Te veo en Rusia

Capitulo 8

Alexander había preparado palomitas, no había mucho que ver en realidad. La idea original era ver una película, pero se aburrieron al poco tiempo por lo terminaron mirando un reality show divertido.

— Oye, Liam — dijo Oliver, atrayendo la atención de todos. Liam lo miró con curiosidad. — ¿Qué fue lo que paso? — preguntó Oliver, refiriéndose a la charla dejada a medias esa mañana.

Liam medio un momento, no quería hablar de Olivia, pero sus hermanos no lo dejarían ir esta vez; así que, tratando de desviar la atención, sacó el folleto de la competencia de su bolsillo y lo puso sobre la mesita de centro.

Alexander no tardo en tomarlo y leerlo mientras su expresión cambia de duda a asombro; Oliver miraba de lejos intentando leer.

— ¿Juegos Olímpicos? ¡Eso suena increíble! — exclamó Alexander. Oliver le arrebato el folleto de las manos para leerlo.

— ¿Piensas competir? — preguntó Oliver, con una chispa de emoción en los ojos.

Liam, suspiro pesadamente dejándose caer sobre el respaldo del sofá, ¿Debería intentarlo?

— No sé, realmente me gustaría. Pero…— Liam vaciló por un momento — No sé si estoy a la altura del reto. Además, no podre ocultárselo a papa —

—Pero quieres hacerlo ¿cierto? — pregunto Alexander.

Liam no respondió, en realidad si quería hacerlo, pero tenía miedo, mucho miedo.

—Entonces esta decidido — dijo Oliver, Liam lo miro sin entender de que hablaba — Nosotros nos encargamos de papa mientras viajas a la competencia —

—Espera ¿Qué? — pregunto Liam confundido.

—Ahora el problema mas grande son los gastos — hablo Alexander ignorando a Liam.

—Oigan, nunca dije…—

—Podemos juntar nuestro ahorros, no es mucho pero tal vez alcance — interrumpió Oliver.

—Tengo los trofeos de fut. — propuso Alexander — Tal vez podamos venderlos —

—Haber, aquí nadie va a vender nada quedo claro — dijo Liam con firmeza, parando frente a sus dos hermanos que hacían planes sin su consentimiento. — En primera, aun no eh dicho que vaya a participar —

—Pero vas a hacerlo, ¿cierto? — dijo Oliver.

—¡No lo sé! — grito frustrado pasando una mano por sus cabellos.

—¿Pero porque no? — pregunto Alexander ante la negativa de Liam.

—¡Tengo miedo! ¡Esta bien! — confeso apenado. — ¡Tengo miedo de ilusionarme y darme cuenta de que no sirvo para esto! —

—Le pegas tu o le pego yo — dijo Alexander a Oliver.

Oliver asintió y ambos se lanzaron contra Liam, lo arrojaron al sofá y comenzaron a atacarlo con los cojines.

—¡Deja de ser un cobarde y entra al concurso! — regaño Oliver golpeando a Liam, pero sin ánimos de lastimarlo.

—¿Cres que no sabemos lo mucho que disfrutas patinar? — pregunto Alexander ofendido.

—¿Nos crees idiotas o qué? — dijo Oliver

—¡No tendrás otra oportunidad como esta idiota! — acuso Alexander.

—¡Podrían dejar de golpearme al menos! — grito Liam cubriéndose con sus brazos. Ambos pararon y miraron a Liam con determinación.

—Ahora, vas a llamar el hombre ese de traje caro y le dirás que competirás — Ordeno Oliver señalando a Liam.

—¿A que hombre? — pregunto Liam confundido.

—Braxton, Brenton o como se llame — Dijo Alexander.

—¿Brandon? — preguntó Liam incrédulo — ¿Ustedes como conocen a Brandon? —

—Estuvo aquí esta tarde — Contesto Oliver — De hecho, dejo algo para ti. Nos pido que te lo entregáramos personalmente, según era trabajo —

—Obviamente no le creímos — contesto Alexander — el paquete está bajo tu cama —

Liam abrió los ojos sorprendido, corrió a su habitación subiendo los escalones de dos en dos. Miro bajo su cama y encontró una caja abierta. Sus hermanos eran muy curiosos, no pudieron soportarlo y abrieron el paquete. Liam subió la caja al colchon y lo abrió con cuidado. Dentro, había un par de patines profesionales para hielo color negro; su corazón se aceleró y sus manos temblaron mientras sacaba el par de patines. Sin poder evitarlo, sus ojos se llenaron de lágrimas ante el obsequio.

—¿Y así te atreves a decir que no participaras? — pregunto Oliver asomando por el marco de la puerta.

—Deberías darles el estrenón al menos — dijo Alexander con una sonrisa.

Liam no respondió, ni mucho menos les dio la cara. Nunca había llorado frente a sus hermanos; no podía mostrar esa faceta tan débil ante ellos. Oliver y Alexander, aunque no estaban acostumbrados a mostrar cariño, sintieron la necesidad de hacerlo. Ambos se acercaron a su hermano y lo abrazaron por detrás, compartiendo un momento intimo entre hermanos.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.