Especial Nota N° Siete.

Le presto atención a mi teléfono levantando la mirada cada cierto tiempo esperando que no venga algún supervisor a decomisármelo.

El salón se encontraría completamente vacío si no fuese por mí, que no asistí a la hora de recreación por un fuerte dolor en mi vientre. Ya se me pasó el dolor pero de igual manera me niego a asistir a esa tonta e innecesaria clase, ¿Por qué razón tengo que socializar forzadamente con chicos de otras secciones y cursos si el resultado será un intento incomodo de conversación?

Simplemente no es una idea que me agrade mucho.

Escucho a una estampida de rinocerontes venir a través del pasillo y como es costumbre ya puedo saber quienes son los causantes de tal alboroto. Me apresuro a colocarme los auriculares para simular que estoy escuchando música para evitar que vengan a molestarme. Cuando finalmente ingresan al aula puedo observar de reojo que están completamente sudados, de seguro se saltaron la hora recreativa para ir a jugar fútbol y ahora corrían de algún supervisor.

—Hey, faldita. — Escucho decir a uno de esos cinco, no me es necesario dirigirle la mirada para saber de quién se trata. — Faldita, te estoy hablando. — Hago todo lo posible para no girar los ojos, insultarlo o hacer cualquier acción que le avise que sí lo estoy escuchando. Gerard insiste unas veces más hasta que se cansa. — Maldita imbécil... — Murmura antes de alejarse y volver con los demás.

Trato de no prestar atención a su conversación sin sentido hasta que escucho que mencionan un nombre.

— ¿Cuándo creen que Loui lo supere? — Pregunta Gerard para después seguir tomando de su botella. 

— No lo sé, esa zorra lo tiene mal. —  Contesta Ryan mientras le arrebata la botella.

— Pero no hay que negar que estaba buena. — Comenta Walcker. dios, como es que unos chicos de esta edad pueden pensar así.

— ¿Podrían dejar de hablar así de Elli?, gracias. — Los interrumpe Loui al entrar al salón. 

— Hey hermano, tranquilízate un poco, solo estamos mencionando los atributos de la difunta. — Habla Jamie mientras reprime una risa. — ¿Dónde están tus nuevos amigos?, ¿Qué acaso te dejaron sólo? — Pregunta esta vez sin reprimir risa alguna.

— Eso no es algo que deba interesarles. — Contesta manteniendo su semblante serio. —  Y en ningún momento hablaron bien de Elli, lo único que hicieron fue sexualizarla. 

— ''Elli'' — Murmura divertido Gerard, seguido de los demás. 

Sé que he escuchando ese nombre en alguna parte...

— Dejen de burlarse de ella... — 

— Vamos Loui, supéralo. — Contesta Ryan. — La señora Elliza murió y ahora está descansando en paz en un lugar mejor. 

 — ¿Cómo puedes decir que está descansando en paz después de insinuar tales cosas sobre ella? —  Levanto un poco mi cabeza para obtener una mejor visión. Aunque estoy alejada de ellos, al tener de frente a Loui puedo ver como las lagrimas amenazan con salir de sus ojos.

— Oh dios, deja las mariconadas bro. — Murmura Gerard con desagrado. — Ya estabas muy grande como para tener una niñera, su muerte fue beneficiaria para ti.

Elliza...

Niñera...

¡Sé de quién se trata!, era la mujer que se encargaba de ir a dejar y a traer a Loui de la escuela, algunas veces ella se encargó de mi cuando mis padres no podían llegar a tiempo al momento de la salida, quedándose ella y Loui conmigo hasta que alguno de mis padres llegara. 

Realmente es una lástima que haya muerto... Sobre todo para Loui, ni siquiera puedo imaginar lo que ha de estar sintiendo y lo que sufrido por su partida, era como una madre para él...

 — Vamos Loui, solo estamos bromeando. — Comenta Walcker al ver las venas del pálido resaltarse. — Lo que tu necesitas para calmar esa amargura es una buena cogida, o no me digas que... ¿Sigues siendo virgen? — Agrega con diversión en su tono.

— Nosotros la perdimos la semana pasada. — Añade Gerard con orgullo.

—Sigo siendo virgen, ¿Acaso lo hicieron entre ustedes? — Responde Loui malicioso dejando sus lágrimas de lado.

Levanto la mirada por completo al ver el puño de Gerard impactarse en la cara del pálido, seguido de este le llueven más golpes proporcionados por los demás. 

Sin perder más mi tiempo corro del salón buscando la ayuda de algún superior.