Té & Café

EXTRA

Apartamento de Logan, una media hora después de haber salido del apartamento.

 

Habían llegado de esa entretenida mañana en el pequeño apartamento de esas dos chicas, llegando solo para tumbarse en el gran sofá de cuero del dueño del lugar. Los recibió Lui, con un maullido de bienvenida a su dueño y gruñirle al intruso. Jaden simplemente lo ve desde el sofá y fruncir el ceño.

 

—Sigo diciendo que me odia —girando su cuerpo hasta pegar con el otro lado.

 

—Huele tu odio hacia los animales —sentándose para tomar a su mascota en sus brazos—. Lui es muy listo, por eso te detesta —acariciando al minino.

 

Jaden sentía como si lo hubiese ofendido, en más de una forma. Se termina sentando el también, alejado lo más que podía de bestia peluda. Algo que le inquietaba en verdad era el tema de la supuesta cena del sábado, ¿Pretendía que cocinara?

 

—¿Cómo es eso que tengo que cocinar? —no solo estaba en total desacuerdo, sentía miedo de su amigo cuando se veía tan tranquilo—. Sabes que la última vez que intente cocinar mi madre me prohibió la entrada a la cocina —Logan dejo de acariciar a Lui solo para ver el pánico en el rostro de Jaden.

 

—Pero sabes hacer postres, lo cual es lo que no me explico. Solo tienes que hacer un simple pudin o pastel —esa revelación hace que los hombros de Jaden se aligeren considerablemente. El azabache se toca el bolsillo del pantalón, sintiendo su ya muerto celular, recordando la otra cosa que lo tenia pensando tan solo unos minutos atrás. Se había levantado de golpe haciendo saltar a Lui de las piernas de Logan y se había ido corriendo a la habitación de huéspedes—. Cada día entiendo menos a ese chico.

 

Era una suerte que Jaden tuviera un cargador de repuesto en la casa de su amigo, siempre lo salvaba, al conectarlo y esperar impacientemente a que encendiera, este accede al menú de aplicaciones lo mas rápido que le permitió el aparato.

 

—Todos decían que comprar una aplicación que graba todas tus llamadas era un desperdicio —sonriendo para si mismo, esperando que dicha aplicación abriese—, vamos a ver... —cuando empieza a reproducirse la llamada, su sonrisa empieza a desaparecer, sonriendo nuevamente pero esta vez riéndose de si mismo—. Soy un idiota, un grandísimo idiota —deja su celular carcajeándose solo para volver al mismo sofá—. Tengo algo de vergüenza, soy un idiota cuando estoy ebrio —al principio Logan no entendía, pero simplemente le volvió a preguntar.

 

—¿Harás el postre? —Jaden con pesadez asiente—. Así me gusta, buen Jaden, buen Jaden —empezando a darle palmaditas en la cabeza al azabache, este lo mira mal. Solo para morderle la mano.

 

Cosas en Común

 

Era sábado. El dichoso sábado en el que tendría que ir donde Logan para preparar un postre. El dichoso sábado en el que se sentía sumamente aburrido. No había ningún cliente en la tienda de música, ese día el adolescente Bobby había faltado por enfermedad, Alice la rubia sacada de los 90’s estaba en el mostrador, mientras que junto a Danielle, Jaden estaba haciendo el inventario.

 

Sabía que no tenia que haberse ido a beber, ya no lo podía cambiar, tampoco las estupideces que le dijo el día anterior a Danielle. El ambiente seguía igual de ameno que él día que hicieron el juego de las preguntas, solo que un poco mas incomodo.

 

—Oye, Danielle —la azabache solo da un “Uhm” en modo de respuesta—, ¿Alguna vez has intentado caerle bien a una persona que no comparte gustos contigo?

 

Danielle tenía en sus manos un portapapeles con la lista de artículos a contar, pero al escuchar la pregunta levanta su mirada hacia Jaden, este se mantenía bajando las cajas de las repisas. La pregunta le choco, al principio sin saber que responder solo dice un “No” para salir del paso y no tener que hablar demás, regresando su mirada a las hojas.

 

—Ja,ja…Lo imagine —un suspiro salió de sus labios, solo podía imaginarse el ambiente en la dichosa cena si no encontraba algo de lo que hablar. Entonces recordó lo que vio el día anterior en el apartamento de ella—. ¿A ti te gustan los dramas?

 

—Un poco, sí —sin dejar de ver las hojas en sus manos, sin notar la sonrisa en Jaden este sin remedio siguió hablando.

 

—A mí igual, me gusta el trágico, le da mas capas a la historia y vez situaciones más impactantes —recibió una mueca de Danielle, la cual lo veía de manera curiosa.

 

—A mi me gusta mas el drama romántico, el trágico es demasiado para mi —de nuevo se había quedado sin ideas, y sin mas nada que comentar se mantuvo solo haciendo su trabajo.

 

Su cabeza tratando de pensar en cualquier empezó a tararear Vampire Weekend de A-Punk, no sabe donde se le había pegado la canción pero el ritmo le hacia mover la cadera, cosa que hizo que Danielle lo viera raro por unos segundos. Sin percibirla él siguió tarareando la melodía, hasta que escucha una risa al otro lado del almacén; haciéndolo detenerse en seco. Agradeció que el lugar no estuviese tan iluminado, sus orejas estaban rojas.

 

—¿Qué hacías? —se trataba de contener, aun le daba risa.

 

—¿Conoces a A-Punk? —Danielle negó con la cabeza, Jaden solo pudo reír con pena—. Una canción de ellos.

 

El lugar se sumió de nuevo en el silencio. Las ideas desaparecían de la cabeza de Jaden, al parecer ni el mismo gusto musical tenían, ¿Qué le quedaba? Una última idea se le ocurrió.

 

—Hey Danielle, ¿Sabes por qué los diabéticos nunca toman venganza? —ella confundida niega con la cabeza—, porque la venganza es dulce.

 

El chiste había sido malo, muy malo. Pero eso no impidió que a Danielle le hiciera gracia y se empezara a reír después de unos segundos, ella ni sabia porque se estaba riendo, solo sabía que le había hecho gracia.




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