Te quiero conmigo

Capítulo 27

Siempre he tenido paciencia, lo digo enserio, pero los chicos como Moisés hacían muy bien su trabajo para hacerme perderla.

Después de que me manchó la cara con pintura lo seguí por todo el salón intentando matarlo.

Es que como pudo hacerlo? Es un idiota. Claramente. Y lo peor es que disfruta verme molesta, verme nerviosa, disfruta ver mis reacciones ante él, de una u otra manera.

Después de días de ese incidente, una semana para ser precisos, terminé la pancarta de la puerta, todavia era principios de noviembre, así que no ví la necesidad de colgarla aún.

Resumen de la semana: trabajos, las chicas y yo quejándonos de los deportes que educación física nos obligaban a hacer, yo trabajando en los cotillones de los muchachos y como siempre..... Mi dolor de cabeza de ojos verdes y hermoso cabello haciéndome la vida imposible.

Valentina que dices? Es demasiado molesto.

Si lo es pero su comportamiento no cambia su atractivo.

Ay Moisés, debo tratar de no ser tan evidente cuando estoy contigo, el que aveces esté tan nerviosa podría prestarse a malos entendidos.

Sigo enfocada en hacer los cotillones, busqué unas ideas y pensé en una botella picada a la mitad decorada con cartulina de colores y brillitos.

Cortaba con mucha precisión las cartulinas, y aunque me negué, mi padre insistió en ayudarme a picar las botellas, prefiere que yo use las tijeras y él el cuchillo.

-Aun no entiendo porqué tienes que hacer todo esto tú sola.-dice un tanto cansado y no lo culpo. Ya son más de 17 botellas las que ha picado.

-Ya te lo dije, ellos colaboran con todo lo material y yo hago la mano de obra.

-Pero aún así es mucho trabajo hija, no quiero que descuides tus otras tareas por hacer todo esto, además, dijiste que esto era para la primera semana de diciembre, aún tienes tiempo.

-Sabes como soy papá, no quiero hacer esto a última hora, te juro que no descuido mis otros trabajos.

El asiente y sigue picando las botellas.-Solo no quiero que te sobrecargues de tanto trabajo, además, sé que aveces te desvelas por hacer tus tareas.

Me quedo en silencio.

-Hija, solo descansa más, me lo prometes?

Me iré al infierno por mentirosa.

-Lo prometo papi.

Me sonríe y sigue ayudándome.

Me encanta sentirme así con todos los adultos que me rodean, pero más con mi papá, me siento segura con su protección y preocupación.

Sé que el día que no me pregunte si ya comí, si ya me bañé, si ya hice mis tareas, si me fue bien en la escuela y todas las cosas que los padres le preguntan a sus hijas, el día que me falten esas preguntas es porque ya dejó de quererme, o ya partió a otra vida, pero mientras eso pasa, seguiré disfrutando de ser su consentida.

Es lo bueno de no tener hermanos varones supongo.

Cuando papá termina de ayudarme con las botellas de despide diciendo que tiene un nuevo carro que arreglar.

Me compra un helado y me da una charla de media hora sobre no abrirle la puerta a extraños, ya que Estefanía cómo siempre no está en la casa, y mamá está trabajando aún.

Claramente lo disfrutaría si no tuviera tanto que hacer, pero bueno, tú aceptaste esto Valentina, asume las consecuencias.

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Escuchen "criminal" de Britney Spears.




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