Té & Café

Tea 02

Era un lunes, un muy aburrido lunes, en el que tenía que ir tanto a la universidad como al trabajo. Un aburrido lunes en el cual se encontraba el inicio del otoño, lo único bueno que le pudo sacar la chica de corto cabello fue que el paisaje estaba muy bonito de camino a la universidad.

 

—¿Tenemos que ir a la universidad? —salió con cierta pereza de la boca de Danielle mientras veía los arboles de las calles del barrio de Fitzrovia pasar uno por uno.

 

—Claro, quédate en el apartamento y echa por la borda tres años de sufrimiento —decía de una forma calma Elizabeth, recibiendo un bufido de su mejor amiga, a veces ella era muy infantil y sobre todo perezosa. —Si sigues de holgazana no reunirás los suficientes créditos.

 

—Sí, sí, ya se, ya se —desganada sin ánimos de pelear, al momento de ver la entrada de la universidad solo vio como varios de los estudiantes iban hacia los diferentes sedes desde el edificio principal—. Nos vemos para almorzar, ¿no?

 

—Te esperare en la cafetería, ¿tus clases terminan a las 3? —mientras estacionaba el auto en el primer lugar vacío que pudo divisar.

 

—Mi última clase es a las 2, pero te puedo esperar para irnos juntas al trabajo —una sonrisa se formaba en su rostro, le gustaba esa vida que compartían las dos.

 

—Está bien, espérame entonces, nos vemos —guarda las llaves en su mochila y se despide de su amiga, esta hizo lo mismo, ahí cada una se va en dirección contraria, ya eran de facultades diferentes, la de lentes de Ingeniería y la de risos de Medicina.

 

Tanto la mañana como la tarde pasaron algo rápidas para las dos, viendo clases, charlando, socializando; quitando ese cliché de novela adolescente, lo que implicaba a ser una buena estudiante, eran las mejores, pero para hacer eso tenían que sacrificar otras cosas, por ejemplo, las interacciones sociales, cosa en lo que ya estaban acostumbradas. Pero hey, eso no les causo conflicto hasta esos momentos.

 

Las dos ya habían terminado sus respectivas asignaciones cuando llego el momento de ir a Hay’s Galleria, el centro comercial donde trabajaban. Mientras que Elizabeth trabajaba en una librería, siendo este su empleo más largo estando por año y medio, luego estaba Danielle, quien trabajaba en la tienda de música del lugar siendo su segundo empleo en toda su vida y establecida como la mas antigua del lugar.

 

—Danielle, ven un momento. —el Sr. Growney el dueño de la tienda, un hombre entrado en sus cuarenta, de cabellera castaña y barba descuidada, se veía como una estrella de rock con su chaqueta de cuero y pantalones rasgados, llamaba a Danielle mientras se rascaba su barba viendo la espalda de alguien al otro lado de la tienda.

 

—Voy —dejando de revisar la mercancía del almacén e ir donde estaba su jefe, la tienda estaba en buena racha, no era tan antigua como las demás, pero era un poco concurrida—. ¿Qué sucede, Sr. Growney?

 

—No te lo había comentado, pero estaba buscando nuevos empleados para las fechas navideñas, y esté chico sabe como darle mantenimiento a los instrumentos, así que me resulta más fácil. Instrúyelo con todo lo que se hace aquí, precios, códigos, mercancía y el orden del almacén —una expresión inmutable, no era de las personas que sonreían demasiado, casi siempre tenía un rostro amargado, sonriendo solo cuando usaba el sarcasmo o se burlaba de algo.

 

—…Vale —solo tuvo que ver la espalda del chico para que una mueca surcara por su rostro. El hombre a su lado lo noto y colocando su mano derecha en el hombro de Danielle siguió hablando.

 

—No te preocupes Ben —al escuchar el apodo suelta un suspiro—, por lo que vi es un buen chico, te pido este favor a ti ya que eres una de las que ha estado conmigo desde el principio y te será más rápido, explicas bien y eres la mejor —esto último lo dijo con una pequeña sonrisa, que contagio un poco a la joven de cabellos azabaches—. Bueno adelante.

 

Danielle inhala tomando algo de confianza y va ha paso lento donde estaba el joven, que ahora que lo veía de cerca era alto, mucho más que ella, tenía el cabello negro rapado a los lados, pero donde estaba no lo dejaba verlo completamente. Vestía una chaqueta de cuero, unos pantalones oscuros y unas botas viejas.

 

—Hola...emm...Soy Danielle Bennet, soy la que te guiara por la tienda —apenas había acabado de hablar cuando el chico giro en sus talones, quedando cara a cara con ella.

 

"¿Qué tan maldita tiene que ser mi suerte para que el chico que casi atropellamos hace una semana sea mi nuevo compañero de trabajo?"

 

Eso fue lo que pensó Danielle mientras su rostro tomaba una expresión de sorpresa y horror, esa misma expresión le causo gracia al chico que tenia al frente.

 

—Un gusto, soy Jaden Evans —la sonrisa en su rostro solo hacia crecer el pánico en ella—.  ¿Estás bien? —pudo pronunciar antes de soltar una pequeña risa.

 

Jaden Evans, alias, el chico que casi mataron las dos amigas se había olvidado de sus caras completamente gracias a la rabia que tenía ese día. Algo que ella agradeció, porque si no, ahora estuviera llorando, ya que su mejor amiga ya no estaba para cubrirla.

 

En otra parte de ese centro comercial, en la librería Liberti, estaba Elizabeth como una empleada normal organizando algunos nuevos libros que habían llegado a la tienda, a la vez que se ponía a tararear una canción de su banda favorita.

 

—Disculpe... ¿No ha llegado el nuevo número de este... —la voz del joven a sus espaldas la hizo salirse de sus pensamientos y girarse, quedando con la boca completamente abierta—…Comic? —no solo ella, también el pelirrojo que estaba a tan solo un metro de distancia—. ¿Accidente de auto?




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