ADRIANA
Han pasado dos meses desde la ultima vez que vi a Camilo, pues me comentó que en las vacaciones se iría de viaje e ingresara a su nueva prepa, siempre le pregunte a cual iría, pero nunca me lo dijo. Estaba por entrar a mi salón, pero primero observe discretamente si estaba el maestro o la maestra que me enseñaría, menos mal aún no había llegado y yo en mi mente estaba dando saltos de felicidad, pues me hubiera sentido muy incomoda, si ya hubiera llegado el profesor.
Me senté en el ultimo asiento, pues nunca me gusto sentar entre los de adelante, nunca me gusto llamar la atención.
Al ver que no llegaba el profesor encargado, saque mi celular y me puse a ver mis redes sociales. Luego de 5 minutos sentí que alguien se paro a mi lado, pero no le tome importancia, seguía metida en mis cosas hasta que la persona que se sento a mi lado me tocó con las punta de su dedo, levante la mirada y abrí los ojos como platos, era Lila, mi mejor amiga cuando tenía 10 años, en esos tiempos parabamos Camilo, Lila y yo, eramos inseparables, pero ella nunca supo de mi amor por Camilo, nunca le conte, pue sentía mucha vergüenza, pues como ella decía Camilo, era como nuestro hermano varón. Luego de tres años de amistad Lila se tuvo que ir del país, pues su padre había conseguido un trabajo mucho mejor en México y se tuvo que ir, en ese momento nos tuvimos que separar.
- Lilaaaaa!!!!!- chilló de la emoción- que haces aquí, pensaba que estabas en México
- Aunque sea saludame no, quiero mi abrazo- abrio sus brazos y me enseño esa hermosa sonrisa que siempre tuvo.
Me pare como un rayo y la abraze, no me quería separa de ella, no podía, pues me apretaba tan fuerte que hasta no podía ni repirar.
-Lila, no puedo respirar- le dije
-Ohhh, lo siento, pero es porque te extrañaba muchiisimo enana
- Dios, cuantas veces te he dicho que no me hagas bullyng por mi tamaño, no es mi culpa que tú y Camilo fueran unos gigantones.
- No mi querida Adriana, te equivocas, no es que seamos gigantones, es solo que tu eres una pulga.
Rode los ojos pues no me gustaba mi estatura, pues Camilo y Adriana eran muy altos, desde pequeños, yo siempre era la más chica del grupo, y por eso ellos dos siempre se aprovechaban