Capitulo 1

Han transcurrido varios años desde aquel momento crucial en la vida de Liam. Ahora, con 19 años, ha forjado su propio camino con determinación y perseverancia. Su vida ha tomado direcciones que nunca habría imaginado cuando aún era un adolescente. Actualmente, trabaja en una pista de hielo en el centro comercial, siendo responsable de mantener todo en perfectas condiciones y garantizar que el hielo esté siempre pulido y listo para usarcé. Tristemente, para él, aún no sabe patinar como los profesionales. Intentó tomar clases, pero estaban fuera de su presupuesto y de su apretada agenda, sin mencionar que practicar patinaje artístico siendo hombre, era muy mal visto en su país, el cual aún consideraba algunos deporte como afeminados, idea que también compartían sus padres tristemente.

Su trabajo en la pista de hielo no era simplemente un medio para ganarse la vida, sino un lugar donde Liam podía explorar su creatividad y su amor por el patinaje, aunque solo en las noches, cuando no está el encargado y puede usar la pista libremente.

-¡Liam! - resonó una voz molesta a través de los vestidores -¡Liam, ¿dónde estás?! -

-Estoy aquí, señor -respondió Liam saliendo de entre los casilleros.

-Explícame esto -El hombre señaló los patines en su mano - Te pedí que afilaras los patines ayer antes de irte, pero estos, ¡apenas y tienen filo! -dijo molesto

Liam miró el par de patines para hombres y maldijo internamente. No tenía permitido usar el equipo de la pista, ya que era exclusivo para las personas que pagaban la entrada. Sin embargo, los había utilizado la noche anterior después de afilarlos, pero olvidó volver a afilarlos después de pasar horas en la pista.

-Lo siento -respondió Liam mientras tomaba los patines -Ayer estaba muy cansado y seguramente lo pasé por alto. Los tendré listos en un momento -

-Este no es el punto, Liam -dijo el hombre frustrado -Si los patines no están afilados correctamente, puede haber un accidente en la pista, y nosotros seremos los responsables -decía con severidad.

-Lo sé -Liam respondió apenado -. No volverá a pasar. Pondré más cuidado-

El gerente interrumpió a Liam, quien se disponía a ir al cuarto de mantenimiento para dar filo a los patines.

-Primero ve a disculparte con el cliente y devuelve el dinero de la entrada. Eso saldrá de tu sueldo -Liam intentó protestar, pero el gerente lo interrumpió con un gesto de la mano -. Sin reproches, Liam. Esto lo pagarás con tu sueldo. Fue tu culpa no y debes hacerte responsable. Ahora, ve a disculparte -señalo con la cabeza.

-Sí, señor -respondió Liam intentando ocultar su enojo.

Liam no negaba tener cierta responsabilidad por no afilar los patines, pero sabía que no era completamente su culpa. El reglamento establece que todos los patines deben ser revisados antes de ser entregados a los patinadores, incluso si estos se encuentran en estantería y no en almacén o mantenimiento, con el fin de evitar accidentes; y esa, es tarea de quien atiende la ventanilla. Hoy, esa responsabilidad era de su gerente, por lo que la culpa recaía en ambos. Aunque claro, Sebastián jamás admitiría su culpa.

Sin más remedio que obedecer a su gerente se dirigió hacia la ventanilla en busca del cliente con quien debía disculparse, mientras caminaba repasaba la líneas establecidas en el manual de comportamiento de los empleados del lugar, se había disculpado en tantas ocasiones que ya la sabía de memoria, algunas admite con cierta pena, fueron culpa suya, pero la mayoría de las veces solo fue responsabilidad de Sebastián, aunque el jamás lo admitiría, prefería dejar esa carga a alguien más, es decir, a Liam.

Al llegar comenzó a recitar la disculpa con la mirada gacha como dicta el protocolo.

-Buenas tardes, señor; mi nombre es Liam Ortiz -dijo Liam de forma automática sin prestar atención a su entorno -En nombre de Ice Word le pedimos una disculpa por los problemas ocasionados -

Liam levanto la vista para regresarle el dinero de la entrada. Al hacerlo se percató que la persona frente a él le era sumamente familiar, demasiado para ser exactos.

-Como disculpa le hacemos una devolución en su entrada -dijo entregando el dinero al cliente sin quitarle la vista de encima - Y le hacemos un descuento en su próxima visita-

-Esta…bien, gracias -respondió aquel hombre tomando el dinero de regreso y mostrando su incomodidad ante la mirada penetrante de Liam, quien apenado por su imprudencia apartó la vista rápidamente.

-Lo siento, no era mi intención incomodarlo-

Esta vez se disculpó de forma sincera, no como la anterior que solo era ensayada y falsa.

El hombre respondió con un asentamiento de cabeza y se dispuso a marcharse, pero Liam no lo dejaría ir tan fácil.

-Disculpe el atrevimiento -habló Liam captando la atención del cliente tan inusual -. ¿Es usted el señor Brandon García? -la curiosidad en su rostro era evidente.

-Si, soy yo -respondió él con desconcierto hacia el chico cuyos ojos podía jurar se iluminaron ante su respuesta - ¿Nos conocemos? -

-No, usted a mí no, pero yo a usted si lo conozco -se apresuró a responder dominado por un gran entusiasmo - Es usted Brandon García Linares, Manager y hermano mayor de Olivia García Linares, patinadora profesional y medallista de oro en los juegos olímpicos 2016, la más joven en obtener una medalla en patinaje artístico a los 18 años. Es un honor poder conocerlo en persona, soy un gran admirador de Olivia, he seguido su carrera desde los doce-