Te SueÑo Y No Estas

CAPÍTULO 19

Recostado en la cama mirando este retrato y con algo de música suave de fondo, empiezo a parpadear con pereza empiezo a caer lentamente en lo que creo será un profundo sueño. Todo se desvanece eh caído al sueño y la verdad, no me importa. Porque sé que podré mirarla, podre mirarla nuevamente y pedirle una señal de dónde empezar a buscarla. Necesito una señal.

Esta oscuro, no visualizo nada, porque mi subconsciente no proyecta nada. ¿Qué ocurre? Normalmente cuando duermo, el escenario ya se encuentra proyectado, hay oscuridad con vestigios de que el inicio del sueño empezó, pero ahora no. Hay la completa nada, todo está oscuro no siento algo firme en el cual mis pies estén apoyados. Esto, es como si flotara. No entiendo nada.

Doy un paso, puedo caminar y avanzo hasta poder encontrar algo que me guie hasta ella, sin embargo, nada cambia todo lo que puedo hacer es avanzar. Hasta que escucho una voz que logro identificar, es su voz.

–Por aquí –la escucho decir.

Pero su voz proviene de diferentes partes de todos los lados –¿Dónde? –pregunto.

–Por aquí –continúa diciendo.

Muevo mi cabeza de forma desesperada sin saber qué dirección tomar y su voz si ahí llamándome. ¿Qué puedo hacer? ¿Cómo me acerco? En eso mis ojos se abren ligeros, me doy cuenta de algo, por lo que cierro mis ojos y empiezo a caminar ciegamente en este lugar concentrándome solo en una dirección, evitando la confusión que me provoca no saber a dónde ir.

–Estas cerca –esta vez cambia la palabra.

Continúo avanzando, esa última palabra me dio más esperanza de llegar junto a ella. ~ ¿Cuánto más? ~digo para mí mismo.

–Estas aquí –la escucho decir, deteniéndome.

Abro los ojos encontrándome con la oscuridad, algo desalentador, pero como una estrella fugaz ella desciendo delante de mí. Una luz blanca resplandeciente la rodea, no puedo evitar sonreír al verla de esta forma, es tan bella. Me acerco tomando sus manos.

–¿Por qué este lugar? –pregunto.

–Porque quiero que sepas, que no solo soy la luz de tus sueños. También de tu vida –se acerca a mí estrellando sus labios con los míos.

A pesar de ser un sueño, puedo sentir la suavidad sus labios, el calor proveniente de su cuerpo. No me resisto subiendo mis manos por su espalda acariciando su larga cabellera, continúo besándola hasta que lentamente descendemos quedándonos de rodillas y la recuesto entrelazando nuestramos. Tengo tantos deseos de continuar, no quiero detenerme aquí, no me importa si es solo un sueño. Esto, es lo más cerca que puedo estar de ella. La quiero sentir completa esta noche.

Nuestras miradas conectadas, sin moverse. Subo mis manos acunando su rostro me acerco lentamente hasta sus labios siendo detenido por sus dedos índice y medio en mis labios. Sus ojos brillan todavía más significa que al igual que yo. Ella también lo desea. Entonces. ¿Por qué me detiene?

–¿Qué sucede? –pregunto.

–Aquí no –se levanta extendiéndome su mano. –Vayamos a otro sitio, más agradable.

Tomo su mano y como si se cambiar de diapositiva me encuentro justo en el dormitorio de la estación y me veo a mi mismo durmiendo. Esto se siente como si mi conciencia se hubiera separado de mi cuerpo, me acerco e intento tocarme sintiendo un leve jalón.

–Estarás bien, pero si lo tocas. Despertaras –me advierte y es lo que menos quiero.

–¿A dónde vamos? –pregunto.

–Sígueme –suelta mi mano la veo saltar atravesando el techo de concreto.

La sigo atravesando el techo de igual manera, encontrándome con un cielo despejado, con la luna llena y las estrellas y ella junto a ese firmamento, tan hermoso. Esto es lo más cercano a la felicidad infinita que eh logrado sentir en mi vida. La verdad no sé cómo explicar esta sensación que invade cada parte de mi cuerpo.

–Ven –me llama se eleva cerca de la luna y las estrella.

¿Cómo lo hago? ¿Cómo llego ahí? No tengo donde apoyarme para impulsarme. Y mi deseo de alcanzarla es el que me lleva hasta ella. Sonrió de felicidad. Estoy volando. Vuelo hasta la mujer de mis sueños. Llego hasta la nube donde la encuentro a ella recostada, con los brazos extendidos sobre su cabeza bajo la luz de la luna y las estrellas. Es lo más hermoso que he visto.

Desciendo suave sobre la nube, caminando sobre esta llego hasta ella –ven acompáñame. Tenemos la luna y las estrellas como testigos de este momento.

Me recuesto a su lado observando el firmamento, a pesar de que soy un espíritu puedo sentir la brisa helada de la noche agitando mi cabello espiritual. Siento tanta calma el lugar, la hora, la compañía son de lo mejor. Esto es como estar en el paraíso.

–Ahí está –dice ella.

–¿Qué cosa? –pregunto.

–La constelación cisne –responde. La miro un instante, para volver mi mirada hacia el cielo. Tratando de localizarla, creo que debí prestar un poco más de atención a las clases de orientación durante el curso. Trato de localizar un punto de referencia, pero no puedo hacerlo. –no la encuentras.

–No –contesto.

–Busca el hemisferio norte –me dice y trato de ubicarme encontrando el hemisferio.




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