Te veo en Rusia

Capitulo 12

 

Durante la primera etapa los nervios y miedos casi lo dominan, pero una vez que se dio cuenta de su propio potencial, estos ya no importaban.

El viaje de regreso a casa había sido cansado. Dimitri se la paso cantando, sabrá dios que cosas durante todo el camino.

En algún momento del camino Olivia cayo rendida del sueño, durmiendo en el hombro de Liam; quien no tardo en dormirse de igual manera.

Liam despertó por el sonido de un flash; lo primero que vio fue a Dimitri sosteniendo una cámara mientras reía por el momento que había capturado.

— ¡Vaya, vaya, el campeón y la durmiente! —bromeó Dimitri, mostrando la foto en la que Liam y Olivia dormían plácidamente en el asiento del auto.

— Eso se llama acoso Dimitri —Liam sonrió, frotándose los ojos.

— ¿Parece importarme? —se encogió de hombros —¿Cómo iba a perderme la oportunidad de burlarme de ustedes? —Dimitri río mientras mostraba la foto a su hermana, que aún se despertaba lentamente.

— Sera mejor que borres esa foto o e mostraré a Liam la del muérdago —amenazó Olivia, riendo por el cambio en el semblante de Dimitri.

— Dijiste que la habías borrado —

— Nunca te deshagas de una arma valiosa fosforito — se burló Olivia mostrando la lengua cual niña pequeña.

Dimitri estaba a punto de iniciar una riña, pero su plan fracaso cuando Brandon freno la camioneta.

— En fin, llegamos a casa sanos y salvos. Deberían agradecerme por mi habilidad para conducir —añadió Brandon, evitando otra pelea entre Liv y Dimitri.

— ¿Conducir o cantar? Porque una de esas habilidades es más cuestionable que la otra —comentó Dimitri, guardando la cámara.

— El que se la paso cantando todo el camino fuiste tú, yo solo te hice los coros — respondió Brandon.

— Pues mejor te hubieras quedado callado cara de papa, arruinaste mí solo —fingió sentirse sumamente ofendido, causando la risas de todos.

Liam entró a casa totalmente exhausto. Lo habían dejado algunas cuadras atrás para evitar cualquier inconveniente; sus padres posiblemente aún no llegaban, pero era mejor evitar un encuentro inoportuno.

Al cruzar la puerta, la oscuridad de la casa lo cubrió completamente hasta que, de repente, las luces fueron encendidas de golpe y los gritos de felicitación de sus hermanos resonaron por toda la casa.

Le esperaba una sorpresa: un delicioso panqué de la tienda, adornado con una vela, fue el toque dulce que sus hermanos habían preparado para celebrar su llegada.

— ¡Felicidades, Liam! —exclamaron, encendiendo la vela.

— ¿Qué es esto? —preguntó Liam, sorprendido.

— ¡Una pequeña celebración por tu victoria! —explicó Oliver, sonriendo.

— No entendemos mucho de patinaje, pero internet nos ha dicho que lo hiciste genial —agregó Alexander.

— ¡Feliz cumpleaños! — gritaron los gemelos al unísono causando la risa de los mayores.

— Gracias, chicos. Esto es realmente increíble —respondió Liam, emocionado.

Los hermanos compartieron un momento especial en la penumbra de la sala, celebrando el éxito de Liam en la competencia, o su cumpleaños como pensaban los más pequeños, quienes tuvieron que irse a dormir antes que ellos a regañadientes. Pronto regresarían a clases y eso complicaba un poco las cosas, ya tendrían tiempo de pensar en ello.

La siguiente competencia fue algo más reñida. Liam terminó en segundo lugar esta vez, pero aun así logró avanzar a la tercera fase. Tenían un poco más de tiempo para prepararse, y Liam se sentía cada vez más seguro de sí mismo. La experiencia de la primera competición le había enseñado a manejar los nervios y a disfrutar del proceso.

Los hermanos Ortiz Moreno, a pesar de no entender completamente el mundo del patinaje artístico, seguían apoyando a Liam desde la distancia. Cada vez que avanzaba en la competencia, sus mensajes de ánimo y orgullo llenaban su teléfono.

La tercera etapa se aproximaba, y con ella, nuevos desafíos y competidores más fuertes. Liam no solo estaba patinando por él mismo, sino también por aquellos que creían en él y lo apoyaban incondicionalmente. Su sueño, que una vez parecía lejano, estaba cada vez más cerca de convertirse en realidad. Y con cada giro y salto en la pista, Liam demostraba que estaba listo para enfrentar lo que viniera.

El día de la competición llego sin previo aviso, Liam y su equipo se dirigieron al lugar. El ambiente en el automóvil era tenso, todos sabían que esta vez la Liam la tenía difícil, con el regreso a clases de sus hermanos y el trabajo, afectaron la condición de Liam.

Olivia intentaba aliviar la tensión con palabras de aliento.

— Liam, recuerda todo lo que has practicado. Tienes el talento y la habilidad, solo deja que fluya en la pista — le recordó Olivia, buscando tranquilizarlo.

— Lo sé, Liv. Solo quiero dar lo mejor de mí y no defraudar a nadie — respondió Liam, con determinación en sus ojos.

Dimitri, como el conductor designado, mantenía su atención en la carretera, pero podía sentir la presión en el ambiente.

Al llegar al lugar de la competición, Liam se sumió en su propia rutina de preparación. Ajustó sus patines, verificó su traje y repasó mentalmente cada movimiento de su rutina. La pista de hielo estaba lista para recibir a los competidores, y el murmullo de la multitud en las gradas resonaba en el aire.

— Esto es emocionante, ¿verdad? — comentó Brandon, intentando aligerar la atmósfera, pero sin mucho éxito.

Los minutos previos al inicio de la competencia se sintieron eternos. Liam tuvo que alejarse del grupo y esperar su turno con el resto de los competidores.

— ¿Creen que Liam pueda superar a los otros competidores? — preguntó Brandon, con la mirada fija en la pista.

— Por supuesto que sí. Liam tiene una chispa única en la pista, y eso lo hace destacar — respondió Olivia, confiada.

Finalmente, el momento llegó. El nombre de Liam resonó en el estadio mientras se dirigía hacia el centro de la pista. La música comenzó, y el hielo se convirtió en su escenario.




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