Teenage Dirtbag (terminada)

Capitulo 24.— Parte II ✔️

(Soundtrack: The Lumineers — Ho Hey)

Arcoiris.— Hogar, plantas y Último

 

14 de Octubre 9:34 a.m. 

Ed y Daniel pasaban cajas y maletas a su nuevo hogar. Acomodaron sus cosas en la casa, terminando Ed decidió ir por sus plantas y flores.

Daniel admiraba todo a su alrededor, estaba feliz de haberlo logrado. Aunque sí, le hubiese encantado amanecer con su pequeño Angel, pero las cosas ya estaban hechas... El pelinegro se sentó en su cama  y tomó una hoja de papel en y una pluma y escribió una carta más... Daniel la guardo en sus bolsillos y fue a ayudar a Ed con sus plantas.

—¿Te ayudó? 

—No. Siéntate a verme... —dijo sarcástico Ed 

—Dame la caja... Son muchas... 

—Aún faltan dos cajas más...

Ed le había confesado a Daniel porque tenía tantas plantas... La respuesta: "Cuando no tenía amigos. Ni tampoco era sociable, y con mi depresión e intentos de suicidó, agregando mis padres. Bueno, decidí comprar una pequeña planta". Al inicio Ed solo la miraba, día tarde y noche. Después está comenzo a marchitarse poco a poco y Ed lo notó, después la cuidó, la sacaba al sol, la regababa y limpiaba. Ed sonreía satisfecho después de cada labor a su planta. Con el tiempo una planta no le fue suficiente, entonces compro más y más, hasta tener un pequeño jardín... 

Pasaron las cajas en la parte trasera de la casa, y las guardaron.

—Faltan pocos días... en poco tiempo podremos irnos de nuestras casas—le dijo Daniel— tenemos que irnos... 

—¡Vamos por el atajó! —y Ed comenzó a correr

—¡Espera! 

Los dos chicos habían encontrado un atajó a su hogar... ¿Cuál era?. Bueno tenían que atravesar un terreno de árboles que parecía abandonado. Mientras corrían por el atajó unos perros comenzaron a ladrarles, ésto los asustó y corrieron más. 

—¡Corre Daniel, corre!

—¿¡No estás viendo!? —le dijo el pelinegro que iba detrás de él

Salieron del atajó con respiraciones agitadas, al salir notaron que ya estaba atardeciendo. Al calmar su respiración se recostaron en la calle —vacia. Debido a la falta de movimiento. Habían escogido un lugar alejado para vivir—, miraron el cielo, las nubes, las aves que pasaban. Después de un tiempo decidieron irse. 

El castaño llegó a su casa, cerró la puerta y vió una vez más su casa —hizo un recorrido—, tomó los pocos utensilios que quedaban en su cocina y se preparó la cena —espagueti—. Cenó con el televisor prendido, limpió una vez más, guardó todo. 

Daniel por su parte cenó con su papá y hermanos fue una cena tranquila, e incluso hubó risas. Daniel limpió todo y fue a su habitación en la que solo estaba su cama —solo por esa noche—, y se recostó en ella... Pero no lograba dormir...

Salió a su patio y para su sorpresa el castaño también estaba en su patio viendo las estrellas...

—De haber sabido que sería acosado por un castaño como tú, hubiera puesto barreras demás

—No me parece algo justo. Pero de una u otra forma no te librarias de mí

—Tienes razón... ¿Qué haces aquí?

—Se siente tan raro, Daniel. Irse. No pensé que fuera así...

—Yo también lo siento... 

—Pero será lo mejor... —se quedaron en silencio. Hasta que Ed habló— ¿Qué dice "largo de mi casa"? ¿Tenemos un último momento en este patio?

—Sera un honor. —bromeó— Pregunta...

—¿Por qué eres fanático del espagueti?

—Es un recuerdo... El recuerdo más vivo que tengo de mi madre... Cuando llovía mi madre hacia espagueti, y toda la casa se inundaba de ese olor... Es mi favorito...

—¿Ya no le dices "ella"? 

—No. Comprendí que realmente la amó. Y estoy bien con eso... El pasado es pasado, y solo me quedan esos momentos hermosos, trató de olvidar los amargos. 

—¿Que piensas de la gente del pueblo? 

—Que son buenas personas... Difíciles de tratar, con carácter y complicadas... Pero son buenas... —sonrió— algunas amables y otras malhumoradas, pero tienen un buen corazón... Eso espero... ¿Y tú? 

—Hipocresia —se carcajeo Daniel— es verdad. Bueno tú verás solo lo bueno, yo las cosas malas. También algo... algo quisquillosas... 

—¿Estamos criticando?

—No, no, no. Solo análisis social... Aunque también son criticonas —Daniel volvió a reír

—Estamos progresando...

—Lo hacemos...—Ed se calló por un momento— ¿Somos malas personas? —le preguntó al pelinegro

—No. No. No lo somos, cuesta creerlo pero no.

—Entonces que somos...

—Somos un teenage dirtbag 

—¿Adolescente de porquería?

—Sí...

—¿Por qué?

—Porque no somos como los adolescentes que se consideran normales, que sufren por amor o algún enemesis. Sufrimos por cosas existenciales, y depresión. Pero no dejamos que eso se vea en la superficialidad que tenemos. Eso somos... 

Ed se despidió de Daniel y se fue a su casa llegando a ahí, el castaño durmió en la cama de sus padres, puesto que la suya ya estaba en su hogar y durmió tranquilo. Al igual que Daniel... 

Al día siguiente ellos amanecerían en sus casas y esperarían hasta las doce de la noche para irse... 

 

 



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En el texto hay: adolescencia, amistad, relatos breves

Editado: 01.10.2020

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