Un problema en el laboratorio
No habían pasado ni 15 minutos y un gran estruendo se escuchó...
Sadie se cubrió la cabeza y se apartó de la mesa en donde estaba su grupo, cuando volvió a abrir los ojos vio a su maestra que lucía muy molesta y también vio que su área estaba bastante sucia, luego de eso vio a Matías quien tenía parte de una planta de manzanilla en la cabeza y cuando lo vio no pudo aguantar ver su cara de confusión y se miraba tan chistoso que ella soltó una gran carcajada a lo cual el la volteo a ver confundido.
— ¿Qué es tan chistoso? — Preguntó Matías.
— Bueno es que tienes una planta ahí. — Dijo ella poniéndose de puntitas y quitándole la planta de la cabeza.
— Sadie mira el techo. — Dijo su amiga Danna señalando el techo.
Cuando ella vio hacía arriba se encontró con una mancha amarillenta en el techo y cayó en cuenta de que tendría un gran regaño. Aun así tenía que decir que en el fondo esa escena seguía pareciéndole divertida, hubiese estado genial que Caleb hubiese estado junto a ella para luego burlarse de ese tipo de cosas.
— Diablos nos van a regañar por tu culpa, Matías. — Dijo ella con una voz de molestia.
— Yo no tengo la culpa de que las cosas de aquí no sirvan. — Dijo Matías de manera egocéntrica.
— ¡Es tu culpa por no haberle puesto una manguera más grande! — Dijo Sadie pensando en que no se salvaría de obtener un castigo aunque haya sido culpa de Matías, al parecer su maestra ya no la quería desde lo que ocurrió en el salón junto con Caleb. ¿Además ese estúpido acaso no piensa? Solo por ser el modelito no es que fuese a quedar libre diciendo que los materiales no sirven (Aunque sea cierto).
— ¡Sadieee Alquati! — La maestra subió el tono de voz mientras se dirigía hacia su mesa enojada. — ¡Matías! ¿Qué ha pasado? — Dijo la maestra más calmada. ¡Ja! Esa mujer debería controlar sus sentimientos, el hecho de que Sadie se hubiese equivocado un par de veces no significaba que ella siempre iba a ser así.
Sadie no podía creer que le hubieran gritado a ella si la culpa era del chico a su lado, la maestra sí que la llevaba contra ella y sabía que esa mujer haría todo lo que pudiese para que castigaran a Sadie aunque no fuera su culpa.
— Pues nada que este equipo no sirve se nota como que lo hubieran sacado de la basura o eso parecería porque si no fuera así la manguera hubiera funcionado bien y hubiéramos evitado este reguero. — Matías se encogió de hombros mientras que a la maestra parecía que le iba a salir humo de las orejas del enojo.
— Los dos acompáñenme a dirección. — Fue lo único que dijo mientras se encaminaba a la puerta muy enojada.
Sadie volteo a ver hacia donde estaban sus otros amigos y Caleb sonreía y le guiñaba un ojo pero Francia y Freddy negaban con la cabeza.
Fueron hacia la dirección y se sentaron en los asientos que estaban fuera de esta para que la maestra se metiera a la dirección a hablar con el director, mientras tanto Sadie soltaba un suspiro.
— Sadie querida ¿Qué has hecho ahora? — Preguntó Margaret.
Esa señora era única, Sadie la apreciaba porque ella siempre la escuchaba aunque fueran sus bobas ocurrencias, no es que Sadie le contara de su vida pero cuando ella tenía algún problema con sus hermanos Margaret siempre era una gran consejera, Sadie siempre ha pensado que esa señora a sus 45 años es la única que no es amargada como todos los demás adultos en su escuela. Además siempre era muy discreta sobre cada cosa que pasaba en la escuela y no andaba divulgando cosas como los demás maestros.
— Ret no he hecho nada y la vieja de Química me está diciendo que yo soy la culpable cuando es este el que no sabe hacer las cosas bien. — dijo Sadie mientras señalaba a Matías, ella le decía Ret a la señora puesto a que era la abreviación de Margaret y no le gustaba decirle Marga o Magui así que se quedó con Ret; además a Margaret nunca le había incomodado, esa señora conocía a la chica desde que tenía 10 años así que le tiene un gran aprecio.
— Mi pequeña no le hagas caso, sé que en estos 7 años que te llevo conociendo nunca mientes y si tú has hecho algo siempre lo admites así que yo creo que tú no has hecho nada. — Margaret le sonrió a Sadie mientras la abrazaba.
— Gracias Ret por eso te quiero tanto. — Sadie se separó de ella y sacó un chocolate que tenía en su bolsillo y se lo regaló a Margaret.
— Gracias mi niña pero no me distraigo más, tengo que ir a dejar esto al aula de profesores, te veo luego mi niña. — Dijo Margaret dándole un corto abrazo y saliendo de la pequeña recepción de la dirección.
En ese momento Sadie regreso a su lugar y Matías la veía algo confundido.
— ¿Eres familiar de esa señora? — Preguntó Matías a lo cual Sadie lo miro extrañada. Después de todo no era de su incumbencia.
— ¿Por qué dices esto? — Respondió la chica.
— Bueno se llevan bastante bien así que supuse que eran familiares. — Dijo Matías.
— Oh no, ella es como mi consejera la conozco desde hace 7 años como dijo ella, así que por eso nos llevamos tan bien además es la única que no es amargada de los demás adultos aquí. — Respondió Sadie con una sonrisa de lado.
— Creo que no recibiré ningún castigo, soy modelo así que no me dirán nada porque no les conviene que hable mal de esta escuela. — Dijo él con cierto tono de superioridad.
— El hecho de que seas modelo no importa, al fin y al cabo eres otro estudiante más y si eres capaz de decir que eres modelo y que hablaras mal de esta escuela si te dan un castigo eso demuestra que eres un cobarde. — Dijo Sadie mientras se recostaba en la silla. No le agradaba la actitud del chico en ese momento.
— Eso no es...
— Sadie ¿Qué te trae por aquí? — Dijo un chico interrumpiendo a Matías.
— Bueno lo de siempre ya sabes, tengo problemas con la de Química. — Dijo ella encogiéndose de hombros despreocupada.