Te amo porque eres tú

Prólogo

Me he despertado. 

Que rico entra el sol por el ventanal. 

Está claro que hace frío afuera, las ventanas están empañadas, el interior de mi habitación se encuentra en un templado clima (soy muy friolenta así que el termostato debe quedarse prendido). 

-¡MALDITA SEA! ¿OTRA VEZ ? ¡NOOO, POR DIOS!- Lo de siempre, voy muy tarde a la escuela. 

No puede ser posible que mi alarma decidiera morir justo hoy, es mi primer día de clases, en un lugar desconocido, con gente desconocida y sola. 

 

 

Apresurada tome lo primero que encontré, un pantalón negro afelpado, una blusa arrugada en color blanco, unas botas de gamuza y un abrigo enorme, de paso un gorro y una bufanda (no soporto para nada el frío). 

¿Desayuno? Ni los dientes me lavé, así que desayunar para mí es como un mito, mi desayuno era algo así como a las 2 de la tarde. 

 

Tan apresurada salí que se me olvidó algo muy importante, más tarde pagaría las consecuencias. 

 

Gracias a Dios tengo un transporte, me costó mucho conseguirlo; horas de trabajo extra, fines de semana, insomnio, sin amigos y por supuesto nada de novios. 

Tal vez para muchos sería mejor estar en compañía de gente, pero mi meta es cumplir mis objetivos, tener mis propias cosas y no depender de nadie. 

Mi mamá está muy orgullosa de mí, siempre ha querido que yo cumpla mis sueños, no podía seguir siendo una carga para ella (nunca me lo dijo pero le hacía falta dinero para pagar mis estudios, por eso decidí salir a buscar mi propio dinero y mis oportunidades). 

 

Aún recuerdo su hermoso rostro transparente en emociones, transformado por las lágrimas, cuando le dije que me iba tan lejos, pero igual quedé de visitarla y llamarle cuando pudiera. 

 

 

Llegué rápido a la escuela, en menos de 15 minutos, tal vez me pasé uno o dos semáforos, pero les juro que no había tránsito ni peatones (y gracias a Dios tampoco patrullas). 

 

Salí como cohete de mi auto con la mochila, las llaves, me acomodé el gorro y "Patitas pa' que las quiero". 

 

Corrí como loca, la verdad la universidad si era muy grande. 

 

Por eso días antes había pedido un recorrido, que muy amablemente me dio una chica llamada Paty (de Patricia), ella era chaparrita medio llenita, con unos ojos bellísimos y el cabellos que más me gustaría tener (algo así como afro), muy simpática la niña. 

 

Llegue volando al salón y entre abrí la puerta, el profesor estaba explicando su manera de calificar y yo toqué ligeramente. Cabe mencionar que estaba super avergonzada pues sabía que todos voltearían, dicho y hecho, todo mundo me miró, y yo así de "JE, JE hola compañeros". 

El profesor se giró y me hizo la seña de que pasara, no lo pensé dos veces, pasé y me senté en la penúltima fila, pues me daba mucha pena irme al frente, interrumpiendo todavía más al profesor, "Llámenme impuntual, pero jamás maleducada", pensé. 

Transcurrió la clase normal, lo que era el primer día todos los maestros siempre se dedicaban a explicar su manera de calificar, las reglas de clase, en qué se especializaban, etc. etc. (Algunos contaban sus vidas, viajes, divorcios, eso sí era muy entretenido). 

Realmente era la cosa más aburrida del mundo escribir las tablas de calificación, pero igualmente lo hacía para no olvidarlo, "total, de algo me ha de servir en el futuro". 

-Oye, ¿me podrías prestar una hoja? Es que se me olvidó la libreta y como veo que tú estas escribiendo eso, pienso que lo vamos a necesitar.- dijo una chica que estaba a mi lado. 

-Si quieres te puedo prestar una libreta, ya cuando puedas me la regresas. - dije sonriendole.

-Te lo agradezco mucho, me llamo Alicia.- me dijo la chica regresando la sonrisa. 

Creo que mi risa es muy contagiosa, pues siempre que les sonrió me sonríen, ¿o será muy graciosa mi cara y por eso la gente no sabe como ocultar su risa?, son cuestiones que no me dejan dormir por la noche. 

-Un gusto conocerte Alicia, yo me llamo Sahra. - Le di la mano para sellar las presentaciones. 

-Un gusto conocerlas, yo me llamo Andrés. - dijo una voz que provenía de atrás, pero que se las había arreglado para poner su rostro justo en medio de Alicia y de mí. 

La verdad yo sí me espanté, tanto que pegue un pequeño salto en mi asiento, pero Alicia soltó un gritito, que gracias al cielo no llegó a oídos del profesor, pues se tapó la boca, en esos momentos el profesor estaba escribiendo el porcentaje en la pizarra. 

Realmente no había nadie ahí cuando yo llegué, al parecer él llegó después de mí, "pero ¿cuándo?", yo no escuché la puerta abrirse, cerrarse y que él se sentará atrás de nosotras, cuando yo entre traté de ser sigilosa, pero el salón tenía mucho eco y sonaba cada movimiento que hacía. 

-Lo siento chicas, no quería espantarlas. - nos dijo despacito. 

-Casi me da un infarto. - contestó Alicia de inmediato, tocandose el pecho como aliviada de que fuera un humano, creo que pensaba que era un fantasma. 

-No te preocupes, solo nos tomaste de sorpresa. - realmente aún estaba un poco acelerado mi corazón, pero ya se estaba calmando. 

-Mucho gusto conocerte Andrés, si no les molesta necesitamos escribir lo del pizarrón, más tarde seguiremos con las presentaciones. - realmente necesitabamos concentrarnos así que decidí seguir con mi labor para no interrumpir mis apuntes. 

 

 

 



#22012 en Otros

En el texto hay: peleas, ternura, risas amor

Editado: 15.09.2020

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.