Té & Café

Coffee 05

Era sencillamente hilarante, irónico y hasta bastante estúpida la escena que estaba sucediendo.

 

Él no tenia porque estar pateando esa puerta, no tendría que estar iracundo con aquella chica que a su pensar, casi lo atropella y le había visto la cara de idiota durante toda esa semana. Por supuesto que no.

 

—¡Sal de ahí! —grita aun con la sangre en la cabeza. Sin pensar detenidamente la situación, hasta que recuerda el llavero que había en el mostrador, regresando al frente recibiendo una mirada del sr. Growney—. No es nada importante, tenemos unos cuantos asuntos pendientes —con eso dicho se volvió al baño.

 

—Alice, Bobby, si alguno escucha a Danielle pidiendo ayuda tomen el bate de mi oficina y no se olviden de que en la cabeza es peligroso, le dan en una pierna o la espalda —el sr. Growney estaba fumando cuando decía esas palabras, primera vez que veía una escena así, pero si su empleada estaba en peligro no dudaría en ir.

 

Por otra parte dentro del baño Danielle sufría un ataque de pánico, que era calmado levemente por el sonido de su celular. El incesante pitido de la línea tratando de conectar las llamadas se le hacía eterno, solo rogaba para que su amiga contestara rápido, su corazón latía desenfrenado en su pecho y el sudor corría por sus manos.

 

—Contesta, contesta, contesta... —suplicando para que tomara el celular.

 

¿Hola? 

 

—Tu amiga es estúpida...—el hilo de voz con el que lo dijo le hizo rodar los ojos a Elizabeth.

 

Eso ya lo sabía. ¿Ahora qué hiciste, pendeja? —la burla no faltaba, todo lo que implicara a Danielle parecía una comedia al fin y al cabo.

 

—Accidentalmente, muy accidentalmente le dije todo a Jaden en una especie de explosión de sentimientos, y ahora estoy sufriendo un ataque de pánico en el baño de la tienda y afuera esta Jaden, gritando y pateando para que salga. No sé... ¿Qué tal tu día? —al decir todo aquello sin pausas produjo un repentino silencio, mientras que al otro lado de la línea su amiga trataba de poner en orden lo que acababa de escuchar.

 

—...A veces me pregunto cómo en verdad puedes ser tan estúpida, primero que todo respira o te desmayaras. Segundo, ¿Qué tan molesto esta?

Danielle no pudo terminar de contestar gracias al sonido de la puerta abriéndose, presenciando con los ojos abiertos la figura de Jaden, con una sonrisa que más que tranquilizadora la estaba haciendo temblar.

 

—Hola desvergonzada... —tan solo con decir eso Elizabeth se quedo estática atenta al celular.

 

—¿Eso responde a tu pregunta...? —soltando un sollozo. Cuando siente que Jaden la toma del brazo y la saca a la fuerza cuelga la llamada. Ella quería intentar patear o incluso golpear a ese ser más grande y fuerte que ella, pero solo estaba sollozando mientras era arrastrada, impidiendo igualmente que pidiese ayuda.

 

—Tenemos cosas de que hablar —fue lo que le dijo mientras pasaban por el mismo pasillo al almacén de la tienda.

 

El sr. Growney al no escuchar mas nada tose para que los clientes interesados por el conflicto se dispersaran, mientras que Alice y Bobby, los cuales no sabían como reaccionar, pero atentos por si su compañera necesitaba ayuda.

 

En la librería Liberti.

 

—¿Tu amigo es tan estúpido como para molestarse por lo que paso hace dos semanas? —Logan que estaba a solo un metro de distancia leyendo sin preocupaciones abría la boca tratando de responder esa pregunta—. Responde, rápido.

 

—Mmm...Jaden es algo impulsivo e imbécil, así que lo más probable es que si se molestaría —dejando la revista de comics a un lado. 

 

—Genial, dos estúpidos juntos —peinándose el cabello—. ¿Qué harás, Dani? —mordiéndose el labio inferior.

 

Regresando al almacén de la tienda de música.

 

—Es-Esto tiene una explicación —no pudo terminar de hablar gracias al puño de Jaden contra uno de los estantes, Danielle no sabia que hacer, mientras estaba en ese lugar, solo lo podía mirar desde abajo, intentando no llorar.

 

—Ustedes, tú y tu amiga, trataron de matarme a mí y a Logan, ¿Y que recibimos? ¿Un aventón? ¡¿Eso es malditamente justo?! —su tono de voz era fuerte y estridente, callando la voz de Danielle o lo poco que quedaba de ella. 

 

—Y-Yo... —empieza a lagrimar y sorber su nariz, esto hizo que Jaden en contra de su voluntad bajara los puños y tomara un poco de aire.

 

—Esto no se quedara así, nos tienen que dar algo a cambio o vamos con policía —bajando el tono considerablemente. Eso que acababa de decir sorprendió a Danielle—. Ya verán que hacen, pero solo recuerda... —acercándose a ella demasiado—. No soy muy paciente.

 

Con esa última frase Jaden sale del almacén, dejándola con los ojos húmedos y la garganta seca. Al salir de aquel lugar Jaden se topa con su jefe, este por un momento pensaba en preguntarle acerca de la pequeña escena que habían montado, pero él no estaba de humor para hablar, solo se dirigió a su zona de trabajo y empezó ha organizar. Danielle tratando de limpiar su rostro, no sabia que tenia que hacer, estaba aterrada, no quería salir, pero sin duda preocuparía a su jefe.

 

—¿Por qué me tiene que pasar esto? —mientras se quitaba los lentes y frotaba con furia sus mangas por su rostro—. Tampoco quiero llorar...Maldición.

 

Y como algunos filósofos dirían… Este era el incido del fin.




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