Te SueÑo Y No Estas

CAPITULO 9

Desde que amaneció eh estado tratando, de evitar a esos dos seguramente no deben estar nada contentos con mi comportamiento de ayer, dejando aquella mujer con las ganas seguramente dirán que les hice quedar mal. Sencillamente no es mi culpa, que esa mujer apareciera en mi cabeza y que pensara en ella cada vez que besaba a Mónica, sencillamente puedo decir que estoy obsesionado o enamorado de aquella mujer de los sueños.

Aunque me inclina más por la primera, por la obsesión pues desde el cuarto sueño consecutivo con ella eh buscado querer interpretar aquellos sueños, por más absurdos que suene. Cargando los extintores vacíos los para llenarlos, me encuentro con los dos que me miran seriamente mueven la cabeza haciendo una mueca en desaprobación.

–¿Qué? –digo.

–Nos decepcionas. No creí que hicieras eso. –dice Billy.

–Oigan…

–Pobre Mónica, no se merecía eso –suelta Fernando interrumpiéndome.

–Oigan alto. –digo serio –Yo quería hacerlo, no me importaba si llegaban a escucharnos.

–¿Entonces? –continua Fernando.

Suelto un poco aire, molesto. –No pude hacerlo porque esa mujer se me vino a la mente.

–Eso es bajo, usar una mujer que no existe como excusa –habla Billy.

–No es excusa –digo tomando uno de los extintores colocando en el contendor para llenarlos. –es solo que…

–Esa mujer no es real. –completa Fernando. –No es real, déjate de tonterías y presta más atención al mundo real. –dice un tanto molesto.

–Eso hare, ahora quiero trabajar. Terminar con esto e irme a mis vacaciones –coloco las manos en el contenedor para llevarlo a la zona de cargue.

Tomo el contenedor empujándolo hacia la zona de cargue, en eso se va el tiempo llenando los extintores vacíos. Después del medio día voy a relevar a uno de mis compañeros, en la guardia sentando en la cabina de la prevención me pongo a seguir a buscar significados de los sueños. ¿Por qué sueño con la misma mujer? Pero en todas las páginas, que encuentro me sale lo mismo que la última vez cuando buscaba entender uno de mis sueños.

Al no encontrar nada en específico cierro, el celular y me reclino sobre la silla enviando mi cabeza hacia atrás sumergiéndome en mis pensamientos, donde ella aparece, mejor dicho, soy yo quien la proyecta a consciencia dentro de mi cabeza. La miro como se mueven cada movimiento de su cuerpo, como balancea su cintura de forma tan sensual, como su cabello se mueve con gracia y elegancia, ella es una mujer espectacular en todos los sentidos.

Lo único que me decepciona es no poder, ver su rostro por culpa de esa mascar roja brillante. Deshago esos pensamientos abriendo mis ojos, sobre la mesa miro un lápiz haciéndolo girar sobre mis dedos, abro un cajo sacando un pedazo de papel en blanco proyectando la imagen de ella en mi cabeza trazo la primera línea para dibujar. Lo hago de forma suave, cuidando delicadamente cada trazo que hago al dibujar su rostro cubierto por la máscara, borrando algunas imperfecciones en el dibujo. Sigo dibujando hasta formar la silueta de su cuerpo, con aquel vestido con tirantes finos sujetándolo, las ondas de sus cabellos extendiéndose a lo largo de su espalda. Detallo un poco más algunas partes de su dibujo.

–¿Quién es ella? –reconozco la voz. Me sobresalto soltando el lápiz.

Me giro para encontrarme con ella, con Ester luce igual mejor dicho mejor que la última vez que la vi sus largas y espesas pestañas, sus labios carnosos y sus ojos color cafés oscuros.

–¿Qué haces aquí? –pregunto.

–Me trasladaron aquí –responde mirándome atenta y sin darme cuenta toma el dibujo con sus manos –¡Guao! No me digas que conociste, a otra chica después de mí.

–Dámelo –digo estirando el brazo para tomar el dibujo, pero ello lo evita.

–No recuerdo que me hayas dibujado alguna vez. –lo mira atenta –es muy guapa –dice extendiendo el dibujo.

–Ahg… –gruño estirando mi mano para tomar el dibujo.

En eso otra mano se apodera de mi dibujo –así que es ella –tenía que ser este, aparece Billy que observa con detenimiento el dibujo –talvez hayas exagerado un poco con este dibujo –suelta como si nada.

–Claro que no, es justo como la veo en mis sueños –respondo.

–¿Tus sueños? –dice Ester.

–Pues déjame decirte –ya va él soplón –que este tonto dejo con las ganas, a una mujer espectacular por estar pensando en esta mujer. Que apropósito, solo ha visto en sus sueños.

–De verdad –dice ella con fingida tristeza –no me digas que no has soñado alguna vez conmigo, después de nuestra ruptura –mentiría si dijera que sí. Guardo silencio –eso es cruel hiere mi pobre corazón, sabes que yo si soñé contigo recientemente.

–Aquí comienza arde –dice Billy –mejor me voy.

~Gracias entrometido ~digo para mis adentros.

–¿Y? –dice ella colgándose de mi cuello.

–Un gusto volver a verte Ester –digo encogiendo mis hombros.

–Por Dios hombre que aburrido eres. Mira que yo estaba, dispuesta a recordar nuestros besos –me suelta tomando el dibujo sentándose en la silla. –En verdad es hermosa, pero ¿Por qué la dibujaste con esta máscara?




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