Teenage Dirtbag (terminada)

Capítulo 11.— Parte II ✔️

(Soundtrack: Conan Gray — Generation Why)

 

Lluvia.— Inicio, secreto, olvidar

 

 

 

02 de agosto 16:20 p.m.

“¿Cómo comenzamos? El principio es difícil, conforme avanzas se complica o facilita la vida, un día te vas a preguntar ¿lo estoy haciendo bien? Aveces tenemos un bloqueo, no sabemos que hacer y cuando tenemos esos problemas comienzan las dudas, nos arrepentimos y nos damos por vencidos. Pienso que es hací como términamos en el abismo, comenzamos con las dudas y probablemente hací terminamos... con dudas.” —E

 

 

Hoy Daniel estaba algo ansioso, esperaba a que llegara Ed a su casa, él se había ganado poco a poco su confianza era extraño la manera en la que Daniel podia estar relajado cuando él estaba a su lado... en la escuela todo iba bien, sus compañeros se acercaban a él constantemente no sabia cuales eran sus intensiones, pero eso no significa que los deba de tratar mal. Ya no...

 

17:34 p.m.

—Hola... Daniel.

—Hola, Ed...

—Es raro decir tu nombre después de tanto tiempo ¿no lo crees?

—Necesitaba decirtelo, el "largo de mi casa" me estaba aburriendo. —rió y se sentó a su lado— ¿y bien?

—¿Bien?... ¿A que te refieres?... —preguntó confundido

—No lo sé, yo no se mucho de tí, cuéntame algo... por cierto llegas tarde.

—¿Y dices que yo te acoso?

—Eso no cuenta.—se defendió

—Bueno respondiendo a tu pregunta, pues mi vida no es muy interesante... lo único que tienes que saber es que no soy de ambiente familiar, no estoy acostumbrado. Y llegue tarde porque tenia unos pendientes de la escuela

—Entiendo yo aun no los he terminado ¿te molestaría ayudarme?

—No. Pero... ¿que hay que hacer?...

Ed no entendía absolutamente nada acerca de los trabajos de Daniel, bueno realmente no lo están intentando y ya se estaba aburriendo...

 

18:60 p.m.

—No entiendo tus trabajos

—Tal sólo es leer... no es tan complicado —dijo Daniel quitándole su libro 

—¡Siento como si muriera! —negó con su cabeza 

—No moriras, debes de encontrar algo que te guste.

—Mejor pasemos a tu secreto. —dijo emocionado

—Lamento desilucionarte pero tiene que ver con la literatura 

—No encuentro ningún secreto en que te guste leer...

—No es eso... 

—¿A no? —preguntó y Daniel negó 

—Cuando era niño escribía "cuentos infantiles" para mí. —Ed frunció su seño

—Me equivoque, pensé que eras normal, pero no eres un raro...

—No entiendo tú...—lo interrumpió

—Qué niño de... —lo miró— ¿cuantos años tenías?... —cinco respondió Daniel— Bien, ¿Qué niño de cinco años escribía cuentos? Yo a esa edad jugaba con un balón y me creía el mejor futbolista del mundo... —Daniel se rió— Daniel, no te burles de mis aspiraciones de futbolista, es enserio.... Aunque no era muy bueno... —se escuchó una carcajada— Dije que me "creía", no que lo era...

—No era social ¿Sí? —dijo controlando su risa— Tenía problemas con eso de jugar con los demás niños.

—Y te gusta eso, ¿quieres escribir? ¿Ser un escritor?

—No lo sé. Aún... —suspiró— sabes cuando era niño... es difícil.

—No estás obligado ¿recuerdas?

—Lo se pero quiero hacerlo... espera un momento... —Ed espero paciente a que estuviera listo— Recuerdo que en la escuela la maestra nos dijo que nuestros padres deberían de contarnos un cuento para dormir y estimularlos, ilusionado llegue a mi casa y todos estaban ocupados entonces no les dije nada... cuando era de noche estaba a punto de dormir pero recordé lo que dijo la maestra, entonces me levante de mi cama y fui en busca de un libro para que mi mamá lo leyera, ella dijo "dame un minuto". Espere hasta cierto momento, y decidí leerlo por mi mismo, pero el sueño me venció y me quede dormido, pensé que ella me despertaría y lo haría, pero no sucedió... A la mañana siguiente mire que el libro estaba sobre mí, justo como la noche anterior y desde entonces me sentí tonto al pensar que alguien podría hacer eso por mí. También inicio mi pequeño "odio" hacia las lecturas.

—Ahora lo entiendo... por esta razón tienes cierto dolor hacia tu infancia.

—No del todo hay cosas buenas y malas. Está es una de muchas, dejó de importarme, sí, pero aun sigue doliendo 

—Si no te importa ¿por qué te duele? 

—Duele porque aun no he sanado, que no me interése ahora no significa que ya haya sanado... solo los perdone, pero hay algo en mi que no me permite estar tranquilo. Yo soy el problema soy el que esta mal y aun no se ha perdonado.

—Perdonar no significa olvidar, significa dejar ir el dolor 

—Bueno entonces... no se que pensar 

Ed una vez más pueso a pensar a Daniel, ya no sabia si esta bien o mal, había pasado los últimos cinco años tratando de dejar ir el dolor, había intentado encontrar las cosas buenas de su familia ¿pero realmente habían? Sabía que la mayoría del tiempo pueden ocurrir cosas que le gustaría olvidar y había pocos recuerdos buenos en su infancia. Pensaba que todo lo que ocurría era su culpa, no sabía si tenía razón, pero sabía algo él era el de los problemas —o eso le hacían pensar— y no sabía cuando los iba a resolver, no sabía cómo iba a terminar y tampoco cual era el inicio de todo esto...

—¿Cuál era su nombre? —preguntó Ed, trayendo a Daniel a la realidad

—¿De quién? 

—De ella... de tu madre Daniel...

 



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En el texto hay: adolescencia, amistad, relatos breves

Editado: 01.10.2020

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