Te SueÑo Y No Estas

EPILOGO

La oficial circulaba por la ciudad encontrando a una mujer que le pareció familiar se detuvo y saco el dibujo y comprobó que era ella. La miro llamar a la puerta saliendo Lisbeth y sus padres a recibirla. La niña pequeña abrazo a Lisbeth.

–Tía –dijo con su infantil voz.

–Hola princesa –contesto Lisbeth.

–Siento llegar tarde –dijo la mujer.

–Para nada. Pasa esta lluvia no va a dar tregua –hablo el padre de Lisbeth.

Ingresaron dentro y la niña entrego el pastel, la madre de Lisbeth lo tomo fue hasta la cocina tomo unos platos y el cuchillo y partió el pastel sirviendo.

–John no pudo venir –dijo la madre de Lisbeth.

–No está trabajando –contesto ella.

–El ejército no deja descansar a nadie –dijo el padre de Lisbeth. –Andrea tampoco ha venido a visitarnos, últimamente.

–No ha tenido tiempo. Desde que ingreso a trabajar en esa escuela.

–Me alegro por ella. Después de tanto tiempo en mala racha finalmente lo logro –contesto Lisbeth.

–Cierto Lis. ¿Me llevaras con el idiota de tu ex? Le dare una lección por lo que te hizo.

–No tiene caso. Además, estoy enamorada de… –el sonido del timbre la interrumpió.

La mamá de Lisbeth se acercó a la ventana –es la policía.

–Voy abrir –dijo su esposo. Regresando con la oficial –Felicia, la oficial quiere hablar contigo –dijo desconcertándola.

–Dígame oficial ¿Qué sucede? –dijo Felicia.

–Siento interrumpir así, pero quisiera hacerle unas preguntas –Felicia asintió. La oficial saco el dibujo –es usted en este dibujo.

Felicia tomo el dibujo, asombrándose por lo bien dibujado asintió confirmando –si oficial. ¿Qué pasa con este dibujo?

–¿Conoce al señor David Rodríguez? –pregunto –es éste –enseño una foto de David.  A Lisbeth se le abrieron los ojos al ver la foto de David. Volvió a negar –entonces usted nunca lo ha visto.

–No oficial. –hizo memoria –hoy lo vi –llamo la atención de la oficial –parecía perdido –recordó cuando vio a David –tenía una mirada triste como si algo, le hubiera destrozado el corazón. Dígame que sucede –dijo Felicia algo tensa por la situación que se estaba provocando.

–Hace dos días vino este joven con el dibujo, pidiendo ayuda para encontrarla –Lisbeth tomo el dibujo, ella entendía de lo que se trataba.

–No recuerdo haberlo visto en mi vida –dijo Felicia.

–¿Entonces como pudo hacer este dibujo de usted? –hablo la oficial.

–Mi hermana gemela. Andrea, talvez sea ella la del dibujo –dijo Felicia.

–¿Su gemela? –dijo confundida la oficial.

Lisbeth sintió un nudo en el cuello, con el dibujo en manos salió de la casa con los llamados de sus padres, pero no escucho. Paro el primer taxi llegando hasta la estación sin importar lo tarde que era, ingreso dentro encontrándose con Fernando.

–Buenas tardes. ¿En qué puedo ayudarla? –dijo.

–Estoy buscando a David. Lo podría llamar –dijo algo nerviosa.

Fernando la miro –los siento, pero… David se marchó esta tarde. Le dieron pase para otra estación.

–¿Qué? ¿Dónde? –pregunto.

–No lo sé. No dijo nada, tomo sus cosas y se marchó para el terminal–respondió.

Lisbeth volvió a salir subiendo a otro taxi yendo hasta el terminal y lo busco de arriba abajo, pero no lo encontró. Lagrimas brotaron de sus ojos. Su mundo también se destruyó al enterarse que David buscaba a su prima Andrea, pues Felicia negó haberlo conocido.

Dos corazones rotos, en el mismo día. Uno al enterarse que la mujer de sus sueños existía, pero era casada y madre. Otra al enterarse que de quien se enamoró perdidamente, estaba enamorado de su prima que conoció en un sueño.

Ambos soñaron con lo que anhelaban, pero no pudo convertirse en realidad. Dos corazones rotos solo por soñar con algo que no pudo ser real.     




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