Te SueÑo Y No Estas

CAPÍTULO 18

¿Dónde está? ¿En qué parte de este extenso país se encuentra? He retratado su rostro en un dibujo, me ha tomado algo de tiempo en hacerlo. Recordar cada detalle de ella el grosor de sus labios ese brillo en sus ojos, su cabellera ondulada descendiendo hasta arriba de sus glúteos.

La recuerdo bien. Continúo plasmando cada detalle en este pedazo de papel, repasando suavemente cada trazo realizado. Saco algunas luces en sus ojos, porque son esos ojos los que me cautivan, esos labios que se han vuelto mi mayor deseo por sentirlos contra los míos, respirar la fragancia de su cabellera quiero sentirla completa. Quiero sentir todo de ella en mí.

¿Pero dónde? ¿Dónde buscar? Si lo único con lo que cuento es con un pedazo de papel con su retrato dibujado, esto no es suficiente para encontrarla. Un dibujo, describirla, no será suficiente. Continúo realizando unos toques en el cabello del dibujo, sacando algunos brillos que le quedan muy bien.

–¡Guao! ¿Quién es esa belleza? –giro la cabeza encontrándome a Billy parado detrás de mí.

–Alguien que no conozco –dibujo volviendo mi mirada al dibujo.

–La sacaste de internet. Viejo que manía, la tuya –me critica.

–La saca de mi cabeza, de mis sueños. Porque es ahí el único lugar donde la eh visto –respondo.

Hay silencio –entonces… esta chica, es de quien hablabas con tanto interés.

Asiento. Dejo el lápiz sobre la mesa, mirando el terminado del dibujo para soltar el aire y lanzar mi cabeza hacia atrás en señal de rendición, porque se claramente que no podre encontrarla. ¿Dónde rayos voy a encontrarla? No puedo ir de ciudad en ciudad, de pueblo en pueblo tratando de buscar a una persona que saque de mi cabeza. Si tan solo tuviera una dirección si tuviera una pista de donde encontrarla, donde iniciar mi búsqueda. Iría sin perder tiempo, sin pedir permiso para encontrarme con ella.

Billy toma el dibujo –podrías ir a la policía y mostrarle este dibujo. Podrían ayudarte a encontrarla.

–¿Y qué les voy a decir? Esta mujer la saque de mis sueños, ayúdenme a encontrarla. ¡Sí que buena idea! Seguramente me tomaría por un loco –hablo con realismo.

–Dirías que es tu novia. Tu hermana. Qué se yo –comenta Billy.

–Si. Y la encuentra y le hacen preguntas. Ella negaría todo y me vería envuelto en un caso por acoso.

Billy deja el dibujo sobre la mesa –entonces debería desistir en buscarla –lo miro serio –sino estas dispuesto a correr riesgos, por ella. Será mejor que la olvides y te resignes a encontrarla. Sino no te lanzas de cabeza por ella, no la mereces –sale de la garita.

Guardo silencio y miro el dibujo. Billy tiene razón. Sino soy capaz de hacer esto. Sino soy capaz arriesgarme por esta mujer, que me trae en las nubes. Talvez no la merezca. Dejo el dibujo sobre la mesa, reclinándome sobre la silla dejando pasar el tiempo. Tiempo que debería gastarlo buscándola, ir a la comisaría más cercana para encontrarla.

Tomo mi celular e ingreso a mi Facebook, mirando lo que me sale miro la opción de buscar, con duda presiono esa opción el teclado aparece la barra de escritura está titilando esperando para por la primera letra de un nombre que desconozco. Mi cada letra del abecedario y presiono la letra “N” y luego la borro. Ahora oprimo la “G” y otra vez la borro y continuo así durante un largo tiempo.

Finalmente me decido por un nombro escribiendo el nombre de Mónica, donde encuentro su foto de perfil e ingreso observo sus últimas publicaciones se la ve feliz en su nuevo trabajo. Presiono el icono de su Instagram llevándome de inmediato y hay más publicaciones, solo una imagen me llama la atención de sobremanera. Es ella y un tipo un poco más alto que ella besándose.

Parece que por lo menos ella, si pudo encontrar alguien en quien apoyarse para salir adelante. En cambio, yo sigo atrapado, sigo sin poder avanzar. Es duro saber que personas, que estuvieron junto a ti encontraron alguien en quien sostenerse, te apoye para salir adelante, en cambio tú. No has avanzado ni siquiera un mísero metro desde la posición en la que estas.

Escribo el nombre de Lizbeth y la encontró de inmediato, miro algunas fotos que ha publicado, pero nada relevante. Observo una foto de ella junto alguien, una mujer talvez su madre. No. Es más joven. No puedo verla bien, está tomada a distancia. Regreso a Facebook y empiezo a escribir nombres al alzar, buscando alguna similitud incluso añado la palabra bailarina junto al nombre y todavía sigo sin lograr nada.

Mi turno termina y regreso a los dormitorios para descasar, en el camino Billy y Fernando me detienen en la sala de estar.

–Hey David. Ven a jugar una partida –llama Fernando.

Los miro jugando billar. Camino hasta ellos –saben que no soy bueno para esto –hablo con tranquilidad. No lo niego soy pésimo en este juego, prefiero las cartas. –Si quieren una partida de póker.

–¿Qué tal si jugamos primero aquí? Y luego póker –continuo Fernando. –Así recuperaras tu dinero.

–Lo haremos, si jugamos póker primero –fruncen el ceño –no me tomen el pelo. Nuevas conquistas.

–Y están buenas –contesta Billy.

–Lo sabía. Era la única forma en la que estén aquí, esperándome –comento mirándolos serio.




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