Viernes
Jazmín
hoy fue el último día de clase y apenas entre a casa, cambié y fui directo al sofá para relajarme
Haaaa, Dulce tranquilidad, vacaciones alfin
Pense para mi misma, mientras ensendia la tele. mientras cambiaba de canal pensaba en que podía hacer en estas tres semanas de vacaciones.
-Jazmín–dice mi papa desde la cocina –que paso –le digo sin ganas solo esperaba a que no me pidiera hacer algo que arruinara la paz de esta casa –adivina quién va a venir -.
No, no, no, noooo, me había olvidado completamente que pasaba en las vacaciones.
-José y su hijo –digo, intentando aguantar las ganas de gritar- si –dice el con toda la alegría del mundo.
no quería que ellos vinieran, bueno no me molestaría si José traería siempre a su hijo Damián, José lo traía con la intención de que el me hacía compañía, pero él era de lo más aburrido todo el día se quedaba en mi habitación (porque yo dormía en la de mi papa) ellos dos pensaban que nosotros nos llevábamos muy bien, pero con lo aburrido que era ni siquiera te dabas cuenta que él estaba en este departamento.
José y mi papa siempre hacían un viaje a no sé dónde y se tardaban todas las vacaciones, y no es que me diviertan esas vacaciones
-¿Cuándo van a venir? –pregunto sin mirarlo –ya están por llegar –dice –mierda.
Salgo corriendo hacia mi habitación y saco toda mi ropa y la pongo en la pieza de mi papa, me pongo un jean azul y una remera de color blanca, me peino y me miro al espejo.
-lista para sufrir del aburrimiento – digo al espejo –pues, si –salgo de la habitación y me dirigí hacia la sala, me sobresalto al verlos, mi papa estaba hablando con José, y Damián… bueno, el hacia lo que más sabia hacer: NADA. Doy un suspiro y me dispongo a saludar. Camino hacia José. Él era un hombre alto un poco rellenito, pero era de lo más simpático, tenía el cabello oscuro casi negro, ojos marrones, y vestía de la forma más cómoda. le doy la mano, y él me saluda y después me abraza. Él tenía tres hijos, por eso me trataba tan bien. Yo no quería saludar al idiota de Damián, pero mi papa me digo que lo haga. Lo saludo con un simple –hola –y un gesto con la mano, el me saluda de la misma forma. No voy a negarlo él era muy guapo, ojos verdes como su madre, su cabello como de su padre, alto y con el cuerpo muy bien formado.
Como podía tener un cuerpo así, si lo que hace todo el tiempo es sentarse por ahí y no hacer nada.
Me siento en el sofá e intento escuchar lo que decía mi papa y José, siempre tenía curiosidad de donde querían ir esos dos, y al parecer este año eligieron Miami.
Viernes
Jazmín
hoy fue el último día de clase y apenas entre a casa, cambié y fui directo al sofá para relajarme
Haaaa, Dulce tranquilidad, vacaciones alfin
Pense para mi misma, mientras ensendia la tele. mientras cambiaba de canal pensaba en que podía hacer en estas tres semanas de vacaciones.
-Jazmín–dice mi papa desde la cocina –que paso –le digo sin ganas solo esperaba a que no me pidiera hacer algo que arruinara la paz de esta casa –adivina quién va a venir -.
No, no, no, noooo, me había olvidado completamente que pasaba en las vacaciones.
-José y su hijo –digo, intentando aguantar las ganas de gritar- si –dice el con toda la alegría del mundo.
no quería que ellos vinieran, bueno no me molestaría si José traería siempre a su hijo Damián, José lo traía con la intención de que el me hacía compañía, pero él era de lo más aburrido todo el día se quedaba en mi habitación (porque yo dormía en la de mi papa) ellos dos pensaban que nosotros nos llevábamos muy bien, pero con lo aburrido que era ni siquiera te dabas cuenta que él estaba en este departamento.
José y mi papa siempre hacían un viaje a no sé dónde y se tardaban todas las vacaciones, y no es que me diviertan esas vacaciones
-¿Cuándo van a venir? –pregunto sin mirarlo –ya están por llegar –dice –mierda.
Salgo corriendo hacia mi habitación y saco toda mi ropa y la pongo en la pieza de mi papa, me pongo un jean azul y una remera de color blanca, me peino y me miro al espejo.
-lista para sufrir del aburrimiento – digo al espejo –pues, si –salgo de la habitación y me dirigí hacia la sala, me sobresalto al verlos, mi papa estaba hablando con José, y Damián… bueno, el hacia lo que más sabia hacer: NADA. Doy un suspiro y me dispongo a saludar. Camino hacia José. Él era un hombre alto un poco rellenito, pero era de lo más simpático, tenía el cabello oscuro casi negro, ojos marrones, y vestía de la forma más cómoda. le doy la mano, y él me saluda y después me abraza. Él tenía tres hijos, por eso me trataba tan bien. Yo no quería saludar al idiota de Damián, pero mi papa me digo que lo haga. Lo saludo con un simple –hola –y un gesto con la mano, el me saluda de la misma forma. No voy a negarlo él era muy guapo, ojos verdes como su madre, su cabello como de su padre, alto y con el cuerpo muy bien formado.
Como podía tener un cuerpo así, si lo que hace todo el tiempo es sentarse por ahí y no hacer nada.
Me siento en el sofá e intento escuchar lo que decía mi papa y José, siempre tenía curiosidad de donde querían ir esos dos, y al parecer este año eligieron Miami.