Tengo 20 años y no puedo decirte mi nombre (terminado 2024)

15 Años

Supongo que esperas que te diga que un día me armé de valor y decidí ir en busca de mis grandes y casi inalcanzables sueños y una gran aventura y que ahora soy una persona con rumbo exacto y estoy escribiendo esto anónimamente. La verdad es que no, o bueno no podría catalogarlo porque lo vas a juzgar tú mientras te cuento anécdotas.

Y así fue como compré un ukelele ¿qué tiene que ver la una cosa con la otra?, no lo sé, pero aprendí rápido, después fue una guitarra eléctrica o bueno una imitación de un stratocaster de Fender en color rojo cherry y finalmente un bajo parecido a un Jackson, pero esa es otra historia.

¿Recuerdan mi época de Nadia Comaneci? Digamos que tuvo su utilidad, como tomarme fotos en un centro comercial haciendo eso, y que de la nada un chico se meta en la foto, pero esperen.

Sé que están avergonzados de todo lo que he hecho en 15 años, pero hay algo más.

En mi colegio cada clase debía hacer un baile en una fecha específica, la representante de mi clase resulta que era bailarina, y lo sigue siendo. Desde esa edad armaba coreografías y puedo decir que gracias a ella fue mi “mejor” baile, después de presentarme en cada baile que podía.

Si estás leyendo esto y sabes quién eres, muchas gracias te mereces el cielo.

¿Qué tanto hizo?

Para mí, la mejor coreografía probablemente de todo el colegio mezcló ritmos para que todas bailen lo que más les gustaba y cada una tenga su momento. Como me consideraba emo, hizo una coreografía con temática de la purga, como las películas, y con mi amiga, que ella hacía un deporte y si era flexible, nos disfrazamos con una camisa blanca manchada con pintura roja que parecía sangre y mi mamá nos maquilló como calaveras.

Sé que a mi amiga no le gustó mucho hacer la coreografía porque me lo dijo tiempo después cuando encontré la foto y se la envié, pero a mí me encantó, como dije, soy Leo y tuve mi momento de atención.

Nuestra coreografía era “acrobática” duró como 10 segundos, pero me encantó y de algo sirvió mi auto enseñada flexibilidad.

Amistad

Después de varias rupturas NO amorosas como lo llamo, vino un grupo de chicas que no sabía lo importante que iban a ser en mi vida hasta hoy.

Recuerdo como conocí a la primera y si alguien me hubiera dicho

—¡Ey! Esta chica va a ser una de tus amigas de confianza durante los próximos años. — Tal vez le hubiera dicho.

—Ajá sí, cállate— Digamos que tal vez la educación no era lo mío en esas épocas, pero aprendí a cerrar mi boca, a veces.
La interacción fue más o menos así…

Primera clase de ciencias naturales de la profesora Sandrita, también hay historias de ella, nos dejó un trabajo: colocar las partes de la célula, simple ¿verdad?

Y ahí nos ven como esa niña de “La célula animal es una célula eucariota que posee un núcleo definido”. Teníamos 15 años y no sabíamos que había en una célula salvo algunas partes. Éramos dos niñas con “ansiedad social” intentando saber ¿Qué mascotas tiene una célula? (Recuerden que las malas palabras no son parte del libro, se venden por separado)

Entonces llega la unión del curso, preguntar a otras personas qué diablos tiene una célula, y así le pregunté a alguien que ya era mi amiga y a una chica que después también se unió al grupo.

Para hacerlo corto… Aprendí que tenía una célula a los 19 años y de a poco se me está olvidando de nuevo.

Ecodish

“Ecodish” si me lo preguntan, debería ser una patente registrada para el día de hoy. Pero no me preguntaron nada y las integrantes hoy en día están en Canadá, Alemania, universidades diferentes y carreras diferentes (algunas).

¿Qué impacto tuvo ecodish?

Unió muchísimo, pero casi separa a un grupo de 7, tranquilamente podíamos ser las vengadoras. Si leen esto, pido ser Bucky Barnes y no, no hay derecho a reclamos.

También aquí entra de nuevo Sandrita, que por cierto es el nombre real, la idea creo que me surgió a mí como broma, pero la verdad lo fuimos complementando entre todas y quedó un proyecto presentable.

La tarea era hacer un proyecto sustentable y útil. Y en la mayoría de los países del mundo se utilizan platos “dishes” y eco-friendly ¿Mal chiste verdad?

Aquí un pequeño tutorial de como “engañar” a la gente y desde luego como sí hacer platos reutilizables y sustentables.

Imaginemos que en el mundo no hay platos de cerámica, vidrio, barro, entre otros materiales. Entonces no serían platos reutilizables ¿verdad?

Pensando y razonando a esta edad, ahí recién cobra sentido nuestro proyecto y como pueden darse cuenta fue el mayor fraude colegial, pero a ese punto vamos a llegar luego. Entonces para hacer un plato:

¿Cómo eco-dish hace sus platos amigables con el medio ambiente?

  1. Cartones de huevos.
  2. Agua.
  3. Una licuadora.
  4. Parten en cartón y lo ponen en la licuadora con agua.
  5. Salido la mezcla que parece… (ahorremos detalles)
  6. Quitan el exceso de agua.
  7. Y la pasta que queda la colocan en un molde (en realidad fue un plato apto para horno)
  8. Lo óptimo sería secar al aire libre, ecofriendly. Pero como no hay tiempo lo meten al horno y sale un plato todo café o de colores que no combinan.
  9. A este paso lo vamos a llamar ¿Y la salmonela?

Sandrita dijo:

—¿Ay que interesante idea, pero si es con cartones de huevos… y la salmonela? —

—Es que para que se queden rígidos los platos lo metimos al horno—

—Mm… bueno—

Resulta que la salmonela muere a una temperatura mayor a 70°C, no sé a cuanta temperatura estaba el horno.

  1. Cubrir el plato con resina “ecológica” (sacamos la resina de una ferretería) y así tienen un plato.

La persona encargada de escoger quien representaría al colegio en un inter colegial de proyectos. Claro que había otros colegios que se esforzaron, pero el nuestro por alguna razón ganó. Los platos cafés y verdes debían verse estéticos. ¿Por qué no poner una servilleta gigante con diseño que lo cubra y se vea racional?




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