Te Prohibo No Amarme Loba. Libro 3

1. ¿EMPEZAR DE NUEVO O REGRESAR?

 

Isfet, había logrado su venganza en un último intento por salvarse, hizo que el tiempo retrocediera sin control. Llevándose con ella, todo lo que más amaban ellos. Sus lobos gimen en su interior. Están todos desconcertados, miran fijamente el lugar vacío, donde hace poco, estaban sus mates, sus cachorros y sus amigos.

Solo permanecen juntos Aha, Teka, Amet, Horacio, Bennu y Jacking. Todos los demás, que estaban con ellos en la cueva, han desaparecido.

 Salen despacio de las cuevas, de los ojos de todos, ruedan lágrimas. Neiti, viene corriendo convertida en una niña de cuatro años, y se lanza a los brazos de Aha, que la recibe asombrado.

— Papá, ¿dónde estaban? Los he buscado por toda la manada, y no los encontraba. Mamá, quiero que me hagas comida, tengo hambre — dice, corriendo hacia Teka que la mira sorprendida, mientras la toma en sus brazos.

— Neiti — la llama Jacking

— Si mi Alfa. — le responde ella con su vocecita de niña.

— ¿Cuántos años tienes?

— Cuatro mi Alfa. Cuatro y medio

Se miran todos asombrados, terminan de salir de la cueva, y ven que están en su poblado de Nueva Zelanda

¡Dieciocho años antes!

 ¡Han retrocedido en el tiempo, dieciocho años!

Se miran entre ellos, otras veces lo han hecho, viajar en el tiempo. Pero siempre fue muy bien controlado por el Alfa Supremo. Pero ahora, fue la bruja Isfet quien lo hizo. No saben, que puede haber pasado.

 Caminan, sintiéndose vacíos y derrotados, hasta la casa del Alfa, entran en su despacho. Aha, se ha ido con Neiti.

— ¿Ahora, que hacemos mi Alfa? – pregunta Horacio.

— Como yo lo veo mi Alfa — comienza hablar Teka — tenemos dos opciones.

— ¿Cuáles dos opciones Teka? — pregunta Amet

— Podemos volver al tiempo futuro, sin estar seguros de que va a ser el mismo, pero, además, eso haría que volviera Isfet a reencarnar. O, comenzamos de nuevo desde cero.

— ¡No, yo no puedo vivir sin mi loba, sin mi Juli, no puedo ni quiero, prefiero morir! — grita Horacio soltando el llanto — ¡Mis cachorros! ¿Qué va a pasar con mis cachorros? ¡Tenemos que volver Jacking! ¡Por favor, vamos a volver!

— ¡Cálmate Horacio! — Dice Amet, poniéndole una mano en el hombro, mientras se limpia las lágrimas en los suyos.

— Amet, ¿qué crees que debemos hacer? En estos momentos, utilizamos todo el poder nuestro, y de nuestra manada, para detenernos, ahora, no tenemos el poder de ir al futuro. — Explica apesadumbrado Jacking.

Amet lo mira, se deja caer en un sillón apesadumbrado, rodándole las lágrimas por el rostro. Solo, tiene la imagen de  Antoni con sus bebés, desapareciendo delante de él.

— ¡Chicos, no se derrumben! Mírenlo así, ¡ustedes todos marcaron a sus mitades, las pueden encontrar fácil, aunque sean niñas como mi Neiti! Ellas todas tienen la misma edad, cuatro años y medio ahora.

— ¡Pero Teka, retrocedimos en el tiempo, las marcas no van a funcionar! — Le dice Amet.

— ¡No importa chicos, el olor de ustedes, las atraerá, confiarán en ustedes!

— ¡Pero son niñas, no se van a sentir atraídas por hombres adultos como nosotros! — Grita Horacio.

— ¡Chicos dejen de ser pesimistas! No importa que sean niñas, el poder que los une es más fuerte. Ellas los amaran, desde el mismo momento que los vean, confiaran en ustedes. A mí me pasó con Aha, desde que lo vi con tres años, lo amé y confié en él.

— ¿Segura Teka? ¿Ellas se pegarán a nosotros? — Pregunta Jacking.

— Si chicos, se los aseguro. Pero lo importante ahora, es que tomen una decisión de lo que van a hacer. Por ejemplo, hay cosas que podemos evitar que les pasen a todas.

— ¿A qué te refieres Teka?— Le pregunta Jacking que no puede pensar claro todavía.

 — ¡Horacio, tú puedes ir a salvar a Juli del vampiro Utukku! Ella dijo, que cuando cumplió cinco años, fue que su padre la cogió en el internado y se la dio, ¿no es así? ¡Vete y róbatela y tráela ahora! ¡Ella te va a reconocer por tu olor, y vendrá sin miedo a tu lado!

— Y tú Jacking, vete a África, a impedir que los lobos ataquen a Isis y la traumaticen, habla con Amón, para que vengan a vivir aquí.

— Amet, vete a buscar a Antoni, róbala también. Ella se pasó su vida, sufriendo sola. ¡No dejes que vuelva a vivir y sufrir sola! Sus padres no la quieren.

— Bennu, tú ve a Rumanía, a ayudar al Alfa Amat, a traer su manada aquí, pero desde ahora, la vamos a unir a nosotros.

— Después mi Alfa, que salves a tu luna. Nos iremos a buscar a Meryt, que de seguro, está todavía en el huevo

— Buscaremos a los chicos, y los pondremos a estudiar a todos juntos, hasta que tengan mayoría de edad. Ustedes, se convertirán en jóvenes, e irán a la escuela con ellos, se integrarán en su círculo de amistad. ¡Haremos, la conexión desde ahora!

 Todos, se quedan mirando a Teka en silencio. Miran a Jacking, que está pensativo. No se puede quitar de su mente, a sus tres hermosos cachorros, ni la expresión de dolor y terror en los ojos de su Luna.




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