Tear out my heart.

Capítulo 5:

Chaeyoung no apareció en mi casa al día siguiente, supuse que estaría molesta debido a nuestras imprudencias, pero aun así el dolor de haber sido dejada plantada por la persona que más amaba, no disminuía haciéndome sentir algo egoísta. No fue el lunes a la universidad, ni el día posterior, ni esa semana, ni la siguiente. Su celular sonaba apagado y Tzuyu solo me decía que tuviera calma que luego entendería. Aisha me lo había advertido, pero estaba volviéndome loca. Sana me había avisado hace cinco minutos que no iría porque tenía fiebre alta, me tocaría caminar hasta el campus o agarrar bus, la primera opción era la mejor.

 

El timbre sonó, distraída me pregunté quién sería a las nueve de la mañana — ¡Chae, cariño!

Escupí mi café sobre Albert quien gritó malhumorado algo sobre cambiarse, sin embargo, poca era la atención que le había prestado por salir corriendo. Su cabello negro había sido ligeramente cortado, estaba mucho más maquillada de lo normal y su holgado atuendo me hizo hacer una mueca. Podía ver la seriedad en su rostro, me dio una leve sonrisa — ¿le importa que me lleve a Mina? Iremos juntas al campus.

¿Sí?

  • Por supuesto, dame un momento.

 

Corrí hasta el baño a cepillarme los dientes, tomé mi mochila, mi gabardina color piel dándole un beso a mamá quien se despidió de Son. Subimos al auto en total silencio, noté como el ambiente se volvió tenso. Apretaba con fuerza el volante mientras retorcía mis dedos con el nerviosismo creciendo — esta demás decir que no iremos a la universidad ¿no?

Su tono tosco y serio me hizo estremecer de manera casi lujuriosa, pero, aunque estaba sorprendida porque nunca habíamos faltado a clases, asentí, menos mal no tenía ningún parcial pendiente — Chae, yo…

 

Golpeó el volante haciéndome saltar — ¡Cállate! — gritó, dobló el volante hacía la derecha por el parque en dirección al bosque. Preferí no objetar — ¡¿Tienes una idea de lo que sentí al verte entre todos esos imbéciles?! ¡A todas! — pude notar que sus manos estaban vendadas, su pómulo estaba algo hinchado, pero bien disimulado gracias al maquillaje — ¡No tienen idea de todo lo que son capaces aquellas personas! ¡Menos mal que las vimos!

 

El sudor corría por sus sienes adhiriendo su cabello al rostro haciéndola ver aún más sexy, diablos ¿Qué me sucedía? — Lo siento mucho, ustedes estaban actuando extraño más de lo normal, estaba preocupada y fuimos por curiosidad. Pensamos que todo sería mentira.

 

Soltó un profundo suspiro, cruzó hacía la izquierda adentrándonos en el bosque, mis manos comenzaron a sudar — ¿U-ustedes so-sospechaban? — tartamudeó, pude ver como pasaba saliva — ¿Qué fue?

 

  • ¿Qué nos hizo sospechar? — asintió — los rumores eran más fuerte y creíbles, alumnos de primer año u otras facultades ajenas a nuestro circulo, incluso algunos profesores — hice una leve pausa — fue lo de los tatuajes, se escondían de nosotros y de que todos los vieran — sentí como mis mejillas se calentaban, fijé mi vista en el bosque. Parpadeé cuando me pareció ver una sombra entre los árboles, nada — cuando te vi quitándote la chaqueta parecías asustada.

 

  • Lo estaba, todos los rumores son ciertos — aquello hizo apretar mi corazón haciéndome encoger contra la puerta — por eso nos escondimos de ustedes.

 

  • ¿Por qué faltaste tantos días?

 

Tocó mi hombro, el auto se detuvo cerca de una destartalada choza ¿Qué hacíamos ahí? — ¿De verdad quieres saberlo? — su penetrante mirada me hizo querer inclinarme para besarla con efusividad, pero me contuve, necesitaba saber la verdad — mis abuelos no podían tener hijos, mi abuela estaba malhumorada y desesperada, un adulto cerca de los cuarenta se acercó a mis abuelos a las afuera de la clínica de fertilidad. No sé qué le haya impulsado a hablarles, puede ser el desespero en su rostro. Les ofreció una cura divina, ellos lo siguieron hasta una iglesia cercana era como una gran casona. Les habló de que en realidad éramos hijos del diablo y todas esas cosas que nos enseñan. Al final, los convenció. Hicieron un macabro ritual pero no pensaron en las consecuencias — se acercó a mi para después pasarse al asiento trasero, palmeando su lado. Parecía una invitación a tener sexo. Alto ahí, Myoui. — un mes después, mi abuela salió embarazada de mi padre, entonces se firmó el pacto que toda la generación a partir de ellos, debía rendir al culto. Nací en esto Mina, no lo escogí.

 

Escondió su rostro en mi cuello, pero aún no podía comprender del todo — ¿Es muy malo? — asintió — ¿Qué clase de cosas hacen?

 

  • No creo que necesites saberlo.

 

Su voz hizo erizar mi piel — Chaeyoung…

 

Mi tono de advertencia la hizo suspirar — Bueno, el ritual de iniciación es cruel. Las personas deben arrodillarse sobre un símbolo especial, deben desnudarse, aguantar el número de azotes según la edad que tengan — mi respiración se cortó — para así dividir su alma y saber si tiene algún tipo de don especial. Toman sangre de humano, nunca he sabido si la sacan de la clínica de sangre del fundador o matan a alguien, está prohibido preguntar. Luego deben repetir un cantico muy poderoso que no mencionaré — suspiró en mi cuello para volver a su lugar en el respaldo — después una golpiza, una especie de orgía sangrienta, además…

 

  • ¡Basta! ¡No soporto más! — sentí como las lágrimas corrían por mi rostro, presa del miedo — ¿Por qué nunca has buscado salir de esa mierda? — gruñí atónita, furiosa, decepcionada.

 

  • Nunca he participado en rituales de iniciación — aclaró con firmeza — debes pensar que soy un asco, seguramente las chicas igual — gruñó con frustración.




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