¿Qué si Liam entro en pánico? Si. ¿Actuó como un cobarde? También ¿Se arrepentía de salir corriendo? Tal vez. Pero en primer lugar jamás tuvo que haberse acercado tanto a Olivia. Ahora su mente y corazón eran un caos.
El regreso a casa pareció interminable, su mente divaga y no era consciente de su alrededor; solo sus pies que conocían el camino de memoria lo salvaron de perderse entre las calles de la ciudad. Liam entró en su casa casi como un sonámbulo, ignorando a sus dos hermanos, Oliver y Alexander; ambos miraban el televisor, les desconcertó la llegada de Liam.
Los últimos días había llegado pasada la medianoche. No conocían el motivo, pero tampoco les importo mucho al ver el es estado de animo de su hermano. Sabían que Liam no era un chico problemático y tampoco actuaba sin pensar; a diferencia de sus padres ellos si conocían a su hermano.
— ¿Liam? ¿Todo bien? — preguntó Oliver con una mezcla de preocupación y curiosidad.
Liam, con la mirada perdida, asintió sin realmente procesar la pregunta. Estaba en piloto automático.
— Parece que vio un fantasma — comentó Alexander en voz baja a Oliver.
Ambos hermanos observaron a Liam mientras se alejaba. Algo estaba claramente fuera de lugar. Se preocuparon mas no insistieron, tal vez mañana podían hablar, al fin y al cabo, era su día libre y habían llegado las vacaciones.
Liam subió las escaleras lentamente hacia su habitación. Su mente y al parecer también su alma lo habían abandonado, solo su cuerpo regreso a casa, el seguía en la pista; atrapado en aquel momento.
Se dejó caer en su cama, sintiendo como el mundo caía sobre el ¿Cómo explicar lo que sentía? No podía quitarse de la cabeza la imagen de Olivia, la cercanía, el deseo, la tentación. Todo eso creando un nudo en su estómago. ¿Cómo había llegado a esto?
El insomnio se apoderó de Liam, revolviéndose en su cama una y otra vez, incapaz de conciliar el sueño.
—¡Maldita sea! — dijo por sin saliendo de su estado de sonambulismo.
La mañana llegó, pero Liam apenas y lo notó. Había caído dormido pasado las cuatro de la mañana. Bajo sin ánimos a la cocina, agradecía que hoy no tuviera que trabajar, pasaban ya de las nueve.
Liam se deslizó por las escaleras con pasos pesados. Al llegar a la cocina, la escena lo sorprendió. Oliver estaba en la cocina con sartén y cuchara en mano; Alexander intentaba poner orden con los gemelos; Andrea y Mateo, que peleaban por la ultima rebanada de pan tostado.
—¿Qué hacen aquí? — pregunto desconcertado y en cierta forma preocupado por la hora.
—Coceando, no ves — respondió Oliver encogiéndose de hombros.
—Eso ya lo vi, pregunto porque aún no están en la escuela —
—Son vacaciones Liam — respondió Alexander partiendo la rebanada de pan en dos y solucionando la discusión de los gemelos — ¿Ya lo olvidaste? —
Alexander sentó a los gemelos a la mesa y se dirigió con su hermano a picar algunos ingrediente. Liam asintió y también tomo su lugar a la mesa para esperar el desayuno. Hoy no le apetecía cocinar, con serte su hermanos los intoxicaría y no tendría que enfrentar a Olivia.
—¿Desde cuándo cocinan ustedes? — preguntó Liam, intentando sacar tema de conversación.
— Sorpresa, sorpresa. Resulta que no solo eres el único que sabe cocinar por aquí — respondió Oliver con una sonrisa burlona.
Alexander levantó la vista de los ingredientes que estaba cortando y agregó:
— ¡Exacto! Y hoy es tu día libre, así que decidimos sorprenderte con un desayuno especial. ¿No te gusta la idea? —
Liam miró el destre de la cocina que después tendría que limpiar. Esa era una de las razones por las que sus hermanos no cocinaban; ya que al final era más trabajo para él, pero no podía quitarles esa satisfacción.
— ¿Y esos dos traviesos? — preguntó Liam señalando a los gemelos, quienes estaban jugando con los saleros.
— Haciendo lo único que saben hacer — dijo llamando la atención de los niños — Estorbar —
Ambos niños le sacaron la lengua por la ofensa, ellos habían querido ayudar, pero no los dejaron. Todo rieron y por un momento Liam se sintió el nuevamente.
Mientras los gemelos reían y se burlaban de Alex, y este les seguía el juego; Oliver volteó hacia Liam con una expresión más seria.
—¿Todo bien en el trabajo? — preguntó Oliver, sus ojos observando a Liam con preocupación.
Liam titubeó por un momento, lo había tomado con la guardia baja, como era costumbre de Oliver.
—Si — se limitó a responder Liam. Mientras ambos lo miraban sin creerle — A sido pesado estos días, es todo — agrego intentando convérselos a ellos y a si mismo —
—Y yo soy la reina victoria — dijo sarcástico Alexander — Ya enserio, ¿Qué pasa Liam?, las ultimas semanas llegabas pasada la medianoche, pero te veías alegre. Anoche parecías un zombi —
—Si quieres decirnos porque llegabas tarde no importa — dijo Oliver colocando los platos y comida en la mesa — Siempre y cuando estes feliz no te preguntaremos. Pero no podemos ignorarte cuando estas así — dijo señalándolo completamente con la cuchara.
Editado: 12.02.2024