Te ame incluso cuando ya no estás

Capitulo 5: No soy suficiente

Nunca pensé que el amor doliera así. Nunca imaginé que un "nosotros" pudiera desvanecerse sin gritos, sin peleas, sin traiciones… solo con el paso del tiempo y las palabras que dejamos de decirnos.

Te miro desde la puerta del dormitorio, sentada en la cama con los ojos perdidos en la pantalla del celular, y no puedo evitar preguntarme cuándo fue que dejé de ser tu lugar seguro. Cuándo fue que pasé de ser tu refugio a ser un desconocido más en la casa.

A veces creo que soy yo. Que me volví aburrido, predecible, invisible. Que mis caricias ya no despiertan nada, que mi voz ya no emociona, que mis bromas solo generan silencios incómodos.

Me esfuerzo. Me juro cada noche que mañana lo haré mejor. Que te miraré como antes, que recordaré los pequeños gestos que te hacían feliz: traerte café como te gusta, besar tu frente antes de salir, prepararte la cena aunque llegue tarde del trabajo. Pero ya no sé si lo notás. O peor… si te importa.

Y no te culpo. No lo haría nunca. Sé que la vida te arrasó por dentro desde chica. Que traés cicatrices que a veces ni vos entendés. Y yo siempre quise ser tu escudo, tu medicina, tu hogar. Pero hay noches donde me pregunto si alguna vez lo fui realmente. Si vos alguna vez sentiste que estabas a salvo conmigo o solo fue una fantasía que yo me conté.

Porque te amo. Te amo con esa desesperación callada del que sabe que se está quedando solo, pero no se va porque ama demasiado como para rendirse.

Y me duele. Me duele cuando me hablás con indiferencia. Cuando tus ojos ya no me buscan. Cuando tu cuerpo ya no reacciona al mío. Me siento inútil. Me siento poco. Me siento reemplazable.

¿Es eso el amor que sobrevive? ¿Una rutina disfrazada de compromiso? ¿Un eco de lo que fuimos, sin la fuerza de lo que aún podríamos ser?

A veces lloro en silencio. No porque quiera hacerme la víctima, sino porque siento que estoy perdiendo a la mujer de mi vida sin tener cómo detenerlo. Y me da miedo. Miedo de que un día te despiertes y me mires como quien ve una sombra, una carga, un error.

No quiero obligarte a quererme. No quiero forzarte a quedarte si ya no hay amor. Solo quiero entenderte. Saber si aún estás ahí, escondida detrás de la armadura del cansancio, del desinterés, del dolor no resuelto.

Porque si todavía estás ahí… yo prometo quedarme. Prometo volver a luchar. Prometo reconstruir lo que se quebró, aunque duela, aunque tarde, aunque sea el único intentando.

Pero si ya no hay nada… si yo ya no soy suficiente…

Entonces, por favor, decímelo. No con gritos. No con reproches. Decímelo con la verdad. Con la misma sinceridad con la que alguna vez me dijiste "te amo".

Porque prefiero mil veces que me rompas con la verdad, a que me sigas desangrando con esta distancia silenciosa.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.