no quiero hablar contigo? ¿Te hace falta un croquis o qué?

−Lo siento.

−Ya, claro… −río sarcásticamente−. ¿También lo sentías cuando te estabas acostando con Jessica? –ahora sí que le miro.

Ni siquiera pienso en lo que digo. Simplemente, no he podido contenerme. Y el hecho de que yo quiera que esté callado y él no pare de hablar, no ayuda en nada.

−Nora…

−No, Tyler –niego con la cabeza, ya sin poder callarme−. Dijiste que Austin era de lo peor por ponerme los cuernos, por acostarse con otra cuando estaba conmigo y que no tenía que volver con él. Y mira, tú hiciste lo mismo –hago una pausa−. Que sí, que tú y yo no éramos pareja, me lo dejaste claro, pero fue lo mismo.

−Vale, lo sé. Pero me estoy disculpando.

−Pues genial. Pero no pienses que voy a salir de fiesta ahora mismo contigo.

Se vuelve a formar un silencio entre nosotros de varios minutos.

Joder, ¿cuánto van a tardar en arreglar el maldito ascensor? Me levanto, frustrada, y vuelvo a tocar el botón de emergencia, escuchando de nuevo la misma voz de mujer.

−No se preocupe, ya están arreglando el fallo del ascensor. En unos minutos volverá a funcionar.

−Eso dijiste la primera vez –murmuro, pasándome las manos por el pelo y volviendo a mirar al frente.

Vale, igual estoy siendo demasiado borde. Lo siento.

Perdonada.

Pero, ¿qué dices tú ahora? Cállate un rato.

Menudo amor me tienes.

Cada día un poco menos.

Bajo la mirada a mi teléfono, pero hoy no es mi día –ni ningún otro− y apenas hay cobertura aquí dentro, así que vuelvo a guardarlo mientras muevo mi pierna derecha arriba y abajo frenéticamente, rezando a quien sea que me pueda escuchar para que las puertas se abran de una vez.

−Saldremos de aquí pronto –escucho a Tyler de nuevo a mi lado.

−Ajá, ¿y te he pedido tu opinión o algo? No, ¿verdad? Pues no me hables.

Vaya, sí que tienes mal genio.

Se lo merece.

Vuelvo a ver de reojo que él está a punto de hablar y yo estoy a punto de perder los nervios cuando, por fin, el ascensor vuelve a funcionar y subimos hasta la tercera planta. Tyler se levanta al instante del suelo y, cuando las puertas del ascensor se abren, salgo apresuradamente de ahí, como alma que lleva al diablo, y camino rápidamente para llegar a mi habitación de una vez.



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En el texto hay: romance, amor, cine

Editado: 15.12.2021

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