Teenage Dirtbag (terminada)

Capitulo 18.— Parte II ✔️

(Soundtrack: Conan Gray — They Story)

Lluvia.— Caja, cartas, ventana

 

Daniel buscaba por todas partes de su habitación una pequeña caja, una caja bastante especial para él. Daniel quería agregar una fotografía más a aquella caja, una hoja seca más, y un CD.

Busco debajo de su cama y en su armario, tenía miedo de que la hubieran tomado. Tenía cosas de valor sentimental en ella.

Salió de su habitación caminando una vez más. Vio el cielo que ya era gris, miró la ventana de Ed, —cerrda como normalmente—, Daniel no le pregunta a Ed porque está no se abria. A veces Ed le decía que moría de calor en verano, pero no le decía que ocurría con la ventana...

Ed llegó al jardín de Daniel, pasaron unos minutos y el pelinegro salió de su casa, con una caja en sus manos, y una sonrisa, —Daniel ya se había acostumbrado a sonreír, o a carcajearse por las cosas que sucedían, era de cierta manera normal para él encontrar la mejor cara de sus problemas, que enfurecerse por ellos—.

 

05 de Septiembre, 15:46 p.m. 

 

—¿Cómo estás? —preguntó Daniel 

—Estoy bien... —respiró profundamente— Septiembre es, Septiembre.

—¿A qué te refieres?

—A que es gris, frío y lluvioso...

—No es tan malo, haci no hace tanto calor 

—Es porque tú odias el Sol.

—Claro que no.

—Claro que sí. ¡Oh, no el Sol, soy un murciélago! ¡Me quemó! —rió— ¿Por eso siempre usas ropa negra?.

—No. La uso porque es lo que a todos les gusta.

—A mi me gustas de colores —sonrió— como un vómito de arcoiris

—¿Vómito de arcoiris? No creo que eso exista... ¿Cómo un arcoiris vomita arcoiris?

—No lo sé... Solo vomita... Vomita colores.

—¿Soy un vómito de colores?

—No. Eres un vómito de arcoiris... Cambiando radicalmente de tema, ¿Qué es eso? —preguntó señalando la caja que Daniel sostenía. Daniel se sentó frente a él 

—Es una "caja de recuerdos"...

—No. Daniel, es una caja de zapatos... 

—Eso es por fuera, pero tiene recuerdos. Mira. 

Daniel abrio la caja y comenzó a sacar varias cartas, notas, dibujos, fotos, e incluso juguetes.

—¿Puedo? —preguntó Ed, al mirar una carta vieja 

—Esa es la razón por la cual la traje, quería que miraras que hay ahí. 

—¿En serio? —Daniel asintió— esto es increíble. 

Ed comenzó a leer una carta...

 

"Querido Santa... Para este año no quiero nada..." 

Ed se detuvo de leer y miró a Daniel, el pelinegro asintió para que continuará.

"Porque me he portado mal y yo lo sé, no quiero todo lo que les pedí estos años, aprendí algo. No valoro mis cosas y si no quieres traer nada yo lo respeto, pero les voy a pedir algo de todo corazón, ustedes saben que quiero a mis hermanos, les pido que por favor le traigan un balón a mis hermanos y papá, gracias por todos estos años de regalos."

 

—Eso fue... Algo intenso. Leeré otra. 

Ed tomo una que estaba doblada y el papel era de color naranja.

"Para:... 

De:...

Con cariño, para tí...

Hola, Daniel ¿Cómo estás? 

Daniel te quiero niño, sabes que cuentas conmigo para lo que sea. Ya no se que decir"

Ed sonrió...

—Eso fue bastante lindo, niño...

—Ed, no hables... Continúa...

 

"Para: Danny 

Hola, niño ¿Cómo estás? Bueno solo quería desearte una feliz navidad, amigo que te la pases bien. 

Te quiero, Danny..."

 

—Son todas las cartas... 

—No sabía que te gustaba la fotografía... —dijo Ed mirando las fotos de Daniel

—Solo lo hago por los atardeceres... Me gusta disfrutar de ello.

—Bien... —Ed se levantó de su lugar

—¿Te vas a ir?...

—No. Pero así estoy más cómodo... —Ed le extendió un pequeño sobre— es para tí... La hice para tí.

Daniel tomó el sobre, lo abrió y comenzó a leer lo que estaba escrito.

 

"Querido, Daniel...

A veces las personas te etiquetan, yo te etiqueté en algún momento pero me dí cuenta que no encajabas en ningún grupo de la sociedad, sí pasabas tiempo con ciertas personas con diferentes gustos y comprendías hasta cierto punto, pero te perdiste. Yo no sabía quién eras, ni que era lo mejor para tí, vivías para los demás cambiando con tal de 'pertenecer'.

Lo cierto es que has mejorado, te encontraste, saliste a ser quien eres realmente, no tener miedo de mostrarte, a veces dudo de tus capacidades y eso hace que te frustres bastante.

Tienes cierto egoísmo, pero se algo que los demás no pueden ver de tí y aunque te cueste aceptarlo tienes un buen corazón, ves a las personas con cierta amabilidad, amor, empatía —aunque trates de ocultarlo—, es como si buscarás su personalidad interna, quieres conocerlos en lo más íntimo de sus pensamientos y emociones, no solo lo que ellos te muestran. No buscas ser la persona perfecta que le agrada a todo mundo, solo buscas empatizar un poco, hacer feliz a alguien, no distingues a nadie, no te gusta compararlos, los tratas como tú piensas que deben ser tratados. La mayoría te juzgo o sigue haciéndolo, te critican y te ven diferente. Nadie sabe de tí, solo lo que quieres mostrarles, a veces tienes inseguridad, ansiedad y estrés... Bastante estrés, con problemas y todo —como la mayoría— pero sigues ahí y eso es lo importante. 



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En el texto hay: adolescencia, amistad, relatos breves

Editado: 01.10.2020

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