Capitulo 5

Liam se percató de la realidad: el contrato de confidencialidad iba a arruinar sus planes de disfrutar la pista a solas. Su mirada se desvió hacia la ventana, y sintió cómo la oportunidad se escapaba como agua entre sus dedos.

—¿Seguro que está bien? —preguntó Olivia con discreción.

—Solo estaba pensando —respondió, intentando ocultar su decepción.

—Todo un pensador, quien lo diría —agregó Dimitri con su toque único.

—Dimitri, por favor —lo reprendió Brandon. Liam rió divertido, pero solo por un segundo.

—¿En qué piensas, Liam? —preguntó Olivia, regresando al tema.

—Nada importante —dijo, levantándose de donde estaba; todos lo miraron confundidos—. Fue un gusto conocerte en persona; a todos, realmente. Lamento haberme interpuesto en tus planes, no volverá a pasar.

—Me perdí —dijo Dimitri. —¿De qué hablamos? —

—Fingiré que hoy no pasó nada —respondió Liam—. Respetaré el contrato de confidencialidad y haré como que no sé nada de esto, ni de ustedes. Será la primera y última vez que me vean aquí —una triste sonrisa se formó en su rostro—. No tienes que preocuparte por tu entrenamiento, no seré un estorbo —esta vez se dirigió hacia Olivia en particular.

Olivia, al notar su expresión, sintió cómo algo dentro de ella era tocado. Recordó la vez que sus padres pisotearon sus sueños, diciéndole que, siendo pueblerina, no podría destacar en un deporte tan exigente; tal vez su experiencia no se compare en nada con la de Liam, pero podía sentir un déjà vu.

—Nadie te está corriendo, Liam —dijo Olivia. —Lo sé —respondió Liam y se marchó.

La tristeza pesaba en el ambiente mientras Liam se alejaba hacia la salida. Olivia no podía simplemente dejar que se fuera, no después de escuchar su historia y entender el peso que llevaba. Se volvió hacia Brandon y Dimitri con determinación.

—No podemos dejarlo ir así, ¿verdad? —dijo Olivia con firmeza.

—¡Claro que no! —exclamó Brandon—. Tenemos que hacer algo —

Dimitri, aunque su expresión no mostraba emociones con tanta claridad, asintió con la cabeza.

Juntos, decidieron seguir a Liam, alcanzándolo antes de que cruzara la puerta.

—Liam, espera —llamó Olivia, colocando suavemente una mano en su brazo.

Liam se giró para enfrentarlos, sus ojos revelando una mezcla de sorpresa y resignación.

—¿Qué pasa? ¿Necesitan algo antes de que me vaya? —preguntó Liam, pesando en lo que podría necesitar.

Tal vez una simple promesa no valía y tendría que firmar algo para que estuvieran seguros de que guardaría el secreto; tampoco era como si tuviera amigos a quienes contarles cada detalle de su vida, pero podía entender su desconfianza. Aunque claro, Liam no podía estar más equivocado.

—Liam, no quiero... No; no dejaré que el contrato de confidencialidad arruine tus sueños. Ninguno de nosotros lo permitirá —Brandon asintió en apoyo.

—No tienen que sentirse culpables, tampoco es como si tuviera talento, solo sería un estorbo —respondió Liam.

—No te estamos viendo como un estorbo. No te creas tan importante, mocoso —agregó Dimitri con su usual toque de humor—

A pesar de la situación tensa, Liam no pudo evitar esbozar una pequeña sonrisa. Agradeció silenciosamente la amabilidad de estos extraños que, de alguna manera, se habían convertido en algo más.

Brandon, siempre práctico y astuto, contempló la situación y en cómo podía solucionar las cosas sin afectar los entrenamientos de su hermana o los de Liam.

—Miren, no tiene por qué ser complicado. Podemos dividir los horarios para que cada uno tenga su tiempo privado en la pista. Así, nadie se siente afectado por el contrato, y todos pueden entrenar a su ritmo —

Liam y Dimitri asintieron, viendo la lógica en las palabras de Brandon.

—Puedo coordinar los horarios y asegurarme de que no haya conflictos. Creo que esto podría funcionar —agregó Brandon, confiado en su propuesta.

Dimitri, siempre directo, expresó su aprobación.

—Suena bien. Si eso significa que puedo tener más horas de sueño. Aún no me acostumbro al cambio de horario —

Liam, aunque agradecido, aún se sentía incómodo.

—En serio, no quiero ser una molestia. Puedo encontrar otro lugar para practicar —mintió descaradamente; era obvio que no podría hacerlo.

Sin embargo, Olivia, no muy segura del porqué, intervino en la discusión.

—¿Y si simplemente compartimos la pista? —

La propuesta tomó a todos por sorpresa. Brandon y Dimitri no podían creer lo que estaban escuchando. Olivia había dejado claro que no quería ojos durante sus entrenamientos; aún no estaba lista para ello; sin embargo, había una determinación en su mirada que hacía tiempo ninguno había visto.

Liam miraba a Olivia con sorpresa e incredulidad. ¿Acoso seguía soñando? ¿Compartiría la pista con Olivia? ¡¿Con Olivia?!

Este día había sido de todo menos ordinario; fácilmente podría caer un meteorito en estos momentos y a no podría importarle menos. Por fortuna para Liam, logro disimular a la perfección su emoción y mantener la compostura. Lo que menos quería era comportarte como un Fanboy frente a todos.

La práctica de Olivia y Liam termino siendo dejada de lado ese día, ya ninguno tenía intenciones de patinar, no después de tantas emociones y sorpresas. Ambos sintieron que algo más había comenzado.

Con la práctica cancelada para el día, empezaron a hablar de cosas triviales, tratando de aligerar el ambiente. Brandon compartía anécdotas divertidas, Dimitri hacía comentarios irónicos que siempre arrancaban risas, y Olivia, por su parte, se esforzaba por encajar en el grupito de hombres.

Al final de la noche, Liam regresó a casa, llevando consigo una mezcla de emociones que ni siquiera él podía entender. Se sentía agradecido por la oportunidad de compartir la pista con Olivia, pero al mismo tiempo, no podía dejar de cuestionar la realidad de lo que acababa de suceder. Mientras caminaba por las calles conocidas de su vecindario, se preguntaba si este encuentro con Olivia y sus ahora nuevos amigos había sido solo un espejismo o si realmente estaba destinado a formar parte de algo más grande.