Mason
Después de llevar a Stella a la escuela me apresuro en llegar al hospital. Este es el primer día “libre” que tengo en dos meses y no me importa pasarlo con Aura, pero me angustia tener que haberme tomado el día por una nueva operación a la que está decidida a someterse. Al principio la apoyaba en todas sus operaciones, inconscientemente porque pensaba que si ella volvía a andar por mínima que fuese la probabilidad, yo dejaría de sentirme culpable. Pero con el tiempo, me sentía peor por sus operaciones, pensar que podía perder la vida, ver la angustia de Marie y su familia me hacía odiarme por desear que ella volviese a andar solo para dejar de sentirme mal yo.
Al llegar solo tengo tiempo para despedirme con una promesa de Aura, me asegura de que saldrá viva de esta y que sino sale bien la operación no va a someterse a ninguna más. Como me duele verla desesperada por sentir algo en sus piernas.
Me siento en la sala de espera junto al resto, Kristal y Jacob hablan un rato conmigo, están igual de nerviosos que yo pero necesitan hablar, sobre todo ella. Marie está ligeramente apartada de todos, hermosa como siempre pero angustiada y demasiado preocupada como cada vez que operan a Aura. Ella fue la principal razón por la que empecé a darme cuenta del daño que se hacía Aura en su intento de recuperar la movilidad.
Creo que fue en la cuarta operación medular que tuvo Aura, fue de las más peligrosas, era experimental y Aura era la primera persona en someterse a ella. Creo que ese día incluso vomité. Estábamos todos en la sala de espera cuando sonaron una alarmas y salieron corriendo enfermeras buscando sangre del tipo de Aura. Aquella operación hizo que Aura permaneciese tres meses en el hospital y dos en observación. Y no puedo sacarme de la cabeza la conversación que tuve con Marie.
– ¿Por qué sigues apoyándola?- me dice Marie con rabia mientras la llevo a su apartamento.
– Es lo que ella quiere Marie, es lo que necesita.
– No Mason, no lo hace.- ella hace una pausa.- Quien necesita que Aura vuelva a andar eres tú para sentirte bien, para quitarte la culpa.- casi parece que vaya a llorar.- Ella necesita gente que se oponga a operaciones de este estilo, sus padres tienen la misma esperanza que ella pero todos sabemos que ella no va a volver a andar.- solloza.- No puedo ser la única que dice que no, porque no voy a conseguir nada. Si seguís apoyándola, la vais a llevar a la muerte.- en ese momento no sabía que responder.
– Yo…
– Aura no te odia, yo te tengo cierto rencor pero entiendo que ella apareció de repente y no había forma de esquivarla.- llora.- Mierda, fue un puto accidente Mason, deja de culparte y culpa a los verdaderos responsables.
– Marie, ella quiere andar.
– Pero no puede Mason, ella no puede andar.- gruesas lágrimas caían por sus mejillas.- Es duro aceptarlo, pero si nosotros no lo hacemos, Aura nunca lo hará.- intenta calmarse.- Aura necesita nuestro apoyo pero no en más operaciones que pongan en riesgo su vida.
– Lo siento.- ella tiene razón.
Desde aquel día me puse siempre de lado de Marie, siempre me opuse a las operaciones a las que ella se oponía porque me di cuenta de que tenía razón. Llegó un momento en que Aura ya había asimilado la realidad, no volvería a andar pero seguía sometiéndose a operaciones arriesgadas. Era como una forma aceptada de suicidio, tardamos en darnos cuenta pero lo hicimos.
Dejo de mirar a Marie porque Kristal ya me está mirando raro, demasiado intensa para mi gusto. Andrew está hablando por teléfono un poco más lejos de nosotros.
– ¿Familia de Aura?- todos nos levantamos para escuchar al médico.- La operación ha salido bien, en un rato podrán ver a Aura.- nos sonríe.- Es una mujer fuerte.
– Lo es.- suspira con tranquilidad Marie.- Claro que lo es.
Marie me mira y le sonrío, ella me devuelve esa mirada antes de volver a sentarse. Sé el alivio que debe de haber experimentado al recibir las buenas noticias. Me acerco a ella y la abrazo, hace un par de años esto hubiese sido misión imposible, casi no podía acercarme a ella.
– Sabes que ya no apoyo ninguna operación de riesgo.
– Lo sé, gracias Mason.- es tan hermosa cuando sonríe que duele o puede que me duela el cuerpo por el cansancio.- Stella quiere que comas hoy con nosotros, ¿qué dices?
– De acuerdo, los señores Trumman ya me han dicho que ellos se quedaran a la hora de la comida.
– Genial, iremos por ella después de ver a Aura.
Una media hora después por fin nos dejan entrar a la habitación de Aura. Ella se ve ligeramente cansada y seguramente adolorida pero también se ve feliz, hace mucho que ella no sale tan contenta después de una operación.
– Puedo sentir.- dice con lágrimas de felicidad.- Es poco, pero puedo sentir.
Marie y yo no tardamos en acercarnos y abrazarla, hasta que la tengo entre mis brazos y puedo tocarla no puedo sentir que sea real. No puedo creerme que la operación haya salido bien, necesito poder respirar su aroma y abrazarla para estar completamente seguro de que está bien y no es solo un sueño.
– ¿Hoy no se mirarán mal?- pregunta Aura mirándonos a ambos.
– No nos miramos mal.- me río.- Arreglamos nuestras diferencias.
– Me alegra escuchar eso.
– Y a nosotros nos alegra verte tan feliz.- habla desde atrás Andrew.- Luego tengo que hablar en privado contigo.- ella asiente.
– Stella vendrá a verte esta tarde.- se le iluminan los ojos, mi niña fue la primera persona que le sacó una sonrisa a Aura después del accidente.
Hablamos cerca de una hora con ella y después Marie y yo nos despedimos de ella para ir a por Stella. Hoy es uno de esos días en los que Marie ha decidido no traer su coche, sino que la ha traído su padre, así que ahora me toca ser su taxi.
– ¿Cómo van las cosas desde que volviste?
– Bueno, tengo mucho trabajo pero me gusta mantenerme ocupada.- sonríe.- El otro día le hice una sesión de fotos a dos gemelos de cinco meses, ¡eran adorables!