Tenías que ser Tú

Capitulo 10

...Oscar...

A lo lejos veo a mi nena en la cocina, así que decido ir a verla, para entregarle su segundo regalo, esta tan hermosa, tan concentrada sirviendo una bebida, que de seguro es para ese imbécil, por más que logro controlar mis celos no puedo, no me agrada en absoluto que ella se divierta, platique o sonríe con alguien que no sea yo.

Me gustaría decirle de una vez quien soy, tal vez eso lo cambie todo, pero no tengo que aguantarme en no decir nada y soportar verla con ese idiota, donde se le ocurra ponerle un dedo encima le arranco la cabeza, bueno por lo menos sé que ella siente lo mismo que yo, eso facilitara las cosas.

Me acerco a donde esta ella, al parecer no se ha percatado de mi presencia, voltea repentinamente, al hacer esto choca con mi cuerpo, me escanea, descaradamente, en estos momentos me siento tan orgulloso de tener el cuerpo que tengo.

Al darse cuenta de con quien choco, su cara se vuelve todo un poema, cuanto quisiera sacar mi celular y tomarle una foto, pero si hago eso no me la acabo, al darse cuenta que la descubrí, no sabe qué hacer, esta tan confundida, que se ve tan tierna de esta forma, en definitiva, le afecta mi presencia, me detengo a observarla detalladamente, es hermosa en toda la extensión de la palabra, esos labios me provoca besarla, hacerla mía, que grite mi nombre, MIERDA, tranquilízate, todavía no, va a pensar que eres un pervertido, bueno si pero solo suyo.

-Que MIERDAS me ves ¿acaso me confundes con alguien? o ¿se te perdió una como yo?- estoy tan endiosado en ella, que no me doy cuenta en que momento, se puso furiosa, wow desde cuando cambio tanto, pero así me gustan.

-No hermosa, a ti era a la que estaba buscado. -le sonrió con toda seguridad, en definitiva, esto va hacer muy divertido.

-Pero que coños, que carajo puedes querer de mí, si ni me conoces. -Dios mío, desde cuando tiene esa boquita, e está provocando a callarla de un beso, me tengo que controlar.

-Tranquila preciosa, solo venía a felicitarte y a darte tus regalos. -le entrego la saga de 50 sombras de Grey, espero y no se lo tome a mal, me parecieron el regalo perfecto, dado que a ella la recordaba mas como Anastasia Steele y no como Katherine Kavanagh la amiga de esta, vaya sorpresa, si Eliot pudo domar a Kathe, yo también puedo domar a esta preciosa fiera, me sonrió ante esa loca idea.

-En primera deja de decirme preciosa, hermosa, y todas esas estupideces, que tú y yo no tenemos nada. -se ve tan preciosa enfadada, en definitiva, tiene un temperamento bastante alto, tenía razón Aura, no me la va a poner nada fácil.

-Quítate de mi camino, deja de estorbarme. -intenta irse pero la detengo, le doy la vuelta, ya no aguanto más y me dejo llevar por  mis instintos, se nota su inexperiencia, y eso me alegra, mas que eso me encanta, eso quiere decir que yo soy su primer beso, y ni decir de lo demás, seré el primero, machista tal vez, pero esto me encanta.

Termino el beso tan apasionado que tuvimos hace un momento, porque si no, no voy a poder contenerme, quiero más de ella.

-Tranquila fiera. -intenta golpearme pero esquivo bastante bien los golpes, se ve bastante cabreada, fue un impulso bastante estúpido pero no me arrepiento, valió la pena, decido un darle su regalo para suavizar la tensión entre los dos.

-Felicidades, por cierto este no será el único. -le digo tocándome lo labios, para que entienda a lo que me refiero, está más que enojada, empiezo a caminar, pero cuando ya estoy por salir completamente de la cocina me volteo con una de mis mejores sonrisas -por cierto linda pijama. -recordándole que me di cuenta que me observaba desde su ventana, se que era innecesario, pero solo lo hago para provocarla, se ve muy tierna toda cabreada.

En definitiva, necesito con urgencia un baño para poder desahogarme, lo que provocas en mi Mala, mi preciosa enana.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.