Te Quedas Conmigo

Capítulo 13: "The Best Way To Pay For A Lovely Moment Is To Enjoy It"

Bueno… En todo este tiempo no pensé que tendría que involucrarme con las cuñadas de Sawyer quienes desearon que fuera con ellas a un bar fuera de Jackson Hole para pasarla bien. Lo digo porque cuando Ariadna mencionó que saliera con ella y con Pam creí que sólo había sido una forma tradicional para mantener una conversación y crear una simpatía, pero fue una sorpresa saber que no lo estaba diciendo ni en broma, en sí, está totalmente consciente de que ha invitado a la chica menos divertida y fiestera del mundo, porque, aunque es estúpido admitirlo, en toda mi vida solo he ido a cinco fiestas de las cuales tres particularmente han sido por graduaciones y las otras dos por invitaciones de compañeros de trabajo.

No es que no me guste las fiestas, más bien, soy terrible para socializar en ambientes poco convencionales de los que he tratado y más porque al ponerme nerviosa, aparece mi dislexia ocasionándome que tartamudeé y empiece a decir incoherencias de las que nadie puede entender mi léxico cuando la oración termina siendo un desastre porque digo todo al revés o confundo ciertas palabras.

Eso hace que tenga miedo de lo que pueda suceder está noche porque aún mi estancia sigue siendo reciente para que el mundo sospeche o termine por saber que tengo dislexia; el error de ello es que cualquiera pensaría que la razón por la que prefiero no ir a estos eventos o fiestas es para evitarme una vergüenza por mi peculiar forma de hablar de vez en cuando, pero en sí, es todo lo contrario. He vivido con esté problema casi por veinte años, así que la vergüenza es lo que menos se cruza en mi camino para impedir que sea social con otras personas desconocidas; más bien, todo esto es porque una vez que alguien sepa mi problema de aprendizaje, no me verán más como un ser humano normal, sino que empezaran a tratarme con tanta compasión como si hubiera perdido el privilegio de ser como los demás.

Desgraciadamente, tengo que vivir con ello y aunque siga sin gustarme la idea de tener que seguir ocultando este secreto, es mejor hacerlo cuando no es seguro que todos me traten como lo deseo; así que lo único que pido que esté día la suerte esté de mi lado porque no quiero que mi dislexia aparezca de repente y arruine está noche, así como la cita que tuve con Sawyer que gracias a Dios, la lluvia me ayudo a que pudiéramos permanecer callados sin tener que comenzar una conversación, ya que si me hubiera hecho hablar, es probable que ahora ya supiera de mi mayor secreto y así como lo veo a él, ya me viera con ojitos de lástima.

—Oh no, dime que no irás así. —Me señala Gigi desde mi pecho hasta mis pies.

—¿Qué tiene de malo? —Me levanto de la cama y veo mi vestimenta.

Veo como suelta una risa para entrar a mi habitación y empezar a buscar dentro de mi maleta algo que para ella quizás sea apropiado, pero entre más aparta o saca mi ropa con cuidado, parece que nada la convence y más cuando termina por llegar al tope de la valija.

—¡Caramba! —Se pone la mano en la mejilla. —No tienes nada adecuado.

—¿Qué? Y ¿qué es lo que debo de llevar? —Dije sin comprender.

—Ay chica de ciudad, aún no has aprendido —niega riendo —. Ven, acompáñame, quizás tenga algo para ti.

Gigi toma mi mano para empezar a llevarme a su habitación, en donde al atravesar un largo pasillo, terminamos por entrar a su sitio personal y, por si fuera poco, privado. Es ahí, cuando me doy cuenta que su cuarto es más amplio de lo que creí, con una gran ventana que da hacía el horizonte de las montañas y refleja un gran cielo que ahora se puede ver con más naturalidad su atardecer.

Veo como ella abre su ropero para empezar a seleccionar una ropa que para ella es adecuada para el momento, la verdad, es que tengo la idea de creer que ella sabe donde me llevaran Ariadna y Pam está noche, porque al parecer mis pantalones, mi blusa y mis zapatillas deportivas no le convencieron, aunque para ser sincera, tampoco me llegaron a convencer, pero no tenía cabeza para pensar en que lío me meteré dentro de una hora.

—¡Aquí está!

Observo como ella saca de su ropero una falda de jeans color vino que tiene bordados de flores blancas en los laterales donde se encuentran las piernas; seguido de ello, escoge una blusa blanca de hombros descubiertos y con un escote en forma de corazón.

—¿Es en serio? —Veo ambas prendas cuando las pone en frente de mí.

—Sé donde irás y esa ropa que llevas no tiene nada que ver al ambiente hacia el que te diriges. —Dice con mucha seguridad.

Y ¿cuál será ese lugar del que desconozco? Lo peor de ello es que ni siquiera le pude llegar a preguntar cuando pronto me entrega la ropa y me empuja hacia el baño de su habitación para que pueda cambiarme; así que insegura por lo que usare, pero tomando en cuenta que Gigi debe de conocer más la apariencia física con la que debo de presentarme ante las cuñadas de Sawyer, empiezo a quitarme la ropa que llevo puesta para cambiármela por la que mi amiga me ha llegado a brindar.

Pronto termino por asombrarme que su ropa me queda con mucha perfección tanto que me hace sentir extraña porque es primera vez que alguien me ayuda a elegir una ropa adecuada para la ocasión, como también, que una amiga además de salvarme de alguna vergüenza, haya terminado por prestarme su ropa.

Salgo del baño terminando por poner a un lado mi ropa mientras intento bajarme un poco la falda la cual me llega hasta los muslos; empiezo a orar a todos los santos para que Ariadna y Pam no vea imprudente está ropa porque además de no querer quedar mal con ellas al ser la primera impresión que les muestro de mí, tampoco quiero que de una sola vez puedan determinar la clase de chica que soy.



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En el texto hay: secretos, amor, dislexia

Editado: 06.05.2022

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