Tensión Textual

8. De rollos de papel a rollos con el jefe

Narrado por Jordan

–¿Señor Cooper?

Sarah se aparece en mi oficina y observo a través del vidrio el pasillo donde está el improvisado escritorio de mi nueva empleada favorita, Holly. Siento una gran satisfacción de tenerla delante de mis ojos moviéndose a la velocidad de la luz mientras apila cajas, el problema es que sus largas ondas castañas ahora las lleva en un rodete hecho con un lápiz que lo engancha y su obsesión con el orden me está dando la pauta de que la tarea que le he asignado la está haciendo demasiado rápido para mi expectativa. Esperaba que perdiera la paciencia con eso, ya varias personas intentaron armar el inventario óptimo y no tuvieron éxito.

–Sarah, necesito organices una reunión de inmediato en la sala grande y que todos pausen lo que están haciendo y sus eventos para los próximos quince minutos. De inmediato, ¿sí?

–Sí, señor. ¿Algo más? ¿Quiere que prepare la sala con algo específico?

–No, descuida, ya suficiente con frenarlos a todos y moverlos.

–Por supuesto.

–Ah, Sara.

–¿Sí?–se detiene antes de cerrar la puerta.

Le señalo a Holly quien levanta un montón de papeles y se mueve por el pasillo.

–¿Qué tal le va a la nueva?

Ella sonríe con satisfacción:

–Muy bien, señor, es muy eficiente. Esa tarea no la quería hacer nadie y ella la está haciendo, es una maravilla.

–¿Es rápida?

–Y ordenada, impecable Holly, realmente.

–Bien–le digo y se va, pero en cuanto me levanto para dirigirme a la sala de la reunión, paso por el pasillo principal como si fuese a servirme un café. Mi única finalidad es llegar al escáner donde ella está pasando carilla por carilla. De solo imaginarme lo tedioso que ha de ser eso ya pierdo un poco la paciencia.

–Espero que esté siendo entretenido para su persona el verme trabajar, señor Cooper–me dice ella con un tonito de suficiencia que me hace reír una vez que estoy clavado a su lado con mi toalla de café humeante en mano.

–No es “entretenido” precisamente, solo pasaba a ver si estás trabajando lo suficientemente rápido, así compensamos un poco que llegaras tarde en tu segundo día.

–¿Le parece que no soy veloz? También procuro ser ordenada, el archivo era un depósito de papeles y de caos, un desorden brutal. No solo estoy digitalizando sino ordenando, ¿le gusta cuando sus empleadas dan más de lo que usted les pide?

Me parece gracioso que me esté tratando de “usted” delante de los demás cuando en el momento que me cruzó de frente me tuteaba.

No me desagrada la formalidad en su tono, a decir verdad, solo quisiera que su respeto fuera genuino.

–Felicitaciones, te estás esforzando. Por cierto, luego quiero que transcribas un libro.

Ella levanta la cabeza y ahora sí me mira con sus ojos color chocolate que encajan a la perfección en su rostro muy pálido sonrosado y levanta la cabeza porque claro que es muy bajita.

–¿Cómo que “transcriba” un libro?

–Completo. De principio a fin.

–¿Es broma?

–¿Tengo cara de ser un jefe que está bromeando al darte una orden, Holly?–bajo un poco la voz para que solo ella pueda escucharme.

–¿Pero…? Es ilegal la copia no autorizada de material de terceros.

–No si el autor o el editor te lo permite.

–¿Es usted editor, señor Cooper?

–Soy autor de cinco libros y quiero que transcribas los cinco. Pero hoy puedes empezar con el primero.

–¿No es mejor digitalizarlo como a estos papeles, señor? Con todo respeto lo digo, no es que quisiera contradecir sus indicaciones.

–No. Quiero que lo digitalices y que también lo leas así que transcribirlo palabra por palabra, hoja por hoja, es definitivamente la mejor opción.

Ella respira con dificultad.

–¿Te sorprende que yo pueda escribir un libro, Holly?

–No, señor. Estoy ansiosa por leer sus libros, todos.

–Qué bueno, ya puedes ir terminando rápido con el orden del papelerío y proceder con tareas importantes.

–¿De qué género escribe, señor?

–Luego hablamos, Holly. Tengo una reunión importante ahora en la que deberías estar así que date prisa.

Ella abre los ojos como platos mientras la dejo atrás con una sonrisa en mi rostro. No es que sea malvado de manera innata sino que le estoy dando la oportunidad de su vida y solo espero que sepa aprovecharla.

 

Narrado por Holly

La sorpresa persiste mientras Jordan, mi jefe, organiza una reunión de emergencia y debo moverme a la velocidad de la luz para llegar. De camino, mi amiga Christine me cruza y entramos del brazo a la enorme sala de reuniones donde todos se ubican alrededor de un mesón grande y el señor Cooper yace de pie frente a todos con una taza de café humeante en su mano.

La tensión en el aire es palpable cuando entramos a la sala de conferencias. Jordan se posiciona en la punta del mesón, exudando confianza y control. Mi mente está dividida entre la profesionalidad y las sombras del pasado que intento dejar atrás.

–Lamento esta reunión de último minuto, pero hay algunos puntos importantes que tenemos que abordar con cierta rapidez antes del Ateneo quincenal y en primer lugar la noticia de que tenemos una nueva compañera de trabajo: ¿te gustaría presentarte, Holly? Me siento orgulloso de reconocer que Holly y yo tenemos una historia que nos antecede, ya nos conocíamos y es un placer enorme que trabaje con nosotros ya que sé de primera mano que es una profesional muy aplicada en todo lo que hace.

¿Está hablando en serio?

¿Es que quiere que diga de dónde nos conocemos, cómo lo conocí, que exponga la manera en la que nos vimos por última vez y todo lo que sé respecto de su historia? ¿Cuánto de eso habrá escrito en sus libros? ¿Habrá mentido mucho? 

Evidentemente él quiere que me luzca con mis palabras y eso mismo es lo que voy a hacer. Lucirme.

 




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