Té & Café

Tea 08

Todo paso un jueves, un  jueves que Danielle paso oculta en el almacén o exiliada en la caja registradora, pero sin ese peso encima. Al terminar su turno, Jaden y Danielle no se volvieron a ver, cada uno tomando su camino sin dirigirse la palabra. Aun así para Alice y Bobby, el tema seria recurrente, sin poder evitarlo un par de risas salieron de ellos, cosa que escucho Jaden, pero no le presto atención.

 

Elizabeth quien aun se mantenía ajena a los sucesos de esa tarde se encontró con Danielle al lado de su Audi, no se dijeron ni una palabra hasta que el auto empezó a andar.

 

—Le di una cachetada a Jaden hoy.

 

—¿Lo golpeaste? —ella aun estaba algo cohibida al respecto—. Se lo merecía, ¿no?

 

—Ya no lo soportaba, tenia que hacer algo —de brazos cruzados—. Ahora pensara que no soy tan vulnerable y no me afectara de ahora en adelante —ante la ultima afirmación Eliza la ve de reojo—. Si me afectara, a quien engaño, pero no tanto como antes.

 

Era algo raro, que se veía pocas veces, pero Elizabeth estaba carcajeándose de su querida amiga, aunque ella se quería reír también, solo pudo sonreír un poco. De tanto en tanto ponían música, hablaban poco del trabajo, e incluso de una nueva serie de TV, fue tanto el desvió del tema que acabaron nombrando a Logan y su implicación esa tarde.

 

—¿Ustedes solo hablan de series y películas? —los ojos de Dani estaban brillantes, con un aura de esperanza e ilusión.

 

—También de comics, videojuegos y los idiotas que van a la librería —sin importancia contesto, cortándole las alas—. No hablamos de nuestras vidas, no es algo en lo que sea curiosa, y la verdad me sorprende que él solo me preguntara si era hija única —la ilusión en los ojos de Danielle se apago, pero aun tenia una sonrisa en su rostro—. Además, él es el único que pregunta o inicia la conversación.

 

—Sería el colmo que tu iniciaras la conversación —Eliza contesto con un “No puedo argumentar ante esa lógica”, lo que hizo reír un poco a la azabache—. Pasa por el minimaket tenemos que comprar suministros.

 

Justo antes de cruzar hacia su edificio se detienen en el negocio, la lista de compras se la dividían, lo que se usaba para cocinar y la comida chatarra. Elizabeth, la que no sabía cocinar,  se dedicaba a ver que comida chatarra se llevarían, mientras que Danielle que sí se dedicaba a comprar lo más barato para cocinar, ya fueran verduras o comida pre-cocida.

 

—¿Cómo vas? —las manos de Elizabeth estaban llenas de dulces y comida chatarra, todo lo dejo caer en el carrito que llevaba Danielle.

 

—Viendo que hare para la cena —teniendo a la vista los ingredientes, pero sin saber que haría, no estaba concentrada—. ¿Quieres pizza?

 

—¿Es una pregunta? Sí por favor, ¿Sera casera? —ante la pregunta ella duda.

 

—No lo sé, no creo que este de humor, iré por las pre-cocidas, si quieres ve por las bebidas —empujando el carrito hacia la comida congelada, dejando que Elizabeth fuera al pasillo de refrescos con una mueca.

 

Desde hace un rato Danielle no estaba hablando demasiado, y aunque estuviera hablando no se veía bien, no daba respuestas largas y desviaba los temas. Ella era la encargada de cocinar en el departamento, y cuando se sentía mal la mejor comida casera que comían eran fideos instantáneos; ese día al menos seria pizza congelada. Solo bastaron dos paseos más en el carrito para acabar las compras, y al llegar al apartamento la primera en dirigirse a la cocina es Danielle, esquivando cualquier pregunta o palabra de Elizabeth.

 

—Me harte, Danielle ven acá, vamos hablar como adultas —Danielle estaba en ese momento calentando el horno para la pizza, la única respuesta de Danielle es un suspiro, yendo al mini comedor—, Sé que eres una persona muy simple y sencilla, no te gustan los conflictos. Pero si ese idiota te hacia sentir mal, de una u otra forma las cosas acabarían así; recordemos que tu tienes un lado agresivo.

 

—Lo sé...

 

—No, no lo sabes. Cuando tu lado agresivo sale eres impulsiva, lo que ocasiona que te arrepientes después de lo que haces; como en este caso —la azabache se encontraba removiéndose en su silla—. Eres el tipo de persona que se quiere llevar bien con las personas, pero no siempre es así.

 

 

—Sera incomodo…

 

—Lo será —viendo como sus hombros caían más y más—. Renunciar y buscar otro trabajo no es una opción —sin dudar que Danielle no renunciaría a ese trabajo después de tanto tiempo—. Hacer que despidan a Jaden, ¿es cruel?

 

—No quiero que pierda el empleo...pero estoy molesta con él —teniendo sus ojos fijos en sus manos.

 

—Nosotras casi lo atropellamos, es normal que él este molesto, eso no es justificación para que te moleste como una garrapata y hacerte sufrir psicológicamente —Danielle la ve de reojo, ella estaba de brazos cruzados al igual que sus piernas.

 

—Mañana tendré que hablar con él.

 

—Esa es mi pequeña idiota —sonriéndole—, ahora termina de hacer esa pizza que tengo hambre.

 

Danielle simplemente deja salir una enorme sonrisa, al ir a la cocina se percata de la temperatura del horno y puso la pizza en su interior. La cena fue dolorosa para Danielle, en el sentido que su amiga para subirle el animo empezó a contarle sucesos que le ocurrieron en la universidad, como la vez entro a la clase equivocada, las estupideces que decían sus compañeros o cuando en el laboratorio hizo una reacción química peligrosa.

 

Después de que cada una fuera a su habitación, Danielle se acostó boca arriba mirando fijamente el techo, hace unos meses había puesto pequeñas estrellas en el cielo raso que iluminaban su habitación en la oscuridad, no se había puesto a mirarlas hasta que la noche ideal para pensar llego. Esa noche más de uno no pudo dormir bien.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.