Mi primer día de clases había terminado y puedo decir que no estuvo tan mal.
Conocí personas nuevas, me trataron bien, y las clases estuvieron entretenidas.
La verdad creo que sí puedo encajar aquí.
Después de que salimos del salón el chico de ojos verdes.
"Moisés"
Se fue a su casa, al igual que todos.
La verdad no le di mucha importancia, era un chico lindo y ya. Con unos impresionantes ojos verdes nada más.
Conforme pasaba el año escolar logré acoplarme muy bien, tanto que hasta era amiga de todos los hombres y mujeres del salón.
Excepto de Moisés, tal vez era porque no le agradaba o porque yo no me acercaba, pero no nos hablábamos tanto, más que para preguntarnos algo de tareas y obras escolares.
En definición, solo éramos compañeros, nada más.
El año escolar terminó y por fin llegaron las vacaciones, mi momento favorito del año sin duda después de Halloween.
Estaba hablando unas cosas con mi mamá en el jardín del frente de mi casa y de repente veo a ese mismo chico.
Moisés.
Pasando frente a mi casa, caminaba a paso apresurado y como la buena chismosa que soy me asomé un poco para ver a dónde iba.
Ví que se metió a una casa verde solamente a unos pocos metros de la mía.
Literalmente solo eran como 4 casas de distancia.
Ahí vivía, era prácticamente mi vecino.
Y nunca lo supe, bueno, nunca lo conocí porque nunca había estudiado con el a excepción de ahora claro.
Decidí no darle mucha importancia y disfrutar mis vacaciones.
Tres meses después
No tenía mucho que hacer en casa más que jugar, comer y dormir, había aumentado un poco de peso, y se notaba en mi cuerpo, el uniforme hacía notar un poco lo curvilíneo que estaba mi cuerpo pero como una buena niña de 9 años no le di importancia.
Caminé hasta mi escuela. La tortura de clases más difíciles estaba por comenzar.
Ví a mis compañeros frente a la escuela esperando a que nos dejaran pasar y me acerqué a mis amigas.
-Valentinaaa.-Sara se acerca emocionada a mi y me abraza.
-Tambien te extrañe Sara.-digo casi asfixiandome por la fuerza de su abrazo.
Se aleja y me mira de los pies a la cabeza.
-Estas muy linda, Vale.-dice sonriéndome y también imito su sonrisa.
-Tu igual, creciste más.-y no mentía, si estaba más alta.
Saludo a todas las chicas y los chicos y por fin nos avisan que podemos pasar. Al parecer, nuestra nueva maestra se había retrasado un poco.
Ya habíamos ingresado al salón y pude notar que Moisés no había llegado.
Al final si entró pero estaba tan concentrada en mis apuntes que no lo había visto.
Una semana después
Escuchaba algunos murmullos de los varones, y decían mi nombre entre ellos.
Al final uno se me acerca.
-Hola Vale.-me saluda y le respondo igual.-Queria pedirte un favor.
-Que favor?
-Bueno, recuerdas hace dos días que la maestra nos pidió una pancarta por el día de los indígenas a cada grupo?
Asiento.
-Bueno, nosotros no sabemos cómo dibujar queremos pedirte ayuda, eres la mejor dibujando del salón.
Y no mentía, a mis 10 años recién cumplidos ya sabía dibujar mejor que muchos en sus 20 y era la mejor en el salón. No era extraño que me pidieran ayuda aveces con trabajos grandes.
Al final les ofrezco mi ayuda.
Eran unas pancartas algo grandes para nosotros, por eso nos pidieron solo dos, una de las niñas y otra de los niños, el tema era de la resistencia indígena, y también debíamos disfrazarnos de indígenas y algunos de los conquistadores.
Cuando llegó la hora del recreo les dije a las chicas que no iría porque les ayudaría a los chicos con su pancarta.
En el salón solo nos quedamos casi todos los varones, Laura una compañera que también se ofreció a ayudar y yo.
Empecé a dibujar unos indios con sus armas, todo lo que tuviera que ver con la resistencia indígena, algunos de los varones miraban con algo de asombro al ver que dibujaba tan bien, otros solo esperaban a que terminara para que ellos le añadieran el color.
Uno de los que esperaba sentado era Moisés.
Disimuladamente divisaba el como me veía dibujar, solo viendo mis movimientos y no le presté atención, terminé y empezamos a colorear entre todos.
La verdad es que disfrutaba mucho este compañerismo que tenía con ellos.
-De que se disfrazaran ustedes? Yo de un conquistador español muy rico.-dice Alberto.
Todos sonreímos y cada uno empezó a decir de lo que se disfrazaran y cada accesorio que tendrían.
Carlos otro compañero me pregunta.
-Y tu Vale? De qué será tú disfraz? Por tu color de piel me imagino que serás española no?
Yo niego.-Sere indígena.-ellos ríen un poco.
Le preguntan a Moisés.-Y tú? Serás un conquistador español no?
Él alza los hombros un poco desinteresado.-Aun no lo sé.
-Debes apurarte, debemos estar listos ya que es en dos semanas.
Todos asentimos y seguimos pintando la pancarta.
Quedó espectacular, claro, la hice yo.
Con ayuda de unos profesores las colocamos en las paredes.
Sigo viendo la obra maestra creada por mi y siento unos pasos acercarse. Volteo y es él, Moisés.
Se posa a mi lado y al igual que yo miramos la pancarta.
-Te quedó muy bien Valentina.-dice sonriéndome.
-Gracias.
-No, gracias a ti, sin ti ni en nuestros mejores sueños habríamos logrado hacer algo similar a esto, de verdad gracias por salvarnos el pellejo con esta tarea.
Río un poco porque era verdad, no eran para nada buenos en el dibujo.
-No hay de qué, me gusta ayudar.
-Te debemos una.-aprieta mi hombro suavemente y se va dejándome sola.
Que acaba de pasar?
PUES NO LO SÉ, UN COMPAÑERO NORMAL TE AGRADECIÓ POR HACER UNA TAREA NORMAL, NADA DEL OTRO MUNDO.
Quizá sea eso, pero porque estaba tan nerviosa?
Ignoré esa sensación y recogí mis cosas, ya era la hora de salida y debía ir a casa a terminar mi disfraz.
Editado: 22.11.2024