Liam no podía quitarse la sonrisa del rostro mientras terminaba de guardar todo el equipo de patinaje en la galera, su día había empezado muy mal y solo había empeorado al llegar la tarde, su gerente estaba de un humor aún más detestable de lo habitual, sin embargo, eso no podía importarle menos después de tener la fortuna de encontrar se con alguien tan importante para el como lo era Brandon García, ese corto pero inesperado encuentro le dieron las fuerzas para concluir su turno con optimismo y sin errores, es impresionante como una persona puede influir tanto en tu día a día.
Finalmente, el día llegó a su fin, y Liam se dirigió al despacho de su gerente, Sebastián, para recibir su sueldo. Había estado esperando este momento, ansioso por llevar a casa con su salario y disfrutar de sus días de descanso. Sin embargo, cuando Sebastián le entregó su pago, Liam notó de inmediato que algo no estaba bien. El monto parecía notable más bajo de lo esperado.
-Sebastián, ¿Por qué falta dinero? - pregunto Liam con cautela.
-Liam, recuerda que la entrada de ese cliente seria descontada de tu salario - respondió sin darle mayor importancia.
-Lo sé, pero aquí falta más de lo que debería -
-Decidí que lo mejor era descontar el doble del valor de la entrada que reembolsaste hoy a ese cliente. Tuviste suerte de no ser despedido por ese error- dijo sin mostrar ni una pizca de remordimiento.
-Solo fueron unos patines Sebastián - dijo molesto - Y tu bien sabes que no toda la responsabilidad es mía, tu estabas frente al mostrador y debiste comprobar que estuvieran en buen estado, no es justo que me culpes solo a mí -
-¿Solo unos patines dices? - cuestionó con disgusto Sebastián, ignorando por completo el hecho de que él también era responsable - ¿Tienes la mínima idea, de lo que tu descuido le costó a este lugar? -
-Fue solo un reembolso, y una mala critica posiblemente, no lo suficiente para que me descuente el doble de lo acordado y amenaces con despedirme -
-¿Una mala critica? ¿Solo un reembolso? - pregunto Sebastián con sarcasmo - Ese sujeto vino a preguntar sobre un negocio importante, y de todos los días tuviste que escoger hoy para meter la pata, dudo mucho que ese hombre vuelva a cruzar la puerta, no solo perdimos una entrada, perdimos la oportunidad de ganar una fortuna, agradece que no estas despedido ahora mismo -
- ¿El señor Brandon vino a hablar de negocios? - pregunto siendo dominado por la curiosidad.
- ¿Lo conoces? Da igual no importa - dijo sin dar oportunidad a Liam de responder - Vete antes de que tu sueldo se convierta en liquidación -
Sin más remedio que regresar con un sueldo injusto, Liam salió de la oficina molesto por lo abusivo que resultaba ser Sebastián en ocasiones.
Mientras caminaba a casa, Liam no podía evitar preguntarse qué podría haber llevado a Brandon a la pista de hielo y si había algo más que debía saber. Esta pregunta lo atormentó durante todo el camino a casa, donde se prepararía para enfrentar no solo sus propios desafíos financieros sino también el misterio detrás de la visita de Brandon García en su lugar de trabajo.
Liam entró en la casa, un modesto apartamento que compartía con sus padres y cuatro hermanos. La atmósfera estaba llena de calidez y familiaridad. Los gemelos Mateo y Andrea ya estaban dormidos en sus habitaciones, mientras que los otros dos, Oliver y Alexander, estaban sentados frente al televisor, disfrutando de un programa que parecía absorber toda su atención.
-¡Liam! - exclamó Oliver, el hermano mayor de 17 años, al ver a Liam entrar. -¿Cómo te fue en el trabajo hoy? -
-Cansado como siempre - respondió Liam con una sonrisa forzada, tratando de ocultar su frustración -Podría haber ido mejor, pero no fue tan malo - contestó mientras se quitaba su chaqueta y la colgaba en el perchero.
Alexander, el hermano de 14 años, se volvió hacia Liam con una expresión curiosa.
-¿Qué pasó? Pareces un poco molesto - preguntó.
Liam no quería agobiar a sus hermanos con sus problemas, pero sabía que no podría quitárselos de encima hasta contarles lo sucedido, y lo conocían bastante bien como para darse cuenta si les mentía; por lo que termino explicándoles sobre el incidente con los patines y cómo Sebastián le había descontado más dinero de lo acordado. Sus hermanos escucharon atentamente, y Oliver frunció el ceño en desaprobación.
-Eso no es injusto en absoluto. Deberías hablar con papá y mamá al respecto, Liam. No deberías permitir que te traten así en el trabajo - aconsejó Oliver.
“Como si eso les importara” pensó Liam en sus adentros; hacía años que todo lo que le sucedía a él había dejado de importarles a sus padres. Sin embargo, jamás se expresaría así frente a sí sus hermanos, no quería ser el causante de que tuvieran una mala relación.
-Es complicado - dijo intentando ocultar los sentimientos que surgían en su interior - No quiero que se preocupen más de lo que ya están, y discutir con el jefe no ayudará en nada -
-Bueno, no tienes que lidiar con eso solo. Podrías renunciar al trabajo y encontrar otro donde te traten mejor - dijo Alexander.
-Con mi nivel de estudios dudo que encuentre uno mejor - “además de que no podre seguir patinado a escondidas” pensó Liam.
Editado: 12.02.2024