Te veo en Rusia

Capitulo 19

La luz de la mañana se filtraba por las ventanas, chocando contra el rostro de Liam. Poco a poco, la incomodidad en sus ojos lo obligó a despertarse; sentía la cabeza pesada y adolorida, y el olor a alcohol que emanaba de su cuerpo le causó repugnancia.

Se levantó con pesadez, quedándose sentado en la orilla de la cama por un momento. Los recuerdos llegaron uno por uno, aunque algo distorsionados. Recordó el enfrentamiento con su padre, la expresión de sus hermanos ante la cruda realidad, y la indiferencia de su madre; su cuerpo volvió a doler recordando cada golpe recibido.

Recordó también la forma en que recurrió al alcohol, sintiéndose un asco de persona. No quería ser como su padre, pero terminó recurriendo a los mismos métodos cobardes.

Entonces, el rostro de Olivia apareció en su mente, la forma en que lo consoló y le brindó su hombro para llorar; recordó la cercanía de sus rostros cuando le abrió su corazón, confesándole sus sentimientos.

Recordó la suavidad de sus labios, la ternura de su tacto mientras acariciaba sus mejillas. Liam llevó sus manos instintivamente a sus labios, como si pudiera sentir aún la presión suave de los labios de Olivia contra los suyos. Una sonrisa se dibujó en su rostro al recordar aquel momento, y sintió que, con ella a su lado, podría enfrentarlo todo.

La emoción comenzó a inundarlo, disipando la oscuridad y el dolor que habían dominado sus pensamientos. Se sintió abrumado por la alegría al recordar que Olivia no lo había rechazado, que había aceptado su osado atrevimiento de besarla.

Con esa idea en su mente y en su corazón, se puso de pie, decidido a enfrentar lo que el día le deparara con la certeza de que, con Olivia a su lado, sería capaz de superarlo todo.

Liam salió de su habitación con una sonrisa radiante, listo para comenzar el día. Sin embargo, al llegar a la sala, se encontró con Dimitri y Brandon sentados, sus semblantes serios y preocupados. La tensión en el ambiente era palpable, y Liam sintió un nudo en el estómago al darse cuenta de que algo estaba mal.

— ¿Qué pasa? — preguntó Liam, buscando respuestas en las miradas de sus amigos. Sin embargo, solo recibió silencio y miradas intercambiadas entre Dimitri y Brandon.

La preocupación comenzó a crecer en Liam mientras observaba sus expresiones serias. Sus ojos instintivamente comenzaron a buscar a Olivia, tal vez ella le diría que estaba pasando. Su mirada recorrió el lugar sin encontrar rastros de ella. Tal vez sigue dormida, pensó; pero algo en su pecho decía que no era así.

— ¿Dónde está Liv? — preguntó sintiendo un escalofrío recorrer su espalda.

— Liam… — comenzó a decir Brandon, intentando acercarse al chico; pero Dimitri no detuvo negando con sutileza.

— Me están asustando, ¿Dónde está Olivia? — preguntó Liam con preocupación y miedo.

— Niño, lo que paso no es tu culpa, que te quede claro — dijo Dimitri acercándose a Liam con recelo — Olivia regreso a Rusia esta mañana —

El mundo de Liam se detuvo en seco. Un silencio sepulcral llenó la habitación mientras procesaba las palabras de Dimitri. Una sensación de vacío lo invadió, como si su corazón se hubiera detenido por completo.

— ¿Rusia? —murmuró, apenas creyendo lo que escuchaba. Las lágrimas amenazaban con brotar de sus ojos mientras su mente intentaba comprender la repentina partida de Olivia.

Era su culpa, la había asustado al grado de hacerla huir. No, no la asustó, le dio asco; nadie podía quererlo siendo alguien tan débil, tan poca cosa e insignificante. Todo esto era su culpa, no debió decirle lo que sentía, no debió enamorarse en primer lugar.

La mano de Dimitri se posó en su hombro, sacándolo de su trance.

— No es tu culpa, Liam, no hiciste nada malo — dijo, como si supiera lo que estaba pensando. Y no estaba muy alejado de la realidad.

— ¿Entonces por qué me abandonó? — preguntó Liam, con lágrimas en los ojos. Su voz temblaba, sintiendo cómo su corazón se desmoronaba a cada segundo que pasaba —. Ella me prometió que no lo haría, me dijo que no me dejaría —

La voz de Liam se quebró en un sollozo, y las lágrimas comenzaron a correr por sus mejillas. El dolor de sentirse abandonado, de ver destruidas las promesas de la persona a quien amaba, y en la que más confiaba, caía sobre él como el crudo despertar de un dulce sueño, que llegó a su fin.

— Ella dejó una carta, tal vez… explique sus razones — dijo Brandon, tratando de consolarlo.

Brandon extendió la carta hacia Liam, quien limpió sus lágrimas con el dorso de la mano antes de tomarla con manos temblorosas.

Dimitri y Brandon intercambiaron una mirada antes de alejarse discretamente, dejando a Liam solo para que pudiera leer la carta. Se retiraron a un rincón de la habitación, dándole a Liam el espacio que necesitaba; se sentó en el sofá mirando la carta entre su manos antes de tener el valor para abrirla.

 

Querido Liam:

Eres un chico maravilloso; me devolviste el valor que había perdido, me hiciste reír y pasar increíbles momentos. La forma en que ríes siempre me hacía sentir segura, tomar tu mano me daba valor para enfrentar mis propios miedos.

Cuando te conocí aquella noche, yo no soportaba que nadie me viera patinar; compartir la pista era algo imposible para mí, me sentía juzgada y señalada justo como tú te sentías. Tal vez por eso es que actué distinto contigo, sentí que solo tu comprendías el miedo que sentía.

Quería enseñarte tantas cosas, quería que alcanzaras tus sueños… quería cuidarte. Pero ese sentimiento me estaba confundiendo y temo que te di falsas esperanzas.

Lamento no haber sido sincera contigo esa noche en que casi nos besamos, estuve pensando por qué actué de esa forma; es cierto que te vi como un chico muy atractivo; pero lo que sentía por ti no era amor.

Encontré en ti a mi alma gemela y te quiero, Liam, pero no de esa forma.




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