Moisés

Al final mi padre como siempre no pudo ver cómo me quedaba el disfraz.

Aveces quería entenderlo.

Tengo amigos que me dicen que por el trabajo de sus padres siempre están con sus hermanos o con alguna vecina que los cuide.

La verdad no sabía si le exigía mucha atención a papá, el me mostraba su afecto, también a todos mis hermanos, nos daba dinero, mi parte favorita claro.

Pero aún así yo quería tener más su atención, su trabajo aumentó y tiene que decidir si prestarnos más atención o darnos de comer, claramente elegirá la segunda opción, y no me quejo, pero esta sensación que siento que el me está dejando de lado ignorando cosas importantes en mi vida me molesta un poco. Pero debo entenderlo, en el fondo sé que lo hace por nuestro bien y que también preferiría estar con nosotros en vez de estar de juicio en juicio.

Pero sigue siendo difícil no verlo tanto.

Camino hasta la escuela y cuando entro al salón la maestra me felicita por lo elegante que me veo.

Uno de los chicos que se llama Sebastián me llama.

-Si te compraste el arma?.-pregunta sonriendome viendo la parte trasera del cinturón donde el arma de juguete cuelga.

-Claro que si.-la saco reluciendola.

Pasan alrededor de unos diez minutos y estoy algo concentrado en terminar la partida de mi videojuego que no noto cuando alguien entra.

Todos se quedan callados y alzo mi vista y lo que veo me deja atónito.

Valentina, vestida de indígena, maquillada y peinada así.

Creo que dejo de respirar por un momento..

No imaginaba que era tan linda, si, la había detallado bien la otra vez, pero esto es superior, la forma en la que su traje se adhiere a su cuerpo, su cabello perfectamente planchado y brillando aún más de lo que normalmente lo hace, ese maquillaje que la hace ver más madura.

Me impresiona bastante, se lució con este disfraz.

Cuando se sienta las chicas le halagan el disfraz y su vista se enfoca en nosotros detallando sutilmente nuestros disfraces.

Veo como su vista se posa en mi, en como detalla mi disfraz justo como lo hice con ella, en mi arma de juguete y mi sombrero, sonrío ya que parece que no nota que me ha estado viendo durante varios minutos, cuando por fin alza la vista a mi rostro le sonrió.

Esta chica realmente no sabía que era el disimulo.

Me quedé viéndola por más tiempo, visualizando como trataba de ignorar mi mirada.

Siempre he sido transparente, y a diferencia de ella, a mi no me da vergüenza detallarla sin el más mínimo tacto durante el resto de la clase.

Empieza la hora del recreo

La maestra sale al igual que todos excepto Valentina que se quedó guardando unas cosas en su bolso.

Cuando bajo las escaleras la maestra me llama.

-Moises, ven por favor.-obedezco.

-Digame maestra.

Empieza a platicarme de unas fotos que la escuela mandó a realizar por este día, los dos mejores disfraces de cada salón deben ir a la biblioteca a una especie de sesión de fotos.

Pero lo que verdaderamente llama mi atención son quienes tienen los mejores disfraces de nuestro salón.

Valentina y yo.

Sonreí para mis adentros.

-Busca a Valentina, dile de las fotos y vayan a la biblioteca por favor.-asiento y obedezco volviendo a subir al salón y justo cuando casi cruzó la puerta chocan contra mí.

Valentina se sostiene un poco la cabeza ya que impactó un poco con mi pecho.

Río un poco al ver el sonrojo de sus mejillas.

-Lo siento, no te ví.-digo disculpándome y ella niega.

-No, yo lo siento.-se disculpa y cuando veo que empieza a caminar afuera le sostengo con suavidad el brazo.

-Espera, la maestra me dijo que te buscara.-la suelto.

-A mi? Que hice?.-pregunta.

-Nada, bueno, solo verte muy hermosa hoy.-veo como se sonroja aún más.

Me río un poco ante su vergüenza pero sigo hablando.

-Dijeron que los dos mejores disfraces de cada salón se deben tomar una foto, ya sabes, los recuerdos y eso.

Se sorprende y le digo que las fotos se harán en la biblioteca por lo cual la tomo de la mano y empezamos a caminar.

Noto como su mano suda un poco.

Entramos a la biblioteca y pasan varios niños disfrazados de dos en dos, cuando ya es nuestro turno noto un poco de nerviosismo cuando el bibliotecario le dice a Valentina cómo debe posar conmigo.

Le sujeto la cintura y la aprieto contra mí.

Siento como se tensa y soy un idiota ya que solo quiero que esté aún más nerviosa en vez de tranquilizarla un poco.

Me acerco a su oído y le susurro.-De verdad estás muy bonita Vale.

Sonrío complacido con el resultado de ese simple acto.

Está demasiado roja y su respiración está agitada.

Contento con lo que hice continuamos con la sesión de fotos.

Apenas el bibliotecario dice que terminamos y nos felicita por nuestros disfraces ella sale corriendo.

Salgo al patio y busco a los chicos para jugar algo de fútbol y mientras camino veo a Valentina comiendo con las chicas.

Definitivamente poner nerviosa a Valentina será mi pasatiempo favorito.

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JAJASJSJAJA MOISES, NO SEAS TAN MALO CON MI NIÑA.

Escuchen "mala mía" de Maluma.

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