Me sorprendió mucho la intensidad de su boca contra la mía, era como si quisiera que me fundiera en él, me acorraló a la pared sin importarle los ladridos de Theo, me apretaba la cintura firmemente y su lengua exploraba con desesperación la mía, trate de llevarle el ritmo, incluso el respirar se me dificultaba un poco, obviamente me gustaba, me encantaba tenerlo desesperado, pero a estas alturas iba a terminar siendo yo la que cedería, por suerte el el ascensor abrió sus puertas lo que lo obligó a separarnos y traté de respirar mejor.
Vemos a una señora entrar y nos saluda, le sonríe a Theo y cuando el ascensor llega a nuestro piso salimos.
Me acorraló en las paredes del pasillo.-En que estábamos?.-dice antes de volver a besarme.
Lo que me gustaba era que aunque estuviera desesperado respetaba mis límites por lo cuál la cintura era lo único que me tocaba.
-Moises espera.-dije en un susurro.
-Vale, vale lo siento es que...maldita sea, no puedo resistirme.-dice tratando de controlar sus impulsos.
Sonrío ya que me encanta como mantiene su autocontrol.
-Theo ven.-llamo al perro quien salga a mis brazos y antes de entrar a mi departamento le digo.
-Quieres cenar hoy conmigo?.-digo y el me mira con una sonrisa.
-Me encantaría.-me acerco y le doy un beso fugaz.
-A las 8?.-el asiente y vuelve a besarme pero no tan brusco ya que tengo a Theo en mis brazos.
-Te veré a las 8 entonces preciosa.
Le sonrío y me adentro en mi departamento sintiéndome feliz.
HABER HABER HABERRRRRRRRR. SOLAMENTE CENARAS CON ÉL NO?
CLARO, SOLO CENAR Y YA. ESPERO.
VALENTINA CUIDADO, ÉL PUEDE RESPETARTE TODO LO QUE TU QUIERAS PERO AL FIN Y AL CABO MOISES ES HOMBRE, Y YA TE DIÓ UNA PEQUEÑA DEMOSTRACION DE QUE QUIERE ALGO MAS QUE UNAS SIMPLES SALIDAS, DE HECHO, DESDE LA PRIMERA CENA TE DEJÓ MUY EN CLARO SUS INTENCIONES CONTIGO MAS ALLÁ DE SEGUIRSE HABLANDO.
VEREMOS QUE PASA, CALMATE.
Dejo de hablar con mi conciencia y ordené mi departamento, regué mis plantas, ordené mi habitación y prendí unas velas aromáticas, olía delicioso todo a medida que pasaban los minutos, me dispuse a buscar un vestido que tuviera el mismo patrón que el otro que usé para ir con Moisés la otra vez que cené en su departamento, sencillo pero que tuviera ese toque sexy que lo hizo que casi follara con él.
Muajajajaj, era mala por tentarlo así pero era consciente que aunque me gustara demasiado no me entregaría así de rápido, nosé si es porque respetaba muchísimo mi cuerpo y por eso sigo virgen o si de verdad estoy aterrada no solo por entregarme a él, a alguien en general, siempre me ha dado miedo la intimidad, ni siquiera me he tocado pero ese ya es otro tema, el punto es que, tener relaciones sexuales con alguien no era un tema tabú para mí, pero sí me daba pánico, por enfermedades, o por embarazos, o simplemente por el hecho de que si un hombre tiene grande su pene dolería como una mierda, y también podría ser que la persona a la que yo le entregara mi cuerpo también tuviera fetiches raros y quisiera perforarme el culo, uy no, no entiendo cómo hay gente que le gusta el sexo anal, osea por ahí la gente se caga, que horror, en fin, me daba miedo todo eso.
Seguí buscando en mi armario hasta que encontré un vestido azul oscuro muy pegado al cuerpo y con un escote un poco sugerente pero con el tamaño de mis pechos parecerá demasiado atrevido, busco unos tacones no tan altos y por si las dudas, ropa interior de encaje negra.
Como ya me había lavado el cabello opté por dejármelo así, y cuando ya eran las 5 PM me fui a la cocina y pensé en ideas que le podrían gustar a Moisés de cenar.
Al final me decidí por una pasta fetuccine con pollo, empecé a hervir la pasta y saqué el pollo, lo condimente y lo frite, lo saqué y en el mismo sartén agregué mantequilla, condimentos, ajo, pasta de tomate, crema y sal, una vez que la pasta ya estuvo lista la eché en la salsa y le añadí mucho queso, la dejé al fuego unos minutos y cuando estuvo lista le añadí unas hojas de albahaca fresca como decoración y el pollo sobre ella. La probé y la verdad me lucí con esta receta, espero que Moisés piense lo mismo.
Tapé la comida y ví que eran las 6:49 PM, apenas me daba tiempo de arreglarme, le dí unas croquetas a Theo y fuí corriendo al baño, y otra vez la misma rutina, me duché, las cremas y el skincare no faltaron y opté por usar un perfume dulce, me vestí, me coloqué unos aretes, me maquille discretamente y planche mi cabello, ya eran las 7:58 así que lo esperé.
Escuché mi puerta siendo tocada y salí, vi la figura de Moisés, como siempre, de negro, en un traje que se ajustaba muy bien a su perfecto cuerpo, elegante y sencillo, perfecto para esta ocasión, ese perfume varonil que no ha cambiado y que siempre me volvía loca, el cabello levemente desordenado y se veía un poco húmedo, con una sonrisa perfecta que te hacía poner de rodillas y sus ojos, que puedo decir de sus ojos? Es la perfección personificada, un verde intenso que sientes que te traspasa el alma y eriza tu cuerpo con solo una mirada, y eso hacia, ya que examinaba mi cuerpo sin ningún disimulo y su sonrisa ya contenía una perversión, me encantaba, para que lo niego? También pude notar que tenía una botella de vino en sus manos.
-Hola.-dice pasando y sin ninguna vergüenza me besa.
Me tomo un tiempo para disfrutarlo, de verdad besaba como los dioses y esperaba que no notara mi inexperiencia, solo me dejé llevar, la manera posesiva en que me sujetaba de la cintura, como tomaba mis mejillas y como ligeramente mordía mis labios hacia que mis piernas temblaban un poco. Se separó y sonrío.
-Traje vino.-dijo alzando la botella.
-Gracias.-me la dió y yo la lleve a la cónica metiéndola en hielo.
Ví que miraba alrededor.-Esta muy lindo tu departamento.-dice apoyándose en la barra de la cocina.
-Gracias, siéntate, te serviré, espero que te guste la pasta.-el sonríe sentándose en el pequeño comedor que tengo en la sala.
Editado: 22.11.2024