Te SueÑo Y No Estas

CAPÍTULO 14

Estoy yendo de nuevo a visitar a esa vidente, me estoy aferrando a la posibilidad de una esperanza todavía más fortalecida después de aquella sesión, pero también estoy tomando en cuenta de que tan solo estoy siendo manipulado ayer volví a verla, para que me revelara algún detalle de ella. No obtuve respuesta, se negó a darme algún indicio y nuevamente estoy volviendo a ella en busca de respuesta.

Atravieso la entrada el lugar esta como siempre, la veo en la esquina limpiando las vitrinas de sus objetos que vende.

–Buenos días –saludo.

–La respuesta es no –me dice de inmediato.

–Por favor estoy… más desesperado de lo que estaba antes de venir aquí. No puede decirme, aunque sea una sola característica –sueno suplicante y lo estoy.

Necesito respuesta y por qué siento, por lo que vi. Ella tiene esas respuestas, que le cuesta tanto decirme algo de ella, pero lo más raro es que no entiendo ¿Por qué no puede ver su rostro durante esa sesión? ¿Por qué tenía su rostro cubierto por una sombra? Si en mis sueños no aparece así esta visible y durante esa sesión, su rostro estaba cubierto por la sombra.

–No puedo decírtelo –vuelve a confirmar.

–¿Por qué?

Se vuelve hacia mi mirándome a los ojos –Porque ella misma me pidió no, revelarte nada y sin su permiso no puedo decir nada.

–Me quiere tomar el pelo. Yo estuve ahí le recuerdo y no recuerdo haberla escuchado decir eso. Así que…

–Yo era el medio, la conexión para llegar a tu mente y mostrarte aquello. Por lo tanto, era la única que podía escuchar. –responde.

–Escuche la mi voz, proveniente de mi yo de los sueños.

–Pero nunca escuchaste, la voz de ella. Nunca la has escuchado, por lo que tu subconsciente no puede reproducir algo que no recuerda.

Su explicación no me es favorable quiero respuestas, me acaba de revelar algo y voy a usar ese punto a mi favor. A ver cómo responde a esto.

–Tú tampoco hasta escuchado su voz. ¿Y tú me afirmas que ella te hablo? –ahora veamos cómo me responde. Me observa, noto decepción, me mira seriamente –¿Qué ocurre? ¿Por qué me mira así? Solo responda la pregunta. Hace una mueca, para cerrar su vista moviendo su cabeza en negación. Resoplo un poco. De acuerdo creo que ahora siento que se está burlando de mí, por su expresión y me estoy sintiendo algo incómodo por su reacción. Me comienzo a molestar siento mi enojo seguir en aumento.  

–No captas los mensajes en mis palabras –la miro sin entender –te dije que era el nexo entre tu, ella y tus sueños. Puedo entrar y mostrarte lo que hay en tu cabeza, con tu debido permiso claro –recuerdo el momento en que ella me pido ese permiso para acceder a mi mente.

–Sí, pero ¿Qué tiene que ver eso con lo otro?

–Los seres que habitan dentro de su cabeza, también tienen su pensamiento propio. Hay unos que se dejan ver sin pedir permiso. Otros, como esa chica se niegan hacerlo.

–En otras palabras, ella no quiere que la conozca. Eso me quiere decir –la interrumpo.

–No es eso. Ustedes tienen un lazo muy fuerte, que los une tarde o temprano se encontraran. Por lo que te puede decir que ella, están real como tú, como yo. Tan real como tus sueños.

–Eso no me dice nada. No alivia la presión, que siento en mi pecho –digo cohibido.

–Eso pronto terminara. Tenlo por seguro. Sus caminos están cada vez más cerca –comenta ella con suavidad.

–Quiere decir que la voy a encontrar.

Ella sonríe y afirma –ahora vete disfruta un poco hasta el momento, en que vuelva a reencontrarse.

Me retiro. Pago por esta charla, afuera recién capto algo ~ ¿Reencontrarnos? ~me digo mentalmente.

Intento volver, pero me detengo y vuelvo a caminar por la ciudad reconsiderando volver antes, de los días que pedí permiso, después de todo en casa solo me aburro. Leo un poco, veo televisión y salgo a caminar es lo que he hecho hasta este momento. Por lo menos en el trabajo, estoy más ocupado revisando los equipos, dando mantenimiento a los vehículos, participando de una que otra guardia o capacitaciones.

Me detengo en el parque y tomo asiento al pie de un árbol. Necesito algo de paz y este es el lugar, aunque me gustaría que fuera algo más silencioso. Lo digo por los sonidos de los motores de los vehículos que logro escuchar, ignorando aquello pego mi espalda contra el tronco del árbol mirando las hojas y los pequeños destellos de luz solar filtrarse entre las ramas. El clima es agradable, la brisa es cálida siento el sueño empezar a dominarme. Siento mis ojos cada vez sentirse más pesados.

–David –escucho la voz de Lisbeth.

Abro de forma abrupta los ojos, soltando un gran bostezo para seguido frotar mis ojos y verla con más claridad. Vuelvo a bostezar mientras estiro mis brazos.

–¡Ahg…! –gruño bajo –Lisbeth ¡Qué sorpresa! –digo con la voz somnolienta.

–Lo siento. Interrumpí tu siesta –se disculpa suave.

–Descuida. Tengo más horas para eso. ¿Qué haces aquí? –pregunto.

–Salí a pasear con el perro de mi tía –responde.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.