Te ama, Nicolle.

Especial ·1·

Poco más de un año antes de la nota N° Diez...

Sábado veintisiete de enero, día de mi cumpleaños número catorce. Debería estar en la fiesta sorpresa que mis amigos me organizaron... En lugar de estar ojeando los pasillos de este patético mini supermercado de centro comercial mientras espero a que mi madre salga de ese masaje gratis de dos horas. 

¿A quién engaño?, ni siquiera tengo amigos, solo conocidos a los que no me irrita su presencia.

Nuevo propósito para este año escolar: Conseguir amigos. Durante el primer año de secundaria me enfoqué tanto en evitar a los que caían mal en lugar de hacer amistad con alguien, a consecuencia de esto, solo recibo mensajes por parte de algunos familiares y  amigos ajenos a la secundaria para pedirme algún favor.

Dejando a mi soledad de lado, sigo rebuscando entre los estantes algo rico para comer, aunque no encuentro nada que me llame la atención. Me mantengo así hasta llegar al área de dulces y ver a una solitaria (Pero deliciosa) barra de Hershey's de Cookies 'n' creme, la única que queda en el estante... ¡Por fin algo bueno en este día!, me aproximo a esta con rapidez antes de que a alguien más se le ocurra tomarla.

 Aunque al parecer todo mi esfuerzo es en vano, ya que una mano pálida la sujeta al mismo tiempo que yo. Se ha vuelto más alto desde que comenzaron las vacaciones de invierno y por debajo de su gorra puedo ver que el color avellana en sus ojos se ha intensificado, pero al mismo tiempo no deja de verse apagado. Al ver que no piensa soltarla, intento desprender el chocolate de sus manos, Loui, al notar mis intenciones; refuerza su agarre en la barra.

— Yo la vi primero. — Se excusa mientras intenta huir con mi preciado chocolate.

— ¡Pero yo la agarré primero! — Me quejo mientras sujeto más fuerte la barra.

— Dame una razón para dejar que tú te la quedes. —

No sé qué decir. 

—... El chocolate blanco es mi favorito...— Al escuchar mi respuesta me escanea con la mirada como si esperase que cambiara mi razón.

— Incorrecto. — Sin agregar nada más, se va por el pasillo ignorando mis quejas. 

Suspiro dramáticamente mientras me dirijo al área de las cajas registradoras, normalmente suelen poner dulces en esa área para que a los clientes se les antoje y así lleven cosas de más.

Special dark, milk chocolate, incluso cherry cheesecake y strawberries 'n' creme... pero ningún cookies 'n' creme, ya, cansada de mi triste búsqueda, me dirijo a la última caja. En el estante de esta, brillando como oro ante mi mirada, puedo admirar la belleza de un Hershey's cookies 'n' creme como si el destino la hubiese puesto en mi camino para que me encontrara con ella y finalmente fuese feliz. Con rapidez, saco el dinero de mi bolsillo trasero y pago el precio equivalente de la barra.

Eso diría si no hubiese dejado mis cosas en el bolso de mi madre. 

Tristemente, me resigno a salir del supermercado para esperar a qué mi mamá salga recién inaugurado spa frente a este, sin más, me dirijo al estacionamiento y me siento en la banqueta. Ni siquiera puedo esperar dentro del auto ya que mi progenitora tiene las llaves con ella, me siento con las piernas cruzadas apuntando hacia a la calle, viendo como entran y salen autos cada cierto tiempo.

Igual, prefiero esto antes que observar como alguien más se lleva lo que por mandato divino me correspondía.

Al pasar unos minutos, siento que alguien se sienta a mi lado, dirijo mi mirada hacia al intruso y puedo ver que este le ha dado vuelta a su gorra dejando así su frente un poco más descubierta. 

— Debías contestar ''Por qué hoy es mi cumpleaños''— Dice mientras le quita el envoltorio al chocolate. — Pero supongo que el hecho de que es tu favorito también tiene cierta validez.— Finaliza partiendo la barra a la mitad para luego estirar una de sus partes hacia mí.

Dudosamente, acepto el chocolate. —¿Cuánto me cobrarás por esto? — Pregunto con mis ojos entrecerrados.

— El triple de lo que me costó. — La seriedad con la que lo dice me hace abrir los ojos de golpe e intentar devolverle la mitad del chocolate. Mi reacción lo hace reír a carcajadas como si le hubiese contado el mejor chiste del mundo. — Vamos, sólo estoy bromeando, ¿Realmente crees que haría eso?

—Pues... De ti se puede esperar todo—

Me mira con asombro. — Oh, vaya... Creo que intentaré cambiar este concepto que tienes sobre mi, déjame presentarme, por si no lo hice en la primaria — Prepara su voz y me extiende su mano libre. — Mi nombre es Loui Kai Rimoldi Tanaka, cumpliré quince el tres de abril, aunque ese día también es el día del arcoíris. Mucho gusto.

Acepto su mano con confianza.— Mi nombre es Cristel Nicolle Anthas Dimitriou, cumplo catorce el día de hoy y no sé qué se celebra este día aparte de mi cumpleaños. Mucho gusto. — Digo agitando amistosamente nuestras manos.

— Ahora que nos presentamos correctamente, deberíamos hacer un brindis. —

— ¿Un brindis...? — Pregunto desconcertada.

— Sí, un brindis de chocolate. — Contesta de una forma tan elegante que me provoca risa.

De todos modos, hago chocar gustosamente mi chocolate con el suyo mientras que él simula un sonido como si se tratase de dos copas chocando entre sí. 

Así fue como inició nuestra amistad.



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En el texto hay: amor, histora corta, romance y desamor

Editado: 13.10.2021

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